CAP 18

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Entro al baño, cierro la puerta y respiro profundo. Quisiera que la puerta tenga traba pero no, no la tiene. Me saco el abrigo y me veo en el espejo. Tengo los brazos un poco raspados debido al golpe que me dí antes de desmayarme. También tengo colorada la mejilla derecha y un poco el cuello. Busco en el mueble de allí una crema curativa. Encuentro una que sirve para las quemaduras. Servirá de algún modo.
Luego de haber hecho mis necesidades salgo y vuelvo a mi habitación como rayo. Por suerte Brahms no me vio, aunque me pregunto qué estará haciendo.
Más horas pasan y ya es mediodía. Vuelvo a salir silenciosamente para el baño. Estoy unos minutos allí y luego me voy. Miro la escalera principal de la casa. Es un riesgo pero voy a bajarla, tengo que hacer algo. Piso los escalones lentamente. No se escucha ni una mosca en la casa, sólo mis pasos y mi respiración.
Llego a la mitad. La pintura de los Heelshire se hace presente. Mientras la veo un fuerte ruido me espanta. Un pisotón proveniente de la tercera planta. Entro en pánico y recorro la escalera como si fuera el fin del mundo.
Logro llegar a la primera planta. Ya no veo señales de que Brahms esté cerca. Veo la puerta principal de la casa y me acerco a ésta. Pongo mi mano en el picaporte y lo giro. No escucho un "click", no se abre. Nuevamente entro en pánico. Siento que estoy al borde de la muerte. Deambulo por la casa. Ni loca subo esa escalera otra vez. Él debe seguir arriba, esperándome...

La hora sigue pasando. No pude cruzarme con Malcolm, no sé qué habrá hecho Brahms con él.
En la cocina me preparo un sándwich de jamón y queso con jugo de naranja y me siento a comer. Me pongo sentimental y pienso en qué será de mi vida ahora. ¿Ya no volveré a ver a mi hermana ni a Malcolm? ¿Será poco el tiempo que me quede de vida?
En eso reconozco el teléfono de la cocina. Abro grandes mis ojos y me acerco a éste. ¿A quién llamo? ¿Policía? ¿A mí hermana? No quiero molestar a la policía, ya la llamé dos veces. A mi hermana mejor. Marco su número telefónico y me pongo el aparato en la oreja, pero un repentino pitido se oye de él. ¡No puede ser, no hay línea! Brahms debió cortarla. Dejo el teléfono en su lugar. Ahora sí estoy totalmente perdida.

Cae la noche. Ahora estoy en la habitación de la ventana. No tuve a nadie con quien hablar por lo que tomé mi celular y me puse a hacer un vídeo tonto:

_ Hola estoy aquí en esta... casa, de la cuál no sé si saldré con vida o no, pero deseenme suerte muchas gracias y no se olviden de tomar agua - le digo a mi cámara.
Miro cómo quedó el vídeo y en eso noto que se grabó una sombra pasar por la puerta. Me volteo hacia ésta y me acerco. Saco un poco la cabeza hacia fuera y no veo nada. Así que vuelvo a la habitación de la ventana, en donde me quedo viendo el invernadero.
De la nada noto un sonido detrás mío, como si fuera un plato de porcelana que se apoya sobre una superficie. Me volteo y tiene sentido ya que es el niño de porcelana sentado sobre una silla. Miro para todos lados. Brahms debe ser muy ágil para haberlo dejado allí y esconderse en un segundo.
Observo que el muñeco tiene la lista de reglas en su regazo. La regla "leer un cuento" está resaltada en amarillo. Levanto al muñeco y a la lista, pero antes de retirarme vuelvo a inspeccionar si veo Brahms por alguna parte. No hay señales de él por lo que salgo y me dirijo hacia la biblioteca.
Una vez allí busco entre el librero un libro que sea apropiado para... un niño, pero no me decido en cuál leerle.

_ Brahms, ¿qué te gustaría que te lea? - le pregunto al muñeco con timidez. Sé que Brahms está observando lo cuál lo vuelve más incómodo.

_ No quiero leerte algo que no te guste, por eso quiero que escojas tú - esto lo digo con más seguridad.
Nuevamente no hay respuesta. En cambio noto que las luces titilan. Brahms se está moviendo por las paredes.

_ Ok... Si quieres yo te elijo uno. Espero que te guste...

Pasan varios minutos, ya estoy en la habitación del muñeco. Éste está recostado y arropado. Me siento en la silla y abro en libro de cuentos que escogí. Abro la boca para comenzar a relatar...

_ ¿Y mi pijama? - pregunta la pequeña voz de Brahms.

Brahms el niño 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora