Capítulo 33

126 13 0
                                    

Sábado,
1 de agosto

Pov. Ignacio

Dale, ¿Era alguna especie de joda?

¿Cuánto tiempo más iban a estar esos dos metidos en la pieza? ¿Qué tanto iban a hacer?

Bufé, apoyado contra la pared, detestando que la música del piso de abajo no me permitiera escuchar nada de lo que sucedía dentro de la habitación en la que estaba el pibe que me gusta con el trapstar de su ex novio.

Jugueteé con el porro en mi mano, casi haciendo puchero.

Es decir, no había estado todo este tiempo atrás de Monzón, casi arrastrándome, para que de un día para el otro se volviera a empomar a su ex.

Y no, no estoy siendo celoso.

Bueno, tal vez un poco.

―Pero la puta que los parió a los dos juntos. ―me quejé en voz alta.

Detesto sentirme así; ansioso, nervioso, frustrado...

―¿Todavía siguen hablando? ―inquirió una voz desde las escaleras. Miré; era Paulo.

―Si es que eso están haciendo... ―susurré, bufando.

Y cuando lo miré, noté que metí la pata.

―¿De-decis que están...? ―murmuró, acercándose.

Ah, mierda, ¿Ahora qué hago?

―No, o sea, no sé, pero no creo, aunque puede que... No, no están haciendo eso. ―dije, trabándome un poco― Solo me pone ansioso... No me prestes atención. ―pedí, suspirando pesado y apoyando mi cabeza contra la pared mientras empezaba a prenderme el porro finalmente.

―Ah... Bueno, supongo que tiene cierto sentido. Yo trato de confiar lo más que puedo en Mauro. Es un poco difícil dado con cómo comenzamos... Pero no creo que esté pasando nada realmente entre él y Lit. Tenían muchas cosas que arreglar. ―dijo, apoyándose a mi lado― Aunque si me da algo de envidia como habla de Lit. ―confesó con cierta diversión, tomando un trago a su vaso de fernet.

―¿Ah, si?

―Ajam. Habla muy bien de él, pese a que ya sabe que lo engañó. Anda a saber qué cosas habrán pasado juntos pero son muy apegados. Mauro se sentía en serio mal de no estar bien con Lit... ―explicó el contrario.

―Supongo que tengo que hacerme a la idea... ―susurré.

―Bueno, si queres algo serio con él, si. ―respondió― O sea, se me hace raro igual considerando que son... Ya sabes.

―Si, lo sé. Creeme que incluso a mí se me hace raro. Pero qué sé yo... Tampoco haríamos mal a nadie, ¿No? ―murmuré dudoso.

―Bueno, no. Pero no dudo que las cenas familiares serían raras. ―molestó, a lo que inevitablemente reí.

―Eso si nos siguen dejando ser parte de la familia. ―repliqué entretenido.

Aunque ahora, no podía evitar sentir que estar atraído hacia él estaba mal.

Realmente antes no me afectaba, pero ahora que empiezo a considerar buscar algo más serio con él...

―No le des tantas vueltas. Solo disfruten y ya. ―me sonrió el contrario, palmeándome la espalda con una sonrisa.

Y antes que llegara a responder, la puerta del cuarto se abrió. Los dos pegamos un salto, y aunque tuvimos el instinto de ocultarnos, no había con qué.

―¿Y ustedes qué hacen acá? ―soltó un confundido Monzón, asomando desde atrás de Lombardo, quien nos miraba expectante.

―Ah, eso, bueno... ―susurré nervioso.

The kids are coming [(T)rap] (CANCELADA)Where stories live. Discover now