Capitulo 10. Parte (1)

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Manuel: Lucero, hijos tengo algo que decirles.
Lucero: ¿Qué pasa Manuel?
Joss: Dilo pa.
Lucerito: Habla papá.
Manuel: Pero vamos a la sala por favor.
Se levantaron del comedor y se dirigieron hacia la sala, una vez ya todos sentados Manuel hablo.
Manuel: Tengo que viajar, voy a grabar un disco en 4 días, pero no me quiero ir y dejar los solos y tengo que ir a fuerzas, porque si no lo grabo ya no habrá otro día para grabarlo.
Lucerito: Hay Pa yo quiero ir, ya sabes que me gusta mucho estar ahí
Joss: Pa yo también quiero ir ¿podemos ir?
Manuel: Pues por mí no hay problema, pero no quiero que su mamá se quede sola.
Lucero: ¿Cómo? Yo también voy que te pasa.
Manuel: Siendo así, nos vamos en 2 días mañana, tienen todo el resto del día de hoy y de mañana para estar listos.
Lucero: ¿Y a donde es que nos dirigimos?
Manuel: Vamos a New York.
Se encontraban platicando del tema, cuando de pronto se escucha que alguien pide acceso para entrar, los cuatro se voltean a ver y solo se sacan de onda al ver que ninguno esperaba a nadie, si era doña Lucero, al entrar lo primero que ve es a su hija, sus nietos y a Manuel sentados en un sofá, Lucero se encontraba recostada en las piernas de Manuel, al momento de que Lucerito y Joss ven a su abuela lo primero que hacen es tratar de decirle a Lucero que llego la abuela sin tener que omitir palabra alguna, ni Lucero ni Manuel entienden por lo que hacen caso omiso, cuando de pronto.
D. Lucero: Hogaza, me puedes explicar ¿Qué significa esto?
Lucero se levanta rápidamente
Lucero: Mamá, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no avisaste que venias?
D. Lucero: Pues es que tú ni siquiera te dignas a llamar, tienes semanas sin hablarme, es como si ni siquiera te preocupara saber si vivo o muero.
Lucero: Hay mamá por favor tampoco exageres, he andado muy ocupada estos días.
D. Lucero: Si ya veo en lo que te ocupas.
Lucero: Mamá por favor.
D. Lucero: Podemos hablar por favor a solas, si es que no estas ¨muy ocupada¨
Lucero: Si mamá, pasa al despacho en un momento te alcanzo.
Doña lucero se adelantó al despacho.
Lucero: Ahorita vengo, no te vayas a ir por favor. Dirigiéndose a Manuel.
Lucero le da un beso rodando sus labios, y se va al despacho.
D. Lucero: Será que ahora si me puedes explicar que hacías recostada en las piernas de Manuel.
Lucero: Nada, estábamos platicando, y solo me recosté por qué me cansé a parte no tiene nada de malo.
D. Lucero: Claro que tiene algo de malo, están tus hijos no puedes andar dándoles falsas esperanzas de una reconciliación que no va a suceder.
Lucero: Mamá perdón, pero no puedo seguir mintiendo ni ocultando mis sentimientos, ya no más.
D. Lucero: De que hablas, explícate.
Lucero: Simple, me estoy enamorando de Manuel otra vez y si se da la oportunidad créeme que luchare contra viento y marea si es necesario por nosotros, no pienso echar a la basura otra vez el amor, como lo hice hace 11 años.
D. Lucero: Estas loca Lucero, tú tienes pareja, a ver si piensas bien las cosas antes de hablar.
Lucero: Mamá por favor Michel ya quedo atrás, hace más de 2 semanas que lo nuestro acabó, y tengo derecho a ser feliz.
D. Lucero: Por dios Lucero, tú sí que estas mal claro que lo tuyo con Michel no ha terminado, ni a va terminar no puedo creer que este escuchando esto salir de tu boca.
Lucero: Por una vez en tu vida entiéndeme y apóyame, y lo siento mamá te pido que te retires de mi casa, ha y de una vez te aviso, en estos días me voy de viaje a new york con MI FAMILIA. Recalco.
D. Lucero: De verdad que no lo puedo creer, ahora hasta de viaje con él te vas a ir. 
Ya veremos cuanto te dura el gusto. Dice en un tono de voz muy bajo.
Doña Lucero sale muy enojada del despacho, los chicos y Manuel solo se le quedaron viendo pues ni siquiera se despidió de sus nietos, poco después llega Lucero a la sala con ellos.
Manuel: ¿Estás bien? ¿Quieres que te dejemos sola?
Lucero: No, quiero estar con ustedes, con mi familia.
Lucerito: Vieron dijo que los 4 somos su familia.
Joss: Si, más que ver lo escuche.
Lucerito: Hay José Manuel que gracioso eres.
Manuel y Lucero solo se ríen.
Lucero: Oye Manuel, con esto de mi mama ya no les pude decir nada pero que les parece si nos vamos desde la madrugada, digo para alcanzar a hacer algo antes de que tengas que grabar.
Lucerito: Me parece buenísima idea, ya vuelvo iré a traer algo. Corre a su recamara.
Joss: Si, vámonos, me parece una idea estupenda.
Manuel: Ha mira no cambias reina tu siempre con buenas ideas, pero ni siquiera tenemos los boletos.
Joss: Hay pa por favor ese no es problema, miren LUCEROO. Le grita a lucerito.
Lucerito: Voy. Grita desde su recamara.
Lucero: Hay que aprovechar el tiempo en familia mi manuelits.
Joss: Dice papá que no tenemos boletos, quizá no sabe de nuestra capacidad de encontrar vuelos rápido.
Lucerito: Uy pa qué pasó, para eso somos buenísimos, ahorita los conseguimos.  Es más, Joss vámonos a conseguir vuelos y volvemos.
Joss: Vamos, y ustedes no se muevan de aquí, volvemos en un momento.
Lucerito y Joss se ríen y se van a sus recamaras.
Lucero: Mira estos ya se creen unos adultos de 30 años.
Manuel: Ahora ellos nos dan instrucciones a nosotros, crecen muy rápido.
ambos se ríen, y se quedan por un momento viéndose fijamente a los ojos, como los chicos ya no estaban Manuel le pregunto a Lucero que era eso que había hecho enojar tanto a su mamá.
Manuel: Oye.
Lucero: Mande.
Manuel: Pues que le dijiste a mi suegrita que tanto me ama, salió enojadísima del despacho, eso me hace pensar que le dijiste que sientes algo por mi ¿o me equivoco?
Lucero: Hay Manuel, me hubiera gustado decirle muchas cosas más, pero claro que tu suegra te quiere, solo que pareciera que el pelón le dio agua de calzón porque está verdaderamente cegada por él.
Manuel: Uy sí, mucho me ha de querer ni siquiera soporta mi presencia en el mismo sitio.
Lucero: Hay Manuel tampoco exageres, solo es como rara digamos.
Manuel: Mira sinceramente no me interesa si tú mamá me quiere o no
Lucero: Manuelito, voy a buscar algo en la recamara me acompañas o me esperas aquí.
Manuel: Los chicos dijeron que no nos moviéramos de aquí, pero te acompaño.
Se fueron a la recamara y Lucero hizo como si estuviera buscando algo pero en realidad no buscaba nada, mientras que Manuel solo estaba sentado en la orilla de la cama observándola mientras hacía creer a Lucero que no se daba cuenta que no estaba buscando nada, y solo lo llevaba con un pretexto.
Manuel: Lucero, pues que buscas.

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