🌑 Prólogo 🌑

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En su ciudad, era casi una costumbre el ir a fin de mes a ver un espectáculo en el teatro de danza, sean las hermanas encargadas del lugar o algún invitado, siempre estaría toda la ciudad reunida para presenciar el acto, y ese día no era la excepción.

Podía ver a todas las personas reunidas en el lugar, en los propios asientos, en las lonas en el piso, bajo los árboles de cerezo, era tan común ver todo lleno, y todos esperaban a quien sea que diera el espectáculo esta vez, esperando que quizás, sea el encargado de la propia ciudad...

–¿No vas a presentarte en el teatro?

Un círculo de humo negro y morado rodeaba a quien todos esperaban que diera el acto de hoy, quien como siempre, estaba encerrado en su santuario, arrodillado con la cola de su gabardina rota frente a velas cuyo fuego encendido cambiaba de tonalidad.

Nada parecía que iba a perturbar su meditación, hasta que escuchó aquella voz mordaz a sus espaldas, y sabiendo que la persona detrás de él iba a impedir por este día su meditar, movió una de sus manos, apagando el fuego de las velas y disipando el humo que lo rodeaba.

No se levantó ni tampoco lo vió totalmente, pero sí inclinó un poco la cabeza hacia uno de sus hombros, y entonces fue que le habló.

–¿Hay alguna obligación por la que debería hacerlo?–preguntó aquel rubio cuyos ojos mostraban un fuerte tono de morado.

–No lo sé, ¿tal vez dar el espectáculo de hoy? Era lo que todos esperaban–dijo una de las personas a sus espaldas, un hombre alto, de piel pálida, cabellos vinotinto y afilados ojo azules.

–El Teatro de Danza tiene más artistas que las hermanas, ¿por qué yo debería ir y dar un "espectáculo"?–dijo con voz bastante plana, dando a entender su desinterés.

–Porque debes salir de aquí para variar, meditar es bueno, pero hacerlo durante días seguidos cansa la mente, no la relaja–dijo el más bajo de todos los presentes cuyo cabello púrpura oscuro cubría sus ojos.

El silencio que procedió de parte del encargado de ese lugar les dijo a todos los demás algo que ya sabían, y es que este era consciente que había estado cansándose con su meditación, no relajándose.

–¿Qué le preocupa?

Uno de los presente, el único niño entre ellos, se arrodilló al lado de su amigo y superior, y tal vez ese era el gesto que necesitaba para poder tener la confianza de dirigirle completamente la vista a él al menos, ya que si bien se quedó callado los siguientes segundos, sí accedió a hablar cuando tuvo el suficiente tiempo de pensar en aquella pregunta que el más jovencito le había hecho.

–Hay algo...raro...–fue lo que respondió, sin saber cómo explicarlo bien–hay algo que siento raro, pero no sé qué es...–dijo entrelazando y apretando sus propias manos–es como si algo no estuviera bien en este lugar...

Quienes habían venido a ver a su amigo compartieron una mirada entre sí, no una precisamente de confusión, sino más bien una de preocupación.

Conocían de toda la vida a su amigo, y conocían su situación con sus visiones al futuro, y más aún sabía que esa habilidad suya últimamente estaba actuando de forma rara, en general, habían escuchado de su propio amigo que mostraba a siluetas extrañas, le hacía oír voces distorsionadas, espacios en blanco y negro, pero lo que más le preocupaba a él, aunque para ellos no era ni remotamente lo más preocupante, es que veía manchas negras.

Twisted Wonderland [ Fanfic AU ] 🌑 Bienvenido Al Mundo De Los Villanos 🌑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora