Capítulo 4

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Al encontrarse en su punto más alto en el cielo, el enorme astro del Sistema Solar alumbraba con intensidad todo su panorama, específicamente a la pintoresca y alegre ciudad de Magnolia, a esa hora del día los edificios comerciales ya se encontraba repletos de personas, saliendo y entrando en distintos tiempos. Los niños corrían de un lado a otro con sus padres lo suficientemente cerca para estar atento a ellos, pero no demasiado para evitar amargarles su momento de diversión y desgaste de energía.

Algunas de ellas que paseaban cerca de las puertas del gremio de Fairy Tail, se confundían al escuchar bastante tranquilidad proveniente del interior del edificio. Escuchaban el parloteo de los magos, o algunas que otras carcajadas sonoras, pero nada más que eso.

¿Un Fairy Tail tranquilo y sin alboroto generado por peleas de los mismos miembros? Eso era un suceso nuevo por el cual vivir.

Y la realidad no estaba tan alejada de lo que claramente no escuchaban las personas que pasaban por fuera, dentro del gremio no se encontraba la misma cantidad de magos que regularmente se aprecia en el edificio, los pocos que se encontraban dentro, eran los que casi siempre están, principalmente para evitar aburrirse en sus propias casas, y divertirse con sus otros compañeros de gremio compartiendo algunos tarros de cerveza.

Por alguna razón, ese día en particular, y desde después de que finalizara la alocada fiesta del héroe de Fiore, el gremio a estado incómodamente tranquilo, ni siquiera el mismo alborotador estrella de cabello salmón a tenido los ánimos suficientes para iniciar algún alboroto.

Y hablando del diablo, técnicamente mitad demonio, no se encontraba en el gremio.

-¿No les parece que flamitas ha estado muy raro en estos días? -inició la platica del día el exhibicionista alquimista de hielo. Sentado junto a sus compañeros de equipo.

-Ahora que lo mencionas, es cierto -apoyó la mención Lucy, mirando en todas las direcciones del gremio-. Ya no ha venido tanto al gremio -llevó la mano a su mentón-, incluso hoy también faltó.

-Probablemente se encuentre entrenando -respondió sin alguna preocupación en su ser Happy, manteniendo su atención en devorar el pescado que tenía en manos.

Arrugó su expresión Erza, mirando al felino azul -¿Tú no has estado con él, Happy? -preguntó con duda.

-No, pero es lo que yo supongo que hace. A estado regresando muy agotado y sudoroso a casa -aclaró Happy, soltando un suspiro satisfecho tras acabarse su glorioso almuerzo.

Su comentario pareció haber apaciguado el ambiente de los presentes en la mesa.

-Disculpen muchachos -la sensual y seria voz de Irene se escuchó detrás de ellos-. ¿Han visto a Dimaria? Prometió acompañarnos a Brandish y a mi a una misión para esta tarde.

-Ah si, Dimaria. Seguramente está con Natsu -los presentes se vieron extremadamente pasmados ante lo mencionado por el gato-. Se han visto últimamente, parece que a estado entrenado junto a él.

-Que extraño -murmuró confusa Irene, volviendo a llamar la atención del resto-, no me lo había mencionado en lo absoluto. Pero ahora entiendo el porqué siempre llega a nuestro apartamento temblorosa y desaliñada.

-¿Qué es lo que esta pasando entre esos dos? -llevando su mano a su mentón, se preguntó así misma Erza. Perdiendo su mirada en la puerta.

Las "Consecuencias" del AlcoholWhere stories live. Discover now