El Chico Gato

Sanji

Le dolía la cabeza, caminó con algo de prisa sin despegar la mirada de los rostros ajenos y de algunas tiendas de alrededor, 20 minutos pasaron desde que su búsqueda comenzó y no fue hasta ese instante que se percató de algo importante, se detuvo en seco, miro por el cristal de la tienda y estaba completamente seguro de que ese establecimiento de ropa ya lo había visto antes. ¿Estaba perdido? ¡Imposible! Quien se encontraba perdido era ____________, sacudió su cabeza, tenia que centrar sus pensamientos, aunque eso era difícil si las calles de la ciudad eran tan confusas.

Su búsqueda comenzó otra vez, giró un par de calles y no paraba de buscar entre la multitud el rostro del azabache, letreros, ropa, miradas, incluso su propia mirada se encontró con... ¡Tenía que ser una broma! Estaba frente a esa tienda otra vez, suspiro agobiado, el encontrar a ____________ definitivamente era una tarea complicada.

Más de lo que pensó en un comienzo, miró con enojo la tienda antes de seguir su camino, esperaba que al menos Chopper tuviera más suerte que el.

Y en definitiva estaba mejor ubicado que Zoro, pero por más que se esforzaba no veía al chico en ningún lado y el no poder encontrar su olor le complicó un poco más las cosas, suspiraba en cada esquina y sostenía con fuerza su mochila, tenía que darle su medicamento, no podía dejarlo con su tratamiento a medias y solo le quedaba seguir buscando. La ciudad estaba de fiesta, las calles estaban abarrotadas de gente y eso no le ayudaba nada a su búsqueda. Realmente se preguntaba si volverían a ver al azabache, recordando las palabras que dijo en el barco, cabizbajo continúo con su camino pasando por alto un pequeño restaurante que le hizo rugir el estómago.

Desde la mañana no habia probado bocado y su estómago le pedía algo de comida. ¡No! sacudió la cabeza, tenía que dejar de pensar en comida, primero tenía que encontrar a su paciente, luego comería, cerró los ojos con fuerza antes de salir corriendo, gritaba a todo pulmón el nombre de su paciente perdido.

—¡¡____________!!

Y el mencionado estornudó, se encontraba en un pequeño restaurante no muy lejos del centro de la ciudad, el mismo se sorprendió de lo lejos que llegó sin ser descubierto.Y mejor aún, con tanta gente en las calles consiguió más que suficiente para divertirse en el festival de la ciudad, más aparte con el lujo de pedir el mejor platillo del restaurante, se encontraba sentado en la barra contando el dinero que consiguió, tenía la esperanza de que en ese lugar llegara más rápido su comida, la boca se le hizo agua de solo ver la foto en el menú y su mirada realmente brilló cuando el mesero llegó con su corte de carne, estaba más que dispuesto a devorarlo de un solo mordisco de ser necesario, o esa era la idea hasta que un delicado toque en su hombro lo interrumpió.

—¿Te puedo invitar una copa mi lady?

¿Esa voz?... ¡Maldición! Giro su rostro con brusquedad y... Si, el chico que le estaba invitando una copa de vino y hacía una pequeña reverencia era nadie más y nadie menos que Sanji, eso le traía recuerdos, en algún momento también llegó a confundirlo con una bella dama, pero no era el momento adecuado para recordar, ya lo habían atrapado en su escape... O algo parecido.

—¡¿____________?!— gritó alterado.

—¿Esto se está convirtiendo en una costumbre tuya no lo crees?— dijo divertido.

Más bien intentaba desviar la atención del cocinero, ya había burlado la atención de Zoro y Chopper, no podía darse el lujo de ser descubierto ahora.

—Deberias cortarte el cabello— reclamó avergonzado.

—¡Obligame!

Retó, no se cortaría el cabello, eso era lo único que cubría la marca de su cuello y mostrarla no era una opción, además; la victoria fue suya cuando Sanji solo hizo una mueca de fastidio y se sentó a su lado.