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Cuando Sanzu llegó a tu pequeño departamento que estabas rentando se dejaron de oír gritos pidiendo salir o los golpeteos en la puerta.
Llegó con sumo cuidado a la puerta quitando la silla que trababa la puerta y la abrió tratando de no hacer ningún ruido.
Que sorpresa se llevó al sentir la punta de cuchillo en su espalda y luego una voz femenina
— Te mueves y te mueres
Lo tomaste del cuello de la playera que llevaba haciendo que camine de espaldas y lo aventaste al sillón.
El simplemente no se opuso a tus órdenes, es más, quería ver a qué estabas dispuesta a hacer
Cuando viste bien su cara y aquel característico cubrebocas bajaste el cuchillo.
—¡Tu maldito loco! —exclamaste mientras lo señalas con el cuchillo
Bajas el cuchillo y lo dejas en la cocina, no querías hacer una locura y mucho menos así.
— ¿Maldito loco? —repite confundido
Que bien se escuchaba para el tus insultos.
— ¿¡Que mierda haces aquí!? ¿Tu fuiste el que me encerró?
Sanzu solamente se encogió en hombros aceptando totalmente la culpa de todo haciéndote que quisieras matarlo.
— Voy a llamar a la policía
dices de inmediato tomando tu teléfono pero Sanzu, más alto y fuerte que tú te toma del brazo para que sueltes el teléfono.
Sanzu sabía que si llamabas a la policía lo más seguro es que no te volvería a ver y esa era una de la últimas cosas que él quería.
En respuesta a aquellos le diste una patada en los huevos y tomaste tu teléfono devuelta.
Sanzu te soltó de inmediato mientras se retorcía del dolor, y trataba de aferrarse a la chica.
— Aléjate de mi camino, tengo que recupera mi trabajo
Dices guardando el teléfono y caminando hacia la puerta, Sanzu se inmediato se levanta para ir hacia donde estas tú pero el dolor no le permitía avanzar mucho
— ¡No! ¡No vayas!
Volteas a verlo con cara de "Quien eres tu para impedirlo" y tomaste tus llaves dispuesta a salir
— Es muerto — dice Sanzu bajo haciendo que pares de inmediato
Lo volteaste a ver esperando a que volviera a repetir aquello que salieron de sus labios
— ¿Qué dijiste?
— Lo maté...
— ¡Tu maldito idiota! ¡Llegaste a mi vida así como quieres y hace lo que se te d la maldita gana! — empiezas a gritarle — ¿¡Quién mierda te crees!? ¡Por tu puta culpa me quedé sin trabajo! ¿¡Tu me vas a mantener!? ¡No verdad!
— ¿Entonces querías vender tu cuerpo a cambio de algo de dinero? — pregunta molestó el
— ¡QUE MÁS TE DA! ¡que más te da si me vuelvo una prostituta!
—Si quieres vender tu cuerpo, vendemelo a mi, te pagaré lo que sea...
"Elijo que seas infeliz conmigo, es tan grande mi egoísmo que no puedo permitime que alguien más te tenga"
La chica de cierto modo estaba agradecida, pero ahora no sabía de qué iba a vivir y eso no era su mayor preocupación.
Pero nunca aceptó la propuesta del chico.
Si no desde aquel día, no existía tarde en el que no se encontrará a Sanzu en su pequeño departamento.
Y ya le molestaba aquella situación
— ¿No tienes un lugar donde ir? — preguntas viendo la teléfono
— ¿Y tu trabajo que conseguir?
Lo volteas a ver sería y vuelves a ver tu teléfono.
No mentía al respecto, el único dinero que tenías a duras penas te alcanzaba para una semana.
Pero con Sanzu en tu casa constantemente comiendose todo a su paso, solo te duraría tres días.
Tenias que actuar rápido si no querías terminar en la calle.
Pagar alquiler, tu comida, sin contar tus productor de higiene personal, para lavar ropa trastes y mantener limpia la casa.
Todo se te estaba acumulando de un momento para otro, por culpa de aquel chico que decidió meter sus manos en tu situación.
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