Capítulo 14: bestias

340 39 0
                                    

Las personas pueden sonreír cuando son tiempos buenos, pero cuando las cosas empeoran, se convierten en monstruos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las personas pueden sonreír cuando son tiempos buenos, pero cuando las cosas empeoran, se convierten en monstruos. ¿Acaso no dijiste eso, Hyuk? La pregunta aquí es: ¿quién es el verdadero monstruo? ¿Los que se clasifican como tal, o los que se jactan de no serlo?

“El infierno está vacío, todos los demonios están aquí”, William Shakespeare.

Para ser sincero, no me sorprendí cuando Wook entró a la sala hecho furia y sometió al estratega tomándolo por el cuello, lo que parecía ser una costumbre cuando iban a pegarle

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Para ser sincero, no me sorprendí cuando Wook entró a la sala hecho furia y sometió al estratega tomándolo por el cuello, lo que parecía ser una costumbre cuando iban a pegarle. Lo que se merecía muchas veces y esta era una de ellas. Hyuk simplemente se negaba a ir al hospital por los inhaladores de Yuri, la cual podría morir en caso de no conseguir alguno pronto. Sin embargo, nada de lo que le decían parecía entrar en su pequeña cabeza de genio que se limitaba a escucharse a sí mismo.

La calma del momento fue remplazado con cólera cuánto más avanzaba la situación.

—De verdad, ¿cómo puedes ser tan frío? Y después dicen que el monstruo aquí soy yo —comenté, furioso.

Aunque no pensaba que Hyuk fuese un monstruo, más bien, era un estúpido e insensible humano que ansiaba parecer mejor. Ser mejor. Y que los demás aguardasen bajo su manto indicaciones.

—No podemos poner a todos en peligro por una sola persona —alegó a pesar del razonamiento de Jisu, lo que provocó aún más la furia de Wook.

—Yuri, ¿vas a morir? —preguntó el niño llamando mi atención.

—Oh, claro que no. Mira, sigo bien, Yeong —dijo ella fingiendo algo que no podía, a leguas se notaba que no estaba bien.

Me molestaba en cierta parte la actitud de Hyuk, puesto que cuando la nombró como “la diosa Yuri” creí que tal vez tenía sentimientos por ella, lo que antes se me hizo un poco chocante, pero ahora se me hacía extraña su nula preocupación. Sin embargo, ¿qué me aseguraba que él solo estuviera manteniendo su vida pública y privada por separado? Como aquella máscara que siempre utilizaba que a veces creía verla caer, su vida se comportaba de la misma forma. Y yo no era quien para decir nada.

El Rey de los Monstruos Where stories live. Discover now