3

668 65 4
                                    


Jueves.

—Hola, Jay— saludó Harry contestando el teléfono y guardando algunas bolsas de compras en su alacena alta.

—Hola Harry, ¿cómo estás? te llamaba para avisarte que Louis no podrá ir mañana contigo, está muy enfermo, pero no te preocupes…ya está medicado— respondió la señora preparándole un té a su hijo detrás de la línea.

Harry suspiró asustado. —¿E-está segura que Louis estará bien? ¿necesita medicinas? ¿p-puedo ir a su casa?— preguntó preocupado y Jay sonrió.

—No necesita nada Harry, gracias. Puedes venir a verlo aunque…no lo sé, Louis casi no puede hablar— dijo y Harry se preocupó aún más.






.


Día antes…

—Vamos mi amor…lame todo— gimió Harry tomando la nuca de su novio y obligándolo a chupar toda su longitud por completo.

El castaño tomaba las piernas del alfa apretándolas con fuerza intentando separarse para respirar, pero su alfa lo obligaba a tocar fondo, sacándole lagrimas en sus suplicantes ojos.

El timbre sonó y ambos se separaron enseguida, cuando el ojiazul terminara de tragar su caliente semen, ambos debían volver a clases.

Harry parpadeó unas veces y salió de inmediato de su casa, sin colocarse abrigo en pleno invierno. Condujo rápidamente a la casa de Louis.


.


—Bebé, lo lamento tanto, no quise hacerte daño…y-yo…y-yo realmente estoy arrepentido, perdóname amor, perdóname— rogó Harry arrodillado a un lado de la cama, Louis solo rodaba los ojos.

Harry seguía disculpándose mientras Louis tomaba su teléfono y comenzaba a escribir algo.

—Mi amor, mi omega, no me dejes…n-no soy un alfa violento, y-yo…lo siento tanto, nunca más te obligaré…realmente me siento un delincuente, no quiero que-…— Louis tocó sus mejillas buscando su atención.

Harry se sorbió la nariz, observando lo que decía en pantalla.  —¿Gr-gripe por cambio de clima?— leyó el alfa limpiándose los llorosos ojos. —¿E-enserio?— preguntó atónito y tomando el certificado médico a un lado de su cama.

“Laringitis aguda. (Cambio de clima)” decía el papel junto con remedios recetados. Harry aún fruncía el ceño, en parte se sentía culpable…

—Perdón aún así Louis…perdóname— pidió ocultando su rostro apoyado en la cama. Louis tomó su teléfono y comenzó a escribir, luego entregándole el aparato a su alfa para que leyera.

“Me gusta cuando me obligas”

—¡Niños! ¿Quieren galletas con leche? Te hará bien a tu gargantita, cielo— dijo Jay entrando con una bandeja de comida y Harry totalmente sonrojado y con su alfa totalmente excitado. —Bueno…las galletas no te harán bien pero debes tomar lácteos y cítricos mi niño— dijo la omega sirviéndole un poco de leche en una taza a su hijo.

Louis solo hizo una carita inocente para su madre que hizo a Harry colapsar mentalmente.

Apagó el teléfono de su omega y se sentó a su lado en la cama, aceptando lo que su suegra daba para merendar. Realmente quería pasar toda la tarde en casa con Louis y asegurarse de que esté bien.

Jay se fue luego de darle las correspondientes pastillas a Louis y este se acurrucó al lado de su alfa mientras miraban una película animada juntos.

—Mañana no iré a la cena con mi padre— comentó y Louis alzó su rostro recostado en el pecho del mayor.

—¿P-por q-qué?— preguntó con dificultad.

—Amor debo cuidarte— dijo con obviedad mirándolo a los ojos. —Además, nos invitó a ambos, no iré solo ni mucho menos estaré tranquilo si sé que estás en estas condiciones— dijo acariciando su pelo y bajando su tacto a la espalda del ojiazul.

Louis gruñó y tomó su teléfono para comenzar a discutir con Harry sobre que debería ir.

Juntos pasaron una noche tranquila, bueno, risueña por parte de Louis que además de haber convencido a Harry de ir a la cena con su familia él solo, le parecía divertido insinuársele a su novio mientras este está en casa ajena, totalmente nervioso.

Harry amaba a su omega sin importar que siempre le gane una discusión o sea tan pervertido en momentos inapropiados.

Louis amaba a su alfa sin importar que este sea un exagerado y dramático.

Mar. TS

Sé quién eres (L.S)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ