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Los rayos del sol se colaron por la ventana de su habitación, fué entonces que Emilio recordó porqué no le gustaba dormir del lado derecho de la cama. Intenta moverse para recostarse sobre su lado izquierdo y seguir durmiendo sin aquella molesta luz dando directo en sus ojos, pero un peso extra sobre su brazo se lo impedía, el rizado abrió lentamente los ojos y sin esperar si quiera a acostumbrarlos a la luz, los dirigió al lindo castaño que se aferraba a su brazo cómo si dependiera de aquello.

Lo miró 10 ó quizá 15 segundos antes de sonreír y pasar su única mano libre por sus ojos cafés para despabilar todo rastro de sueño, luego regresó su atención a Joaquín. Su respiración era pausada, sus labios gruesos y rosados estaban un poco abiertos y las pestañas tupidas resaltaban mucho junto con sus mejillas rojizas; si antes tenía duda sobre estar enamorado de ese hermoso ángel, ahora está seguro de poder gritar a los 4 vientos que no quiere a alguien más que no sea Joaquín.

Salió de sus pensamientos cuándo sintió su brazo izquierdo hormiguear, pero no sabía cómo zafarse del menor sin despertarlo en el intento.

¿Qué tan difícil será vivir sin un brazo?, pensó el rizado, luego soltó una risita por lo tonto que se escuchó en su mente.

Se sentó con algo de dificultad e intentó mover muy poco su brazo, casi nada, pero una exageración para el ojimiel, quién gruñó y se aferró más a su brazo. Emilio suspiró rendido y se dejó caer de nuevo a la cama. Así pasaron los minutos, Emilio no despegaba su mirada del techo y sentía que en cualquier momento se le caería el brazo, mientras que Joaquín seguía en su quinto sueño.

Joaquín despertó unos 10 ó 15 minutos después, no dijo una sola palabra cuándo notó que el oji-café ya estaba despierto, sólo se quedó admirando el perfil del rizado en silencio. No pasó mucho tiempo cuándo Emilio sintió aquella mirada mielada, así que giró su cabeza para poder mirarlo de vuelta, quiso reír cuándo Joaquín cerró sus ojos de nuevo y fingió seguir durmiendo.

"Te seguiría el juego diciendo algunas palabras románticas, pero no siento mi brazo, cielo" - Joaquín soltó una carcajada y soltó su agarre del mayor, éste enseguida estiró su brazo y lo movió en diferentes direcciones para eliminar aquel extraño cosquilleo.

"¿Cuánto tiempo has estado sufriendo?" - Preguntó Joaquín con gracia y recostándose ésta vez sobre su pecho una vez que el rizado dejó de mover su brazo.

"No mucho" - Emili9 recibió sólo un tarareo cómo respuesta después de eso - "¿Tienes hambre?"

"No, quiero quedarme un rato más así... en paz" - murmuró el menor.

2 minutos, sólo pasaron dos minutos cuándo...

"¡Tú, maldito idiota!" - La voz de Catherine hizo que ambos abrieran sus ojos una vez más.

Joaquín levantó su cabeza para hacer contacto con el mayor y asegurarse de que escucharon lo mismo.

"¡Cállate, Cat, trato de dormir!"

"¡Papá, Joaquín no está en la casa! ¡Joaquín se fué!" - El grito de Allie fué mucho más fuerte que el de sus hermanos, ya que ella estaba del otro lado de la puerta.

"¿Qué demonios está pasando?" - Murmuró Emilio a la par que se ponía de pié y caminaba hasta la puerta.

El mayor abrió su puerta y tan pronto cómo lo hizo, una pequeña figura entró cómo rayo.

"Joaquín no está en su habitación, ni en el piso de abajo, ¿y si se lo robaro-" - Lo vio - "oh..." - El castaño soltó una risita y abrió sus brazos cómo una invitación a Allie para que fuera con él, obviamente la chiquilla no la rechazó y subió a la cama a acurrucarse con su Joaco.

El Niñero // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora