Inocente Cortejo

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Ocho años de correspondencia, no tan continua cómo en primera instancia, después de su último encuentro, ambos pulcros corazones se concentraron en mejorar. Sanaron poco a poco la herida de su separación temprana. Park Jimin, el joven pelinegro de ojos esmeralda, era la idolatría de todo quién quisiera pretender al bello omega, porque ese día iniciaban las fiestas, los bailes que veía el pequeño Park estaban a un instante de suceder.

La casa Park se alistaba, estaban preparando todo para el gran debut en sociedad de su hijo mayor, oh, vaya que estaban encantados, su primogénito era el orgullo de sus antecesores, quienes desde antes recibieron propuestas para su hijo. Sin embargo, dejarían a su joven caballero elegir su pareja. En ese instante en la alcoba del mencionado, el personal se volvía loco, ataviando, maquillando y peinando a Jimin, tenía que ir impecable a su primer baile, su tarjeta de presentación estaba lista para ser llenada de candidatos a bailar, todo era perfectamente adecuado.

Más nervioso de lo que imaginó salió de casa, subiendo al transporte que lo llevaría a la casa Jung, la primera casa para el inicio de temporada. Park bajó vistiendo un traje crema con toques blancos, le colocaron sombras durazno para hacerlo ver natural, y, un poco brillo para hacerlo resaltar. Al entrar a la casa Jung, saludó adecuadamente a los invitados que se iba encontrando, pero su objetivo principal apareció. Wheein y él debutaban el mismo día, su bella amiga portaba un vestido azul cielo con toques plateados, también se veía hermosa, no dudó en acercarse a ella y saludarla para pasar la velada juntos. Regla principal de los bailes, nunca te quedes solo. Desde lejos se veía a mujeres y hombres hacer fila o amagar un intento de acercamiento a los jóvenes amigos.

Ah.

«Cuando me presente, será mi turno de ser cortejado, e igualmente que Hoseok Hyung los alfas y betas harán filas...»

Era adulador ver su ingenuo sueño hecho realidad… Se sentía bien, pero… ese algo aún le falta, tal vez, si se dispusiera a bailar con alguien, o tal vez si…

—Mi lucero de esta noche —esa voz—. ¿Me concedería este baile?

Y el joven Park, quién parecía desinteresado en querer bailar con alguien, no pudo evitar voltear a ver a la persona que le hablaba. Porque esa propuesta, Dios, esa propuesta la recibió antes, era perteneciente de un niño con voz más aguda, más bajito, de piel pálida con un tierno sonrojo en sus mejillas. No olvidaría nunca su primera propuesta.

Supuestamente Yoongi no regresaría pronto, entonces…

¿Quién era ese alto hombre?

Piel pálida, cabello rubio y ojos ámbar, olía a su postre favorito de licor de chocolate, pues se privó en olfatear discretamente ocultando su rostro tras un abanico. Aún así, a quien vio no supo si era el niño que estaba esperando. Y el joven hombre seguía esperando una respuesta, así que entregó al hermoso omega, un ramo de flores, eran amapolas amarillas. La primera flor que inició su "pre-cortejo", fue una amapola silvestre. En esos años era muy chiquito para saber el significado, ahora lo recordaba y quiso llorar, porque seguía estando dispuesto a entregar su corazón. A su vez, el joven omega tendió su mano, aceptando bailar con el extraño de sus recuerdos, su corazón se aceleró y la enfermedad que recordaba seguía ahí, y había encontrado su detonante en el toque gentil de las varoniles manos.

—No tenía dudas,  eres espléndido. El más bonito entre todos y todas. —Dijo sonriendo.

«No pongo en duda que serás espléndido. El más bonito entre todos y todas…»

Llegó ese bello recuerdo del primer baile de su vida.

—Esperaste mucho ¿No es así Minie?

Y el joven adulto Park Jimin, regresó a cuando eran niños y se dejó llevar ahí, ante la mirada de todos. Pues sonrió inmenso, sus ojitos se hicieron dos líneas de felicidad y su sonrisa transmitía la calma que tanto extrañó el alfa.

—¿Puedo tomar esto como un cortejo, Gigi?

¡Oh! ¡Claro que podía!

—Es inevitable Mimi.

En pleno apogeo de la fiesta, quedó más que claro el objetivo del joven Park, la envidia entre toda la multitud que se limitaba a ver desde fuera el mundo de aquellos jóvenes. Bailaban a la par y sonreían descaradamente sin disimulos. La envidia de un amor naciente, o más bien, un amor que nunca se fue. Un inocente cortejo que era un secreto, porque nadie sabía y no eran quienes para contarlo, pero ellos ya habían escrito su destino. Y las amapolas amarillas que entregó Yoongi significaban algo que no sabía el día que obsequió la primera flor.

«Estaremos juntos lo antes posible»

Perfecto para dos personas que siempre han anhelado su encuentro, lo que inició con un cándido pre-cortejo...

Fin


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Que bonito es el amor :'3
En fin, fue lindo escribir está historia.

Atte: E.M.

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