𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙃𝙐𝙍𝙏 | 𝑁𝑎𝑛𝑐𝑦 𝑊ℎ𝑒𝑒𝑙𝑒𝑟

𝑰𝑽

BLAIR PEDALEABA CON TODAS LAS FUERZAS QUE TENÍA para llegar a la morgue. Donde estaban Jonathan y Joyce... y Will.

Jonathan había llamado la noche anterior al teléfono fijo de la casa de Blair, esperando que lo cogiera y que fuera a su casa. Pero Blair no pudo coger el teléfono y el chico pasó esa horrible noche solo.

Blair había oído el contestador por la mañana, cuando Richard, su "padre", se había ido de casa. Y su mundo se había descompuesto.

Will estaba muerto. Todo lo que habían hecho no servía de nada. Will había muerto. La suposición de los policías era que había ido con la bicicleta a la cantera y había perdido el control, cayéndose al agua y muriendo al instante. Habían encontrado el cuerpo del niño en el agua.

Blair no se dio tiempo para llorar, ya lo haría después de darle su apoyo a los Byers. Cogió su bicicleta y se fue directa a la morgue.

Cuando llegó, tiró la bicicleta y entró corriendo a la sala, encontrándose con Hopper. El hombre, al principio, la miró sin importancia, pero al verla más a detalle, se levantó de su silla.

- ¿Qué te ha pasado? – preguntó el jefe de policía, acercando su mano a la cara de la adolescente.

- Nada – dijo Blair, apartando la mano de Hopper –. ¿Dónde están los Byers?

- Dentro, viendo el cuerpo – explicó el mayor, todavía mirando el rostro de la chica.

Blair no dijo nada más, caminó para adentrarse un poco en el pasillo, paró cuando vio a Jonathan y a Joyce frente a un cristal. No se atrevía a caminar más. No podía ver a uno de sus niños así. Se rompería allí mismo. Y nadie necesitaba eso en ese momento.

Jonathan movió la cabeza, al parecer dándole una señal a alguien. A los pocos segundos, Jonathan hizo un gesto de arcada y salió de ahí. Había visto el cuerpo de su hermano.

Caminó rápidamente, mirando al suelo, hasta que chocó con algo. Con Blair.

Jonathan no se fijó en el rostro de su amiga, simplemente se lanzó a abrazarla.

Blair tuvo que reprimir un sonido de queja, Jonathan había empujado en una herida reciente en su abdomen.

Abrazó a su mejor amigo con todas sus fuerzas. Jonathan enterró su rostro en el cuello de Blair, dejando correr las lágrimas.

Pasaron así algunos minutos, hasta que Jonathan pareció recomponerse. Blair hizo un movimiento para quedarse detrás de Jonathan y que no le viera la cara. No quería preocuparlo todavía más.

Jonathan y Blair se sentaron en las únicas sillas que había en la sala de espera. El chico estaba mirando al suelo y la chica le acariciaba la espalda. A Blair le había tocado sentarse al lado de Hopper.

Todos estaban en silencio. Jonathan respiró dificultosamente, por las lágrimas de hace algunos minutos.

- ¿Cómo está tu madre? – preguntó Hopper, rompiendo el silencio, mirando a Jonathan. Blair sabía que esa pregunta no iba hacia ella, así que se echó hacia atrás y dejó que los chicos hablaran.