Novio falso

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—Necesito que seas mi novio por aproximadamente dos horas.

—¿¡Qué!? —El contrario levantó la vista de la nieve, luciendo ciertamente sonrojado.

—Solo para la cena con mis padres —Karma rodó los ojos—. Saben que soy gay, no puedo llevar a una chica y tú eres... algo así como mi mejor amigo.

—Karma... —Buscó las palabras correctas—. Lo siento, pero no puedo.

El oji cobre abrió la boca ligeramente. La traición. Era veintidós de diciembre, ¿cómo iba a conseguir pareja falsa en dos días?

—¿Por qué no? —preguntó ligeramente indignado.

—Pues mis padres también van a reunirse ese día —admitió con una mezcla de emoción y pena—. No hemos cenado juntos desde... bueno, el punto es que es una cena importante y no puedo faltar.

Cierto. El pelirrojo chasqueó la lengua, no era el único con problemas paternales, se le había olvidado.

—Bien —dijo con la mandíbula apretada—. Entonces nos vemos luego, Nagisa. Feliz navidad adelantada.

—Feliz navidad y... feliz cumpleaños adelantado también, Karma —sonrió.

Ambos se levantaron de los columpios y se fueron por direcciones opuestas.

Por mucho que le costara, debía aceptar su derrota. Tal vez tendría que admitir frente a sus padres, y demás familiares, que no tenía pareja, darles la razón sobre los pocas probabilidades que tenía de salir con alguien debido a su historial violento.

No, imposible; sería demasiado humillante. Quizá debería empezar a buscar en alguna aplicación de citas a alguien dispuesto a actuar como su pareja durante la cena de navidad. No podía pedirle el favor a nadie más de la Clase E, sin duda se burlarían de él. 

Llevó su mano hasta su boca y comenzó a morder sus uñas. 

Y de repente se encontraba en el suelo. Alzó la mirada rápidamente con molestia.

—Fíjate por dónde caminas, Akabane —gruñó la causa de su caída, quien también se encontraba en el suelo.

—Fíjate tú —dijo.

El peli naranja se levantó de la nieve con un quejido y Karma lo imitó. Genial, el día no podía ser mejor, había sido rechazado por su mejor amigo y ahora tenía el trasero mojado por la nieve.

Asano le dio una última mirada molesta antes de pasar por su lado para en dirección opuesta. Karma comenzó a caminar también.

Maldito Asano, ¿tenía que encontrárselo en la calle justo ese día? ¿No tenía nada más importante que hacer?

Se detuvo.

Asano no tenía nada más importante que hacer. Porque Asano no tenía una buena relación con sus padres. Y seguramente no cenaba con ellos en noche buena.

—¡Oye, Asano! —Corrió hacia él antes de que su cerebro le permitiera pensar lo que estaba haciendo.

—¿Ahora qué? —El peli naranja se giró para verlo con una ceja alzada y su típica expresión de superioridad e indiferencia.

Dudó antes de hablar. Era su rival, ¿Qué pasaba si lo humillaba frente a su familia? ¿Qué pasaba si lo rechazaba?

—Tú... —Miró hacia ambos lados de la calle, corroborando que nadie escuchara semejante petición—. ¿Qué vas a hacer en navidad?

Asano alzó ambas cejas, aunque no lucía sorprendido. Akabane pensó que, con su popularidad en el campus principal, ya debía estar acostumbrado a esa pregunta proveniente de todo tipo de alumnos.

Asakaru Week 2022Where stories live. Discover now