''Chibi y...."

1.3K 93 44
                                    

Chuuya extiende su mano tensamente, hacia el hombre rubio frente a el. Este acomoda sus lentes antes de tomar su mano y apretarla firme.

— ¿Te conozco de algún lado, niño? — Cuestiona Kunikida, su ceja se arquea, Chuuya se apresura a hacer un gesto negativo, Tane se le adelanta.

— Chuuya-kun esta en la academia de policía. — Disimula un chillido emocionado, toca el hombro del chico y este asiente, reaccionando. Solo para que de casualidad el rubio no piense que es un chico idiota que casi arresta años atrás por darle clases de conducción a su hermanastra a mitad de la noche.

Solo por si acaso. 

— Si, estoy a punto de terminar. — Su tono es un poco triste, Chuuya nunca imagino que terminaría siendo policía, soñaba con el arte desde que tiene memoria, simplemente no se pudo. Fue rechazado en la academia de artes. Gracioso. Se presento demasiado tarde y los bocetos que eligió al parecer no fueron demasiado impactantes.

Hizo un test de orientación vocacional, y fue realmente una sorpresa.

Ahora es un novato de la policía, hizo una videollamada con Dazai y este de alguna forma logro consolarlo, y también dijo que ser policía es sexy.

Dazai.

El idiota se fue hace algunos años, aun lo ve, por supuesto, en las vacaciones, pero definitivamente no es lo mismo. 

No es que Chuuya alguna vez haya pensado que permanecería toda su vida con Osamu siendo su estúpido amigo/rival con derecho, simplemente fue extraño, el cambio fue brusco y total. En especial porque sucedieron cosas en la vida de Chuuya que hicieron el cambio y la partida de Dazai menos soportable. 

Por ejemplo, no es un maldito estudiante de artes ahora mismo, esta a punto de salir de la academia de policía y ejecutar el arte de arrestar idiotas.

Pero esta bien, Chuuya puede decir que esta orgulloso, la vida no siempre sale como queremos, pero hay que encontrar el lado positivo de las cosas, pintar sigue siendo su pasatiempo.

Igualmente, recuerda una noche en la que Dazai llego desde Tokyo para felicitarlo por entrar a la academia a pesar de ser un enano (Chuuya sabe que no crecerá mas, tiene 21 años, pero le ha costado asimilarlo), y también a pesar de de que haya tomado un año y medio de sabático. Celebraron con una botella de vino y un poco de sexo. 

Es todo, Dazai afirmo que tenia otras cosas que hacer en la ciudad (gracias a Tane supo que no tenia nada mas que hacer realmente, así que fue una reconfortante sorpresa que Osamu viniera desde Tokyo a hacer simplemente eso) y terminaron por despedirse dos días después.

Se da de baja de la conversación, pues Tane empieza a persuadir a Kunikida de venderle la cámara antigua que el rubio posee, con un asentimiento cortes y un "permiso", recibiendo pastel de una chica. Ah, el punto de estar en este lugar es porque Chuuya fue invitado por Tane a la fiesta de cumpleaños de Aya-chan, hija de Kunikida. Quien es un viejo amigo de la familia.

Chuuya se sienta en el sofá, un poco incomodo. No le gusta demasiado el pastel, o las cosas dulces en general. Para su suerte, un pequeño par de pies se acerca a el a toda velocidad.

Aya mira con curiosidad su pedazo de pastel, ladea su cabeza y Chuuya dispara sus cejas.

— ¿Quieres un poco, pequeña? — Los ojos de la cumpleañera se iluminan, en cierta forma le recuerda a Tane, que parece una niña atrapada en el cuerpo de una mujer, y Tane le recuerda a... Dazai.

La castaña se sube al sofa junto a el, extiende sus manos y Chuuya siente un poco de ternura y gracia, deja el plato afablemente sobre sus manitos y ella procede a comer. Feliz por tener una segunda rebanada de pastel.

Los secretos de Nakahara ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora