Question...?

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EL IMPACTO DE UN METEORITO

Historia inspirada en "Question...?"

Escrita por: Cristian Martín


—Oye, Cecé, ¿puedo hacerte una pregunta?

Como siempre, aquello me pilló en el momento más inoportuno posible. Esta vez, estaba  bebiendo agua en la fuente del patio, inclinado, con el culo en pompa y las piernas entreabiertas. Igual de indefenso que una jirafa sedienta que solo intenta recuperarse tras la huida de un cazador. O igual que un estudiante de diecisiete años que necesita retomar fuerzas tras la case de gimnasia. Visualizadlo como prefiráis.

A pesar de ello, lo peor no era ni mi pose ridícula ni mis mejillas al rojo vivo, sino que conocía perfectamente cuál iba a ser la pregunta de Nina.

—Claro, dime —le respondí tras levantarme y secarme los labios con el puño del chandal. Qué ganas tenía de ducharme y ponerme el uniforme de nuevo.

—¿Eres...? —Mi compañera de clase bajó la voz— ¿Eres gay?

Por supuesto, fruncí el ceño, ladeé la cabeza y apreté la mandíbula; porque, para ella y para cualquiera que me lo preguntase, para mí esa idea era tan inesperada e impensable que no cabía otra que extrañarme ante semejante ida de olla.

—¿Qué? —Solté con una carcajada rota, como si de tan absurdo que era fuera hilarante. Pero en este hecho hay algo que nadie suele contar: engañarte a ti mismo y actuar como si todo fuera bien suele doler bastante.

Sin embargo, Nina no se dio cuenta de ello; igual que el resto. Se limitó a suspirar, y lo hizo de forma tan sonora que llegué a pensar que realmente su vida dependía de que no fuera un maricón pintao.

—¡Ya decía yo! Es que Tori va di... —frenó, dándose cuenta de que se estaba pasando de frenada. La pregunta podía hacérmela, pero el chisme no podía contármelo.

—¿Qué? ¿Qué va diciendo mi ex? —sonreí. Pero yo lo sabía perfectamente.

—Bueno... Pues que... —carraspeó—. Voy a llegar tarde a clase y me toca mates con la Martirio, ya sabes que no soporta que...

—Claro, ya nos vemos —le guiñé un ojo. La clave para desbancar cualquier rumor, para hacer creer que todo va bien, es la naturalidad. Irónicamente, fingir no era algo precisamente natural, pero, al menos, Nina una más que me hacía la preguntita por eso y no por aquello.

Tras mi guiño, se marchó aprisa, con su coleta bamboleando sobre su espalda, y yo suspiré aliviado. No fue hasta entonces que me giré  para mirar a Ramon. Como era habitual, en lugar de recoger las pelotas de baloncesto tal como el profesor le había pedido, estaba entreteniéndose driblando antes de lanzar algún triple. A él nunca le hacían ese tipo de preguntas, ¿cómo era posible? ¿Acaso sobornaba a la gente? No..., debía de ser por su figura atlética, su ancha espalda, su prominente... nuez. Y por lo bien que se le daba el baloncesto. A nadie, escampasen los rumores que escampasen, se le ocurriría preguntarle lo mismo a Ramon; al fin y al cabo, la diferencia entre nosotros dos es que él estaba driblando un balón, y yo me había quedado a verlo con la excusa de que tenía sed...

Supuse que Tori podía contar lo que quisiera; de todas maneras, lo único que importaba es que parecía que nadie había visto lo que ocurrió el sábado pasado. Mientras yo tenía la memoria clavada en aquel recuerdo, Ramon se lanzó a realizar un mate, que acabó clavando sin esfuerzo. Todo parecía salirle de manera natural,  como si fuera una gacela; totalmente contrario a una jirafa.

Taylor Swift's Midnights MayhemWhere stories live. Discover now