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Harry bufó molesto en un intento de mantener la compostura.
Lo que menos quería era molestarse con su omega y decir algo de lo que pudiera arrepentirse, así que se mantenía lo más tranquilo posible.
—¡Louis! Te he dicho miles de veces que no mezcles tu ropa sucia con la limpia. Estoy cansado de esto, debes ser más organizado.
Suspiró una última vez y pasó su mano por sus largos rizos para peinarlos hacía un costado. Llevaban saliendo casi tres años y exactamente hace un par de meses que vivían juntos en un pequeño apartamento que les quedaba cerca de la universidad.
Ninguno pensó que la convivencia entre los dos sería tan complicada. Louis era desordenado y Harry parecía tener un tic nervioso cada vez que veía algo fuera de su lugar.
Así que de vez en cuando tenían peleas causadas por ese tipo de cosas; de cualquier forma, nunca pasaban demasiado tiempo enojados. Por lo general, Louis se disculpaba con Harry por ser tan desordenado, pedían perdón por pelear y luego se recostaban juntos hasta la hora de dormir.
Pero ahí estaban otra vez. A Louis le costaba demasiado ser ordenado, sin embargo, en realidad lo intentaba, ya que al ponerse en el lugar de Harry sabía que podía llegar a ser una persona muy irritante en ocasiones.
—Harry... Deja de gritar —gruñó cruzándose de brazos, en definitiva, era alguien muy emocional e impulsivo.
—¡Es que te lo he pedido muchísimo! Si seguimos así nuestra casa terminará hundida en la basura.
Louis frunció el ceño y lo miró de pie frente suyo, comenzaba a sentirse exaltado por la situación —Yo no dejo basura tirada en el apartamento y cumplo con mi parte de las labores. ¡No puedes culparme por aún no haberme acostumbrado!
—¡Pero ya van dos meses! Louis, es en serio, de verdad necesito que seas más organizado. Y no que solo prometas que lo serás, sino que realmente lo cumplas.
El castaño lo miró con la furia plasmada en los ojos; se levantó del sofá con fuerza y caminó con rapidez hacía la habitación. Harry rodó los ojos y fue tras él.
—¡Harry! Déjame solo, quiero estar solo, ¿de acuerdo? Estoy molesto y no quiero decirte algo malo. Dame tiempo para relajarme y podemos hablar más tarde.
Harry apretó los labios antes de asentir —Bien, avísame cuando quieras hablar. Estaré aquí.
—Gracias —dijo con sinceridad antes de cerrar la puerta con fuerza.
Se sentía estresado, sabía que su lobo interno estaba llamando a su alfa para que fuera a tranquilizarlo. Pero había veces que Harry no podía ayudarlo con todo y su lobito debía entenderlo.
Aun así, eso no significaba que no podía apoyarse en él. Se puso una sudadera de Harry que le llegaba hasta los muslos y prácticamente se arrastró hasta su nido; era pequeño y comparado con el de otros omegas, Louis pensaba que el suyo daba pena.
