Capítulo 10

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El cumpleaños de Ron

La llegada de Rachel, luego del congreso, pareció causar un poco la vida de Harry. Casi todo el tiempo estaba con ella. Y Ginny aunque al principio estaba de acuerdo con la relación, no tardo en darse cuenta de que esa rubia insulsa, no tenía nada que ver con Harry. Y lo corroboró cuando se dio cuenta de que Rachel hacía todo lo posible por acaparar la atención de Harry y con ello hacía que este no le dedicara suficiente tiempo a su sobrina.

Pero lo que terminó por convencer a Ginny de que Rachel estaba en su lista negra, fue una tarde cuando regresando temprano de la casa de sus padres, encontró a Harry saliendo del baño, todo mojado, envuelto solo con una toalla en la cintura. Ginny había dejado a Carrie en su habitación, dormida, y se disponía a ir a la cocina cuando se topó con aquella imagen, para nada despreciable. Al principio abrió los ojos. Realmente era un muy buen espectáculo el que brindaba Harry, cada vez que lo veía sin camisa, o en resumen, pero mucho mejor lo era como estaba ahora. Todo su torso, mojado, y pequeñas gotas de agua, recorrían el cuerpo del joven desde el cuello por el pecho y se perdían donde tapaba la toalla. El se paró en seco y se puso rojo. Y rápidamente cerró la puerta del baño.

- Gi… ¡Ginny! – dijo nervioso – ¿qué haces aquí?

- ¿Qué hago aquí? – dijo ella recorriendo con la mirada su cuerpo. Era demasiado lindo para perdérselo – pues se supone que vivo aquí! – dijo riendo.

- Pero no llegarías más tarde? – pregunto poniendo énfasis en las ultimas dos palabras.

- ¡Oye! si puedo irme… acaso… - no pudo terminar de decir la frase, porque la puerta del baño se abrió y vio salir a Rachel. Al principio se quedó sin decir nada. Estaba avergonzada porque no quería ser testigo de las banalidades de Harry, pero un sonido de ovejas berreando la sacó de su sorpresa. Y fue cuando un acceso de furia la atacó – ¿Qué hace ella aquí?

- Bueno – dijo Rachel caminando como modelo – se supone que Harry es mi novio! – dijo de manera burlona – por qué no nos haces una taza de café! – Harry miró a Rachel serio – qué? Acaso no es tu sirvienta? – salió hacia la cocina. Fue cuando Harry reaccionó y tomó por detrás a la pelirroja que iba directo a ahorcarla. La rodeó con sus brazos por la cintura y la llevó, con mucho esfuerzo, hacia su habitación. Cuando estuvieron allí, y viendo que Carrie dormía, Ginny en voz baja pero denotando enojo lo miró.

- Qué hace esa imbécil aquí?

- Yo… te dije, pensé que no vendrías hasta más tarde…

- Tu nunca traes a tus pollitas a casa Harry! – dijo colérica – por qué esta si?

- Es mi novia… – Ginny sintió una punzada de odio. Se sentó en la cama tomándose el estómago.

- Así mismo- lo miró – dejarás que se quede a vivir aquí?

- Claro que no! – sonrió, y se arrodilló frente a la pelirroja – solo que… bueno…

- Entiendo que tengas necesidades –él rió – no te burles! – él se puso serio – Pero, por qué tuviste que darle mi bata, Harry?

- Es por eso que estás molesta? – preguntó desilusionado.

- Por qué mas lo estaría? – dijo mirándolo a los ojos. El no dijo nada. Instintivamente tomó un mechón pelirrojo que caía rebelde en su cara y lo acomodó detrás de la oreja. Ella se sonrojó.

- Lo siento – dijo y le tomó las manos – no volveré a traerla, lo prometo. – se levantó, y se marchaba.

- Harry!- él se dio vuelta – debes ser bueno atando toallas, agradezco a Merlín que no se te haya caído! - El solo sonrió y salió de la habitación – Harry! – él volvió y la miró – Olvide decirte. Ron festejara su cumpleaños…

¿Quién llamó a la cigüeña?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora