Primera vista a las nubes del pasado

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Capítulo 1: una mirada a las nubes del pasado

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Meses atrás, sin conocimiento exacto de la terrible crisis que deparaba para los clanes, —en especial a ellos­­— Shikamaru gozaba de la poca paz en la aldea, descansaba bajo un enorme árbol de prudente sombra que le permitía admirar el viaje de las nubes, esa constante libertad de caminar sin complicarse la vida.

En verdad estaba cansado. Haberse convertido en chūnin a tan temprana edad era motivo de festejo, sin embargo, tener esa responsabilidad de ejercer liderazgo sobre otros era muy problemático.

Acostumbraba a seguir las órdenes de una persona, su líder: Asuma Sarutobi. Frente al Ino-Shika-Cho Asuma era el jefe de ellos. Una vez que lo perdió, ¿qué debía aspirar a ser?

Gruñó a lo bajo. Chōji, por ejemplo, era un alma pura, amable, leal y sencilla. Incapaz de imponerse por encima de otros. Ino, por otro lado, era el ser más complejo de tratar; ella sí que mandaba, a menudo se veía ceder a los caprichos de la kunoichi sin importar que el cargo de líder se le haya otorgado a él.

Pese a eso, Ino lo reconocía. Que tuviera voz y boca para sentenciar órdenes no significaba representar esa figura que un grupo necesita. Lo entendía, ella lo entendía. El Nara se dotaba de este liderazgo de forma natural, por eso, lealmente, lo seguían. Aunque Shikamaru ignoraba esa cualidad.

—Agh. Sabía que te iba a encontrar aquí.

Sintió el corazón detenerse. Sus ojos ya estaban cerrados, su consciencia desconectada.

—Mujer problemática —gruñó, aun en su posición cómoda recostado en el árbol —, pudiste matarme de un susto.

—¡Vamos, Shikamaru! —ignoró completamente el regaño del Nara, recostando sus rodillas en el pasto verde para jalonearle su camiseta color negro —. ¿Cómo puedes quedarte aquí sin hacer nada? ¡Estoy aburrida!

—Y yo cansado. ¿Por qué mejor no buscas a Sakura y hacen cosas de niñas? —aconsejó, con su mirada al cielo.

Ino dio todo tipo de reproche. Ignorarla no era tarea fácil, mas ya tenía un tanto de práctica. La hacía agotarse y con suerte se marchaba.

Esta vez todo dio un vuelco. La rubia se había acostado al lado de él. Parecía imitarlo.

No se atrevía a pronunciar palabra con tal de no quebrar este mágico momento de silencio. Muy bueno para ser cierto. Ino mantenía su vista firme al cielo, con una respiración marcada. Sus ojos. Cielo contra cielo.

A qué deidad debía encomendar este milagro, no sabía. Agradecido de la quietud de su compañera pues con ella solo conocía pellizcos, gritos o hablar, hablar y hablar.

El silencio era tan extraño. Sin llamarlo incómodo porque no lo era, simplemente... ¿Raro? Dicho momento roto a la primera risita muda de la kunoichi.

—¿En qué piensas? —inició él, como nunca lo hacía, de hecho. Ino daba los primeros pasos en todo con mucha prisa. Hasta al hablar.

—Esa nube parece un bebé deforme —resaltó, con simplicidad.

—Muy observadora.

La chica continuaba riendo, más de un pensamiento estaba ahora en su cabeza.

—Ya no somos unos niños, Shika —señaló, sorprendiéndose de su propio análisis —. ¿Te das cuenta de que tal vez pronto todos tengamos una familia?

—Naruto apenas está enterándose de lo que Hinata siente por él. ¿Crees de verdad que esos dos avancen? —comentó con ironía.

Hinata era exageradamente tímida que cortejar a Naruto con más firmeza, resultaba complejo. El rubio podía intentar conocerla, pero sacarse el aroma floral del cerezo no lo dejaría ir más allá, no tan pronto.

La problemática de los clanes || ShikaIno ||Where stories live. Discover now