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Samantha despertó agitada, con tanto terror que estaba pálida, miro a todos lados al inicio confundida, pero luego aliviada de que todo fue un simple... todo en su mente paro en ese momento ¿era esta otra visión? Igual esta aliviada, es mejor que estar en prisión.

Samantha ya más tranquila, sintió el mayor alivio de su vida, al saber que no cometió un error que le costaría la vida, vio la hora, estaba demasiado temprano, pero igual no quiso volver a dormir estaba convencida que si lo hacía se quedaría dormida y no llegaría a tiempo a la escuela. Así que mejor quedo en su cama unos minutos, pensando si la visión que tuvo debería de afectar el plan que iba a hacer hoy, en la visión todo salió mal, pero siempre son así y al final nunca sucede nada de cómo era en una visión, así que Samantha decidió que su plan debía de seguir al pie de la letra.

Luego de un largo tiempo en su cama, pensando en su plan y su visión, fin entro al baño, donde se bañó, el agua fría ayudo a que estuviera más despierta y atenta, a pesar de estar más consciente por el agua fría seguía pensando que el plan seguía tal y como lo tenía planeando, obviamente sin hacer lo que paso en esa visión.

Cuando ya tenía su uniforme puesto salió de su cuarto y se dirigió a la cocina, le sorprendió algo que su mama ya estuviera haciendo el desayuno, pensó que sería casi igual a su visión, pero al parecer no lo fue su mamá al parecer había faltado al trabajo, eso le tranquilizo más, eso no tenía que ser como en esa visión, eso no la controla, se dijo a sí misma.

-Buenos días, mamá ¿no fuiste al trabajo? – dijo Samantha.

-Buenos días, hoy no me necesitaban en el trabajo.

-Genial.

-¿tuviste una pesadilla?

-creo que sí, pero no recuerdo nada – mintió Samantha recordaba cada segundo de su "pesadilla".

-oye mamá ¿hay alguna bolsa para llevar mis cuadernos?

-¿y tú bolso?

-lo deje donde Sofia, me lo llevara hoy.

-déjame ver - dijo mientras buscaba en uno de los cajones de la cocina – mira aquí esta – dijo sacando una bolsa de plástico mediana.

-Gracias.

Samantha volvió a su cuarto y puso los cuadernos que necesitaba para hoy en la bolsa, Samantha estaba algo nerviosa pero entusiasmada por su plan. Y se dijo así misma "sabre cuando parar", y lo repitió varias veces en su cabeza como si eso le asegurara que lo lograría.

Volvió a la cocina y su mamá ya le había servido la comida, vio a su mamá saliendo.

-Adiós hija mucho cuidado por ahí.

-¿A dónde vas?

-debo comprar unas cosas, si vez al abuelo dile que no me demoro.

-Está bien.

-Te cuidas.

-Tú también mama, que vaya bien.

-gracias, hija.

Al escuchar el ruido de la puerta cerrándose todo quedo en silencio, Samantha solo comió, se escuchaba la cuchara tocando el plato, escuchaba como masticaba, como respiraba y esto solo la hizo pensar en su plan, había algo que no había planeado y que en su visión la voz la hizo caer en cuenta de algo ¿Qué haría si él decía contarle a alguien que lo amenazo? ¿alguien le creería? Y esto solo le dejo una conclusión, no le creerían que ella lo hubiera amenazado, pero solo si Sofia no reviso su mochila. Si eso llega a pasar solo diría que iba a hablar con el sobre lo de su amiga sin navajas y que el exagero todo para... algo, ya se le ocurriría algo.

Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora