Marca

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Al salir de la ducha, Enid todavía seguía en la misma posición, lo que hizo que Merlina rodara los ojos.

Se cambió sin vergüenza, ya que parecía que la omega no tenía ganas de asomarse.

Aunque la realidad fue otra.

Enid apenas había asomado sus ojos tras la sábanas, viendo a Merlina de espaldas a ella.

Y de nuevo, aunque esta vez un poco mejor, pudo ver la marca en el cuello de la chica, confirmando lo que había creído ver el día anterior.

Rápidamente volvió a esconderse tras las sábanas.

Sintió un poco de pena por Merlina, pero más que nada, se sintió algo confundida.

La pelinegra parecía otra alfa para ella, bueno, no otra alfa, sino su alfa.

Podía sentir su olor, e incluso, por más que la otra no se diera cuenta, tenía actitudes de alfa.

Recordó la conversación que habían tenido la noche anterior, cuando ella había regresado a su forma humana para confusión de Melrina.

Es ese momento Enid pensó que la pálida sólo se estaba comportando como una idiota (cosa que no quitaba que ella lo fuera realmente), pero ahora que confirmaba que a su alfa la habían mordido, entendía un poco más la actitud.

¿Debería preguntarle qué había pasado? ¿Cómo fue que lo habían hecho? ¿Quién?

Aunque tenía más que claro que Merlina la mandaría a la mierda.

Debía esperar un poco más.

—Eh —un ligero golpe en su espalda hizo que se moviera para asomar sus ojos sobre la sábana, para ver a Merlina—, la comida está lista. Cociné para las dos, no me hagas desperdiciarla.

Sin decir nada se fue hacia la cocina, y sin contestar, Enid la siguió segundos después.

Se sentó enfrentada a Merlina en la mesa, con su plato ya servido, tomó el tenedor y antes de empezar a comer murmuró un "Gracias", mirándola.

Pero en cuanto los ojos oscuros se encontraron con los suyos, bajó la vista y llenó su boca con los fideos.

Pasaron unos minutos donde no dijeron nada, hasta que Merlina casi había terminado su plato, pero estaba lo bastante satisfecha como para comer más lento e intentar hablar con la omega.

—¿Vas a contarme qué te estaba pasando cuando llegué?

Enid la miró unos segundos, Merlina no apartó sus ojos de ella.

—¿Estabas sensible? —aventuró.

—Sí, supongo —contestó Enid, bajo.

"Esta no sabe tratar a una omega", pensó.

Merlina sólo asintió, terminó lo que quedaba en su plato en dos bocados, juntó los cubiertos sobre el plato vacío y se levantó para dejarlo en el lavado.

—Debes tomar los supresores —dijo, voltendose para apoyarse sobre la barra de la cocina.

Vio a la omega fruncir el ceño y mirarla con enojo, aunque cambió su expresión rápidamente y continuó comiendo sus fideos.

—No te gusta que te den órdenes —adivinó.

—No es de mis cosas favoritas —respondió Enid.

La mayor asintió, Enid no dijo nada, terminó su plato y volvió a agradecer a Merlina por la comida.

Se sobresaltó un poco cuando sintió la mano de la chica en su hombro, alzando la vista hacia el rostro de Merlina.

—No tienes que ser distante conmigo sólo porque estás sensible.

delta; wenclairWhere stories live. Discover now