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BaekHyun dejó la secadora de lado al observar a ChanYeol salir del baño a pasos calmos, junto con una actitud... peculiar. Sin mencionar la sonrisa triunfante que nada ni nadie podía borrar de sus labios, lucía esa sonrisa victoriosa como si hubiera logrado una gran hazaña de la cual estar orgulloso y jactarse...

Y lo estaba odiando por eso.

Hacía relativamente poco habían terminado lo que sea que se le podía denominar a la tremenda idiotez que hicieron en esta habitación, en un hotel de cuarta que estaba algo lejos. Bien, comprendía que había tomado sus precauciones para no verse atrapados, pero odiaba a ChanYeol por verse radiante, sin ningún rastro de culpa en su rostro o actuar y esa era otra razón para odiarlo un poco más.

BaekHyun se preguntaba si cuando terminó con él abruptamente la culpa también fue inexistente.

No quería saberlo, sentía que podría matarlo con sus propias manos de ser así.

En realidad, estaba en un dilema, porque él si tenía un poco de moral, jamás pensó que terminarían así, a pesar de todo.

Tenía varias razones para pensar eso, ya que ChanYeol y su esposa parecían de esas parejas perfectas, esas que salen en revistas de alta sociedad, ambos atractivos a simple vista, de buen porte, fotogénicos, sin ningún defecto, aparentemente. Una pareja más que perfecta a los ojos de simples mortales, pero BaekHyun sabía que no era así, para nada, porque incluso ChanYeol se había dado el lujo de quejarse de su vida marital con él, como si hubiera esperado mucho por hacerlo, y BaekHyun estaba seguro que, si le hubiera hecho un poquito más de caso, se habría de más cosas y eso era un indicador de cómo ChanYeol era un imbécil que no apreciaba lo que tenía. Fue sencillo para él buscarlo para que se acostaran sin importarle nadie más que él.

Ilusamente, pensó que ambos hablarían sobre lo que sucedió entre ambos y le darían un cierre final. Por obvias razones no creía que una vez que limaran asperezas se convertirían en el padrino del hijo del otro, pero BaekHyun creyó que sanaría de alguna manera, estaría más tranquilo y seguiría adelante.

Pero, al parecer, ChanYeol siempre lo ataría a él de una u otra forma.

Eran ya pasadas las once de la noche, pero el otro seguía tan fresco como una lechuga, como si no fuera extraño llegar a casa a estas horas sin avisar. Como si no fuera lo suficientemente sospechoso para una esposa que su marido llegue a casa a estas horas y, con un poco de observancia, que llegue extrañamente animado. A cualquier mujer le quedaría bien en claro que su marido buscó algo de diversión fuera de casa, ya dependía de ella de ver en qué grado fue la deslealtad.

BaekHyun desde un inicio supo desde que vio a Suzy que ella no era una mujer tonta y menos una que dejase pasar las posibles aventuras de su marido. Se imaginaba encarándolo, dándole una bofetada, jalándole del cabello y convirtiéndolo en una paria social, aunque eso último no sería nada nuevo para él, pero sí sería un gran dolor de cabeza y no sabía si quería lidiar con eso.

Había comenzado de cero, por supuesto que lo último que necesitaba era tener de enemiga a ese tipo de mujer.

—Fue fantástico. —Suspiró ChanYeol con una sonrisa en grande. Sumamente relajado y sin una pizca de culpabilidad que le sorprendió a BaekHyun, él estaba sintiéndose mal por la esposa de ChanYeol más que el mismo ChanYeol—. ¿Ya te vas?

¿Todavía tenía la desfachatez de sugerirle quedarse un rato más?

Al parecer ChanYeol seguía siendo igual de imprudente que cuando eran jóvenes. O igual de desconsiderado.

—No sé si lo recuerdes, pero somos dos hombres casados. —BaekHyun abotonó su camisa mientras se miraba en el espejo de cuerpo entero, no queriendo enfrentar directamente a ChanYeol—. Tengo una mujer que está esperándome en casa.

Lover's Revenge ➳ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora