🌑 Capítulo 14 🌑

32 6 0
                                    


En esta vida hay consejos bastantes obvios que uno debería seguir para auto-preservarse, como no correr con tijeras, dejar a los niños solos y uno que no se menciona pero sin duda debería incluirse es: no dejar que adolescentes vayan a minas abandonadas que no es que parezcan muy estables, Maryoku no era un experto en minas, no eran su campo de estudio ni de trabajo, pero había convivido lo suficiente con uno de los compañeros de Kirikizan y Chandelier, que no era minero pero sí manejaba la extracción de minerales en minas, para saber que la estructura de ese lugar no era precisamente segura.

Además de que su propio sentido común le decía que era una muy, muy mala idea entrar allí, pero esos dos muchachos estaban claramente desesperados por tratar de encontrar esa piedra, no tenía muchas más opciones que aceptar ir con ellos por lo que le prometió a Miranda, pero antes de hacerlo recomendó a los dos ir a la casa que estaba cerca de las minas, donde tal vez podrían encontrar algo que les fuese de utilidad.

Claro que tomar una roca incrustada en una pared no es que fuera un problema para él o algo muy difícil para él, más probable es que rompiera la pared al tratar de sacarla que el no poder sacarla en realidad, pero mejor era ganar un poco de tiempo para tratar de usar su clarividencia para ver el parámetro de esas minas mientras ellos revisaban lo que sea que hubiera allí dentro.

Su clarividencia no le mostró mucho más que lo que ya se esperaba, como el hecho de había fantasmas allí adentro y que no había muchos minerales, que tenga el conocimiento que sean valiosos, que se vieran a simple vista, pero al menos el primer tramo de la mina que logró ver antes de que ellos interrumpieran su visión se veía seguro, no era la mina más estable que había visto, pero si no iban muy profundo no creía que hubiera problemas en al menos buscar.

–¡Bwah! ¡Tengo una telaraña en mi cara! ¡Pchoo! ¡Pchoo!–Grim saltó de un lado al otro tratando de quitarse esa telaraña de encima, que fue lo que desconcentró a Maryoku y lo hizo perder el hilo de su clarividencia.

–Ven, déjame ayudarte con eso–dijo Maryoku agachándose para poder quitarle las telarañas a Grim.

–Maryoku, mira esto–llamó su atención Ace–mira qué diminutos son estos escritorios y sillas, ¿vivían niños aquí? Uno, dos...¡siete! Es como un coche de payaso aquí–dijo riéndose un poco con el tamaño de todo lo que había en esa cabaña.

–Detesto los payasos–respondió Maryoku rotundamente.

–¿Hay algo que no detestes? Tienes cara de odiar todo desde la mañana–dijo Ace como una pequeña burla hacia el mayor.

–Mis razones he tenido, ¿no crees?–dijo Maryoku de manera irónica sin responderle su pregunta–y esta casa debió tener su momento de vida, cuando las minas aún estaban abiertas, eso imagino, hay mineros que viven tenebrosamente cerca de su lugar de trabajo

–¿Conoces a algún minero?–preguntó Deuce curioso por lo que el brujo dijo.

–Algunos, un empresario que trabaja con minas, un joyero que extrae sus propias piedras preciosas, en la vecina de mi región incluso hay una mujer que se pasa sus días en los túneles subterráneos de su propia región, solo que ella busca fósiles–dijo Maryoku sin prestarle mucha atención a Deuce–yo por mi parte no hago mucho trabajo de campo

–Hm...perdona la pregunta indiscreta, pero...¿cuántos años tienes, Maryoku?–preguntó Deuce tratando de no sonar descortés–es que...por más que te veas como alguien menor que nosotros, actúas como alguien mayor

–Tengo la edad suficiente para decir que mi molestia principal con esta academia es que me hayan traído en un primer momento como estudiante cuando hace ya décadas que pasé por esa etapa–dijo Maryoku sarcásticamente hacia el menor.

–No pareces alguien de treinta–dijo Ace aparentemente suponiendo que tenía esa edad.

–No tengo treinta–dijo Maryoku levantándose y de inmediato poniendo sus manos sobre su cintura.

–¿Cuántos años tienes entonces?–preguntó Ace cruzándose de brazos.

–¿Vinieron a buscar esa piedra mágica o a perder el tiempo haciéndome preguntas que ni al caso con la situación?–dijo Maryoku afilando la mirada ante la indiscreción del de ojos rojos–los acompañaré en la mina porque puede llegar a ser peligroso, y dos muchachos de dieciséis años que dudo que hayan ido a la playa solos por primera vez aún no son los más aptos para eso, ustedes lo saben mejor que yo, ¿no creen?

–Ah...–suspiró–está bien, está bien, esto no nos lleva a ninguna parte, si vamos a encontrar una piedra mágica, estará dentro de la mina, entremos y echemos un vistazo–dijo Ace pasando del tema para proceder a salir de la cabaña.

–Puede salirte un fantasma a penas entres–le dijo Maryoku de forma monótona antes de que se alejara de la cabaña.

Y fue suficiente para que alentara su caminar, de un modo u otro indicando que los esperaría a ambos para que entraran juntos.

–No tengo interés alguno con quedarme en esta academia–comentó Maryoku hacia Deuce–haré esto nada más por ustedes y porque la señora Miranda me pidió cuidarlos, pero no puedo asegurar que algo no salga mal aquí, estas minas me dan una muy mala espina

–Tú te estás sacrificando en algo más peligroso que nosotros, reconozco tu fuerza y...me dió muchísimo miedo cuando la usaste contra Grim en el patio, pero aún con fuerza entrar allí sin tener magia es peligroso–dijo Deuce buscando una forma de que eso no sonara como una ofensa, ya que su intención enserio no era ofenderlo.

–Hmph...si eso es lo que crees tendremos que esperar a ver quién le cuida la espalda a quién–dijo Maryoku sin intentar razonar más con el peli-azul–solo te advierto que los fantasmas que mencioné no era una broma

¿En qué momento de su vida había caído tan bajo para hacer tales amenazas pasivas? No lo sabía, sin embargo, mejor era irles avisando de lo que verían desde ahora y que no los tomara por sorpresa, algo con lo que no empezaron bien, ya que Grim fue el primero en asustarse solo por ver que las minas estaban oscuras, no tenía idea de qué se esperaba siendo que era de noche pero no le hará la pregunta por ahora.

El lugar en sí sería bastante bonito si no fuera por los fantasmas que los asustaron en primer lugar, fue su bienvenida a las minas y lo que puso con los pelos de punta a Grim de nuevo, además de poner alerta a Ace y Deuce, pero siendo justo consigo mismo, Maryoku no quería lidiar más con fantasmas, por hoy al menos no, así que aplicó una técnica que su padre y su propio puesto en la ciudad con más espíritus de su nación le habían enseñado.

Aprovechó que estaba detrás de todos, y solo le bastó con mover un poco los labios para que los fantasmas lo notaran, y cuando lo notaron, todos salieron huyendo al reconocer un conjuro que estuvo a punto de decir en voz baja para desaparecerlos a todos, y aunque huyeran iba a hacerlo...

Sin embargo, un fuerte "chiiir", como el sonido de una interferencia, sonó fuerte en uno de sus oídos y tuvo que inmediato llevar una mano sobre él para taparlo, al obviamente dolerle tal sonido horrible que...hace tiempo no había oído...

Hace tiempo, porque de oírlo sí lo había escuchado en algunas ocasiones cuando tomaba la estúpida decisión de usar hechizos al enfrentarse...

No lo vengan a joder, eso no puede ser cierto.

–¡Maryoku, espera!

Ni siquiera se dió cuenta cuando salió corriendo y no le importaba, necesitaba adelantarse un momento para comprobar si ese sonido que había oído antes era por lo que creía que era.

Y si era por eso, tal vez podía comprobar que sus poderes psíquicos seguían fallando...

Twisted Wonderland [ Fanfic AU ] 🌑 Bienvenido Al Mundo De Los Villanos 🌑Where stories live. Discover now