•Fui al jardín de palacio a mi lugar secreto, no podía soportar que todo fuera mi culpa y encima que ni siquiera tenga en cuenta que Ayse estaba presente escuchando todo lo que decía•
•Una emperatriz no debería llorar por algo así...•
Ains •Aunque diera mil suspiros por el momento mi sentimiento no se iría•
•Escuche un aleteo así que mire hacía arriba buscando el ave que causó el sonido•
¡Ah! •Mire cómo el ave dorada volaba hacia mí, de nuevo volvió• Que habilidad para encontrarme •Mire a la hermosa ave que de inmediato me animo•
•Llevaba otra nota en la pata así que de inmediato se la quite para poder leer que era lo que me respondió el dueño de la hermosa ave dorada•
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Que dueño indiferente •El dueño del ave realmente era alguien que no le importaba nada por lo que veía en la carta• ¿Mmm...? •Mire a la hermosa ave que me miraba fijamente como si estuviera analizando mi persona• Ah...¿te diste cuenta? •Esa ave se había dado cuenta que estuve llorando, es realmente Inteligente• Te voy a contar un secretito. Este es mi lugar secreto. A veces vengo aquí a llorar y desahogarme. •Ese lugar solo Ayse y yo lo conocemos, pero ahora también el ave sabía que su existencia•
•El ave extendió una de sus emplumadas alas y tocó mi mejilla como si intentará consolarme•
Vaya. ¿Intentas consolarme? Que dulce eres •No pude evitar darle un beso a esa ave tan hermosa•
¡¿Pio?! •El ave emitió el sonido mientras le daba el beso•
Un ave buena e inteligente como tú merece un nombre acordé a su personalidad •Tome papel y lápiz para poder responder la carta, quería un nombre digno para la hermosa ave dorada•
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