IV

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Estando Zim en su base no podía dejar de pensar en la escusa tan mediocre y mala que se le ocurrió decirle a la chica que le gustaba "me gusta ese chico" ahora pensaría que miles de mujeres terrícolas estarían tras él y que ¡ella nunca tendría oportunidad! Fue un tonto, muy tonto. Si le decía la verdad tal vez de que él era esa humana...

Se pegó en la cabeza jalando sus antenas al recapacitar, ¡¿En qué demonios estaba pensando?! Por qué quería que ella tuviera una oportunidad, las féminas eran lo de menos en este asqueroso planeta. Aunque el día de ayer le había gustado siendo una linda experiencia, solo fue una debilidad del momento, no dejaría de conquistar la tierra y debía seguir con su plan del maquillaje. Nunca más vería a esa humana y así no volvería a sentirse de esa manera ¿cierto?

—¡Mary, Mary, Mary!

De la nada Gir empezó a gritar desde la ventana, dando un gran salto a la entrada abrió la puerta sin dudar un solo momento al escuchar el primer toque dejando ver a un enfadado humano con guadaña como cabello.

—¡Gir! ¡No debes abrirle al enemigo! Ya hablamos de esto. Mejor ve por pizza.—Hablo el irken frustrado de más por la actitud de su sirviente.

Zim le tendió a Gir un billete verde que como un rayo de luz no tardó en agarrar y salir de ahí sin despedirse casi tirando al humano que apenas y pudo esquivar haciéndose a un lado.

—¡Zim!

—¿Qué quieres? —Rasco su mejilla restando importancia.

—¿Cómo es que conoces a Cynthia? ¿Le hiciste experimentos y por eso ella cree que le gustas verdad?

—¡Zim no necesita hacer eso! No la culpo Zim tiene un encanto natural. —Puso su mano en su pecho con una enorme sonrisa orgullosa.

El irken termino siendo jalado contra la pared tomado de su blusa magenta por los puños del chico con anteojos, su mirada fúrica solo alertaba a Zim haciendo bajar las antenas, pero teniéndolo de esa forma lograba ver la altura de Dib, era muy alto tanto que al hacer esto lo dejaba colgando sin posibilidad de tocar el piso con sus pies, nunca quiso admitirlo, pero tenía una altura casi igual a sus más altos...

—Por Irk...

Sus mejillas volvieron a teñirse de rojo, su cara volvía a arder al darse cuenta de que Dib también parecía un más alto, siempre gritándole igual que sus altos, aunque debes en cuando era tierno con Zim en una especie de tregua. Su pulso volvió a latir con fuerza y eso asustó al pequeño alíen que ya sin duda alguna le terminó de dar un puñetazo a la mejilla del contrario, logrando que el de anteojos lo soltará de inmediato.

—¡¡COMPUTADORA!! ¡ACTIVA SISTEMA DE DEFENSA!

—¡No te saldrás con la tuya Zim! Ya verás... Eh... ¡Nooo!

Dos pares de garras tomaron a Dib obligando a salir a del ojo ámbar casi lanzándolo a la calle como su fuera un borracho. Por el impacto termino sobando su trasero y su espalda. El de ojos ámbar pensaba que venir aquí y preguntarle sería una tontería, pero aún así decidió intentar, no obtuvo respuesta. Por lo que decidió una cosa en ese momento.

—Bueno plan B— Sonrió dejando sus manos alrededor de sus caderas viendo a la casa de Zim— Vamos a competir entonces, veremos quien obtiene el corazón de Cynthia, la voy a enamorar, ¡Zim no tendrá oportunidad conmigo!... Pero ¿a quién le estoy diciendo esto...? Por mercurio debo dejar de hablar solo.

Zim miro como el humano se iba desde la esquina de su ventana y solo pudo respirar profundo para calmarse, no podía creer que Dib también le causó de la nada una sensación casi igual a la de aquella fémina.  Se dejó caer en su sofá boca abajo pensativo, tal vez podía dejar de ver a la fémina, pero a Dib... Eso sería un enorme problema, y Dib no vestía como alto... ¿Acaso tenía algo por la estatura?

Me enamore de una mentira (ZaDr)Where stories live. Discover now