𝟎𝟑

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Una piscina. Dos chicos en traje de baño con sus toallas, tumbados sobre ellas. Uno de ellos de pelo largo, y el otro era aquél chico rubio de mechas celestes. Solo se escuchaban risas y maldiciones producidas por la perdida en un juego de cartas.

Una imagen bonita, ¿verdad? Podría haber sido un sueño feliz, aunque fue el causante de que mis ojos se llenaran de lágrimas al despertarme. No sabía que me daba más rabia, si no poder recordar ese momento, o no poder ver con claridad el rostro de aquellas personas. ¿Fueron amigos míos? ¿O simplemente una creación de mí cerebro?

El resto de la mañana fue demasiado tranquila. No podía ir al trabajo de normal, pues Bonten podría descubrirla. Y tampoco tenía la compañía de Tora.
Solo la quedaba sentarse en el sofá a escribir en su portátil una especie de diario, el cuál sería luego entregado al departamento.

Justo cuando estaba terminando de escribir la cuarta página, sonó mi teléfono, un número que no tenía agendado.

- ¿Sí?

-¿Gekkō Shinohana?

- Sí, soy yo. ¿Puedo saber con quién estoy hablando? - Un miedo comenzó a invadir su cuerpo. ¿Y si eran agentes de Bonten?

-¡Que desilusión! Pensé que ya me habías agregado...

- ¡Haitani!

- Puedes decirme Rindou.

Nos quedamos hablando por teléfono un rato, un largo rato. El comentaba el estrés de su trabajo, pero mencionando que era una empresa privada. ¿A estas alturas no sabe que ya todo el mundo sabe de la existencia de Bonten como mafia?
Al final quedamos en vernos en una cafetería en el centro de Shibuya, pues Rindou quería verme y hacerme unas preguntas.

- ¡Lo logré Hai! - Bastante emocionada corri a abrazar a mi perro, mi fiel confidente.

A la tarde, me preparé y maquille un poco, para después ponerle la correa al perro. Hoy le tocaba paseo, y podía aprovechar aquella tarde.

Al llegar a la cafetería, me quedé sentada en una mesa de la terraza a esperar al chico. Miraba a la gente caminar por la calle, hasta que vi una figura que me resultó familiar.

- ¡Hina!

La pelirrosa se giró y ambos corrimos a abrazarnos. Hacía ya un par de semanas que no la veía. Por un momento olvidé la misión.

- ¿Pero que te has hecho en el pelo ____? ¡Estás preciosa!

- No, Hina, no me llames así... - Temió porque Rindo estuviera cerca y pudiera escuchar algo. Me acerqué al oído de la chica y la hablé brevemente sobre la misión, diciendola que le pidieras más datos a su hermano.  Lo mejor sería avisar a todo el grupo de una y que así nadie me llamara por mí nombre...

- Gekkō es un bonito nombre, me gusta.

- Gracias. La verdad es que esa era la otra opción que tenía en mente mi madre.

Comenzamos a reír, comentando algunas cosas del pasado y riendo todavía más. Cuando acabara mi misión, prometi que invitaría a todos a una fiesta en la playa, como forma de celebrar mí victoria.

No me di cuenta de que alguien estaba tras de mí hasta que sentí una cálida mano agarrar mi hombro, tomándome con firmeza.
Pude ver cómo los ojos de Hina se llenaban de miedo al ver a la persona que tenía detrás.

𝟐𝟎𝟏𝟕 (Rindou Haitani x Reader)Where stories live. Discover now