My Little Bunny ☘ ChanIn

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—Navidad, navidad, hoy es navidad... —cantó Minho mientras miraba como su padre armaba el arbolito de navidad—, es un día de alegría y felicidad, ¡Hey! —Jeongin sonrió al escuchar a su hijo cantar tan feliz. El menor empezó a separar las ramas del arbolito para que se vea mucho mejor.

La navidad se acercaba y ya era hora de hacer el arbolito en la casa.

Aunque la verdad era que navidad sería dentro de tres días, por tema de trabajo Jeongin no había tenido tiempo para decorar la casa, y no lo haría solo, sabía que a su hijo le gustaba también decorar junto a él.

El apartamento ya estaba decorado con decoraciones navideñas; la puerta del apartamento por fuera tenía una corona navideña. Arriba del sillón de a dos había una bota navideña, y el centro de la mesilla había de decoración una vela roja junto a dos muñecos de nieve de adorno.

El timbre sonó y Jeongin se dirigió a la puerta, abriéndola al ver de quien se trataba.

—Traje brochetas —levantó la bolsa. Jeongin sonrió y tomó la mano de Chan para que pase al apartamento. El rubio dejó su abrigo en el perchero.

El niño de la casa se asomó para ver de quien se trataba. Sonrió emocionado al ver a su profesor.

—¡Profesor! —corrió a él con los brazos extendidos, con los días había agarrado muchísima más confianza de la que ya tenía. Chan correspondió el abrazo y lo tomó en brazos.

Mientras tanto, Jeongin había tomado la bolsa con brochetas de cordero y las dejó en la cocina para ponerlos en un plato. Sacó tres vasos para servir bebida y llevarlo todo al salón, viendo que Minho junto a Chan estaban separando las ramas del árbol de navidad.

—Minmin, ¿puedes ir a buscar las decoraciones? —el menor asintió y se fue a buscar al cuarto de invitados donde estaban las cajas con decoraciones como luces y bolas navideñas doradas y rojas junto a la estrella dorada con brillos.

Chan aprovechó para rodear la cintura del pelinegro, quien giró entre sus brazos para que queden frente a frente.

—¿Qué haces? —dijo divertido Jeongin sonriendo y posando sus brazos en los hombros del contrario.

—Abrazando a mi novio, ¿no puedo? —travieso rozó su nariz con el pelinegro dándose un beso esquimal. Acortaron la distancia juntando sus labios una vez más como ya en varias ocasiones.

Por otro lado, Minho estaba tomando la caja liviana que tenía las esferas navideñas y luces. Con cuidado y tranquilidad salió de la habitación para dirigirse al salón.

Cuando elevó la mirada pudo ver el momento romántico de ambos adultos. Pestañó varias veces perplejo, abriendo su boquita en una "O" por la sorpresa.

Antes de que la pareja terminara el beso, miró a todos lados dándose la vuelta y volver por donde había llegado, solo para no interrumpir el momento. Se sentó en el suelo juntando sus manitas y moviendo sus pies, esperando unos segundos para volver al salón.

Cuando ya pasaron unos segundos y escuchó que los mayores estaban conversando, se levantó y tomó nuevamente la caja, caminando hasta la sala.

El niño llegó a la sala y ya los adultos estaban separados, terminando de arreglar el árbol.

—Aquí está —sonrió el menor levantando la caja.

—Genial, ¿me ayudan a decorar? —preguntó Jeongin. Los restantes asintieron sacando de la caja las esferas y luces. El niño colocaba los adornos hasta donde llegaba y donde ya había luces, mientras que los mayores daban vueltas por el árbol colocando las luces de colores.

Empezaron a decorar el árbol de navidad con todo lo que había en la caja. El árbol de pino poco a poco iba quedando mucho más lindo y agarrando ese aire a navidad con los colores dorados y rojos de las esferas. Solo faltaba la famosa estrella en la punta, donde Chan levantó al niño y el menor puso la estrella dorada en la punta del pino.

El pequeño sonrió orgulloso y fue bajado tocando ya el suelo, alejándose para poder ver por completo el árbol.

Jeongin aprovechó de que habían terminado para poder empezar a comer las brochetas, tomando una y sentándose cansado en el sillón junto a Chan; no recordaba lo cansado que era decorar el árbol de navidad.

—¿Es mi idea o está nevando? —preguntó Chan apuntando a la ventana donde se veía los copos de nieve cayendo sutilmente. El menor miró de inmediato a la ventana que estaba al lado del árbol y sonrió, realmente estaba nevando.

—¡Papá, papá! ¿Podemos ir afuera? Por favor... —pidió juntando sus manitas mirando a su padre. Jeongin solo suspiró cansado, se tendría que parar nuevamente. ¿Y sus brochetas de cordero...?

—Está bien, podemos- ¡Pero abrígate bien! —alzó la voz cuando vio como el menor corrió a su habitación a buscar su abrigo.solo rio por la emoción del menor, comiendo de la brocheta que había sacado.

—Se emocionan con tan poco —Jeongin asintió ante lo dicho por Chan—. ¿Tendrás libre para navidad?

—Sí, por suerte sí. Aunque tendré turno de noche el veinticinco, pero es mejor que el de Nochebuena.

—¿Por Minho?

—Aparte de él, en las fiestas es donde más accidentes hay, sobre todo en la noche. Emocionarse demasiado puede terminar en tragedia —hizo una mueca. La otra vez había llegado un Santa con un adorno de dulce en su brazo, algo que no se veía todos los días.

El menor corrió a la entrada y gritó:

—¡Vamos, vamos! —saltó en su sitio.

Ambos adultos se miraron y se sonrieron rendidos. Se colocaron sus abrigos y guantes. Salieron del apartamento encaminando a fuera del edificio.

Minho corrió por la calle que ya tenía nieve, disfrutando de los copos que caían encima de él.

La tarde seguiría jugando en la nieve, haciendo pequeños muñecos de nieve con la nieve y ángeles en esta.

Una mujer que había salido también con su hijo junto a su esposo miró a Chan y Jeongin junto al pequeño. Suspiró encantada.

—Qué bonita familia, ojalá fueran todas así.

Definitivamente una bonita familia que se iba formando poco a poco con el tiempo sin que los mismos integrantes que formaban parte se dieran cuenta de esto, pero mientras tanto, disfrutar de la compañía y lindos recuerdos que se creaban entre ellos.