𝐄𝐢𝐠𝐡𝐭: 𝐈'𝐦 𝐚 𝐆𝐨𝐝

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—Esto es realmente difícil—habló la joven mirando a la cámara—Creo que esta es la misión en la que nos demostrara quienes destacan y quienes no y realmente lo siento si sueno cruel y mala, pero

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—Esto es realmente difícil—habló la joven mirando a la cámara—Creo que esta es la misión en la que nos demostrara quienes destacan y quienes no y realmente lo siento si sueno cruel y mala, pero...estoy muy segura que ganaré esto, siempre lo hago.

Les habían dado una misión que decidiría quienes pasan a la competencia final y todos luchaban y corrían para conseguir el mejor puesto como si de una carrera se tratara. Kyujin, como siempre consiguió la parte 5, realmente no le interesaba ser tener muchas líneas, pero al tener el solo de baile, se ganaría toda la atención lo que le daba ventaja. 

Los votos esta vez serían por el público. 

Gracias a eso se gano varios enemigos y logró que K la tratara de manera indiferente por un rato pero no le importó.

—No di tanto en mi vida para dejar que estas actitudes me ganaran—rió de manera seca y volvió a fijar su vista en el staff—Es ahora o nunca, ganaré y sabrán de lo que soy capaz. 

Se pusieron entrenar y Kyujin no paró. No se detuvo, hasta de noche se quedaba ensayando una y otra vez hasta que cada movimiento, cada mirada y cada canto saliera de manera perfecta. Así era, sin ningún error que pueda jugar en su contra. 

—Deberías dormir, es tarde.

Kyujin se sobresaltó al escuchar la voz de Jay. Se secó el sudor que comenzaba a hacerse notorio y agarró su botella de agua. —Me asustaste. 

—Tú a mi, te fuí a buscar pero ya no estabas.

—Solo vine a ensayar—apagó el parlante y agarró sus cosas para ir caminando con el chico—Tiene que salir perfecto. 

—Ya está perfecto. 

—Aún no. 

—Sigues igual de terca que siempre—Jay, sin previo aviso entrelazó sus manos mientras se dirigían a los dormitorios—Mañana sigues, ve a dormir. 

—Pero-

—Ahora—Kyujin bufó y luego de despedrise entró a su habitación, esperó un rato para que Jay se fuera y abrió la puerta para ir a ensayar. Jay se había mantenido ahí, sabiendo que Kyujin iba a volverse a ir, sorprendiéndola.—Sí, ya me voy a dormir. 

Rendida se acostó en su cama pero hasta en sus sueño repasaba el baile. Debía ganar...necesitaba ganar. Al día siguente se levantó lo más temprano que pudo y se dispuso a ensayar, saltándose el desayuno ya que eso le quitaría tiempo. 

—¿Ya estás ensayando?

Jungwon apareció aún con sueño y le pidió ayuda para aprenderse los pasos. Amablemente, Kyujin accedió pero luego apareció Jake a pedirle lo mismo. Jay también se la pasaba enseñando y obligó a Sunghoon a ir con la joven ya que él estaba ocupado. 

—¿Me puedes ayudar?

—Ay por dios, ¿Park Sunghoon pidiendo ayuda?—se cruzó de brazos. 

—Solo ayúdame.

Kyujin soltó una risa ante la expresión del chico y le enseyó unos pasos. Pero de ahí se cansó, ya no quería más y necesitaba concentrarse en practicar ella sola. Los chicos dejaron de acercarse al ver la mirada seria de la joven y decidieron no arriesgar su vida al hablarle. 

Tuvieron un esayo grupal, para ver como iba la presentación pero al terminar Kyujin estaba agotada. No se juntó con los demás a reír y jugar, solo trató de caminar a la cocina por algo para comer, tal vez no debió saltarse los alimentos durante esos días. 

La sala de prácticas quedó en total silencio cuando el sonido de un plato roto los alertó. 

—Kyu.

Jay, seguido de varios se apresuraron a llegar a la cocina y vieron a la australiana en el piso, medio dormida. El staff no tardó en llegar y ayudarla a levantarse, le dieron agua y la llevaron a un lugar que los chicos no pudieron ir. 

—Tranquilo, sigamos practicando—Heeseung trató de calmar a Jay, quien preocupado no podía concentrarse. No fue hasta la tardeque Kyujin apareció y fue recibida por una avalancha de abrazos haciéndola tambalear.

—Dios, me preocupaste tanto—Jay la abrazó y no la quiso soltar—¿Porqué te saltaste las comida? Te pudiste hacer daño.

—Lo sé, perdón—aún abrazados fueron con los demás y luego de varios intentos los convenció que podía practicar un rato más.

En el transcurso cambiaron la parte de Heeseung con la de Jungwon y eso hizo que un ambiente incómodo se formara. Siguieron ensayando, para que todo salga perfecto y no cometan ningún error. Era una de las tareas más importantes, ahí se decidía quiénes se quedaban. 

—¿Vieron eso?

Todos voltearon a ver a donde señalaba uno de sus compañeros y miraron una sombra rara. Kyujin se asustó cuando todos decían que era un fantasma y sentada en el piso, se ocultó en los brazos de Jay. 

—Tranquilos, no es nada.

Ningúno quería ir a la cocina, al baño, los cuartos o las salas sin compañía. Se habían asustado ante los ruidos y sombras que veían. Kyujin no se despegó de Jay, K o de Heeseung en ningún momento. 

—No hay nada—dijo K con burla señalando el baño, ya que la chica no quería entrar. 

—A ver entra tú si tan valiente te crees—lo retó haciendo que el joven entrara hasta el fondo. K salió corriendo cuando la luz se apagó, asustádo—¿No que no hay nada?

—Cállate.

La australiana llegó y el staff les avisó que ya iban a apagar todo. Kyujin se cambió a su pijamada y sin hacer ruido se subió a la cama de Jay y lo abrazó.

—Tengo miedo.

—¿De los fantasmas?—algo adormilado la abrazó devuelta.

—De perderte de nuevo—susurró—promete que siempre estaremos juntos.

—Siempre juntos—respondió y besó su frente—Tú y yo.

A veces hay promesas que no podemos mantener, pero preferimos vivir en la mentira que nos hace feliz.

Kyujin terminó de acomodarse el ajustado pantalón negro. A su petición cambiaron la falda por pantalón, para bailar más cómoda.

—Hola guapa—Jay la abrazó por la espalda y besó su mejilla—Te vez bien.

—Tú también te vez decente—burló.

—Dejen de coquetear y vengan, ya va a ser hora—Heeseung los llamó. Ensayaron una última vez y cuando todos salieron, Kyujin se sentó en una esquina. 

—Noona—Jungwon se puso a su costado—¿Qué haces? 

—Nada—se enccogió de hombros—A veces me gusta no hacer nada. 

—¿Puedo no hacer nada contigo?—murmuró—Me siento muy incómodo afuera. 

Sonrió con dulzura —Claro. 

Apoyó su cabeza en el hombro de la chica y esperaron que los minutos pasen, para levantarse e ir a su presentación. Respiró, calentó su voz y se tronó los dedos varias veces. 

Ella podía con esto. Podía con todo. 

Siempre pudo con todo. 

Y cuando la música comenzó a sonar se sintió cómo si fuera alguien con poder que con una sonrisa mataría a cualquiera. Se sintió cómo...Dios.

𝐆𝐎𝐃 𝐈𝐒 𝐀 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora