𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚 ꒰ChanIn꒱
Chan era un respetable hombre de negocios. Serio, imponente y arrogante.
Jeongin aún estaba en la universidad. Un chico tranquilo, amable y obediente.
Ambos eran completos extraños cuando se casaron, sin embargo la gran...
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Apretó las manos en puños que su Hyung mantenía arriba de su cabeza, las pieles chocaban con fuerza y el aire luchaba por entrar a sus pulmones.
—Hyung, más lento por... ¡Ah! Por favor —suplicó entre sollozos, su entrada estaba siendo maltratada y sus pezones eran cruelmente mordidos.
El calor en la habitación estaba comenzando a ser sofocante, aun le dolía la mandíbula después del oral que le había hecho a su esposo y su cabeza daba vueltas perdido en el inmenso placer. Se mordió el labio inferior para callar sus gritos cuando Chan comenzó a masturbarlo con fuerza.
—Vamos pequeño, gime para Hyung —el rubio jamás aceptaría que la voz de su mayor durante el sexo era increíblemente excitante.
Chan levantó una de las piernas de su esposo y la subió hasta colocarla en su hombro, la penetración se hizo más profunda provocando que Jeongin fuera atrapado por un remolino de éxtasis, se vino con fuerza en su vientre y la mano de su mayor, quien le besó demandante golpeando aún más la próstata del rubio, prolongando su orgasmo.
El mayor terminó de venirse y salió con una sonrisa traviesa. Su joven esposo era increíblemente receptivo ante cualquier estímulo y eso sólo volvía más placentero su momento.
Con las respiraciones entrecortadas y el corazón martilleándoles como loco, Chan lo levantó y llevó hasta el baño, reguló el agua de la regadera y se adentró junto con él bajo el chorro de agua.
Jeongin se dejó consentir por el mayor que le lavaba el cabello dando suaves masajes adormeciéndolo en el proceso, se sostuvo de los hombros de su esposo y cerró los ojos con cansancio, las piernas le temblaban y los brazos le dolían al haberlos tenido hacia arriba durante mucho tiempo. Chan aclaró su cuerpo y después se lavó con rapidez, salieron del baño y lo envolvió en una toalla, lo sentó en la orilla de la tina y él se secó con rapidez, lo cargó al estilo princesa y Jeongin se acurrucó en su pecho, estaba muy adormilado.
El mayor se sentó en la cama y dejó en sus piernas a Jeongin para secarle el cabello y el resto de piel húmeda.
—Listo precioso, hora de dormir —avisó besando cada una de las muñecas del chico en donde había dejado las marcas de su agarre y sentándolo a su lado.
—¿Podrías pasarme mi pijama, hyung? —preguntó tallándose un ojito con cansancio.
—No, lindo, dormiremos desnudos —contestó con simpleza levantando las sábanas y haciendo una seña para que el menor se acostara.
El rubio se sonrojó y entró con timidez bajo las sábanas siendo seguido por el mayor, quien le abrazó por la espalda y acarició sus cabellos con dulzura.
—¿Te lastimé? —preguntó besando su cuello.
El chico negó poniéndose todo rojo, él rio enternecido y su esposo se dejó mimar con las caricias que le daba en la cadera.
Un silencio se instaló en la habitación y Chan se dio cuenta que su pareja se había quedado dormido cuando la respiración fue tranquila y pausada.
Bang sonrió.
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