─ ❝ Jimin no entiende cómo alguien puede fijarse en él más allá de lo sexual. Todos quieren simplemente probar un poco de él y preguntarle por qué usa faldas, ¿Por qué a pesar de haber resuleto esas dos cuestiones Min Yoongi se sigue quedando? ❞
⤷ ¿...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No es sorpresa para Yoongi que, como predijo la noche anterior, todos están hablando de Jimin y él.
Nadie le lanza comentarios maliciosos ni tampoco lo molestan, pero las miradas le dicen que ya todos saben que se escabulló con el chico nuevo a una habitación privada.
Jungkook lo alcanza a mitad del pasillo y lo rodea con su brazo de forma juguetona, haciendo que su amigo camine de forma torpe al no poder mantenerse derecho.
—Ya, suéltame, bobo —se queja entre risas.
—Quiero todos los detalles, ya mismo —exige en cambio y no lo suelta del todo.
—Como si no lo supieras ya, reina de la chusma —protesta al tiempo que se sienta en la cafetería y Jungkook lo libera al fin.
—Ya sabes que yo chequeo bien mis fuentes, ¿Y qué mejor que consultar con el involucrado? —se encoge de hombros—. Anda, maldición, agradece que te dejé descansar anoche sin preguntas, pero ahora necesito saberlo, la curiosidad me está matando.
—¿Y qué es lo que quieres saber exactamente? Es obvio que no nos encerramos en una habitación a jugar ajedrez —dice girando los ojos.
—Obvio no —asegura—, no después de comerle la boca de esa forma —Yoongi sólo se ríe y mira hacia otro lado, todavía recuerda lo poco que le importó que Jimin lo manoseara en público—. ¿Follaron? Es decir, ¿realmente follar? —quiso saber.
—Sí, lo hicimos —admite Yoongi, otra vez cruzándose de hombros—. No fue nada del otro mundo... Es decir, me refiero a que no fue extraño, ¿sabes? Pensé que me incomodaría en cierto punto, pero la verdad es que fue todo muy bueno.
—Increíble entonces, ¿Quién lo diría? —Jungkook lo codea sin ánimos de quitar su sonrisa—. ¿Entonces te gustan los chicos ahora?
—No sé, supongo que es muy pronto para afirmar algo así —responde honesto.
—¿Pero, volverías a estar con él? —insiste.
—Definitivamente —asiente. Su amigo lo codea de nuevo y ambos permanecen tonteando hasta que el timbre da aviso del inicio de clases.
A lo largo del día ve a Jimin por los pasillos, sus miradas chocan un par de veces y, en todas ellas, intercambian sonrisas cómplices. Es recién en uno de los últimos recreos cuando, al entrar al baño, Yoongi ve a Jimin lavarse las manos. El pelirrojo alza la vista hacia el espejo frente suyo y sonríe al reconocerlo.
—¿Qué tal? —saluda el más alto. Enseguida se coloca al lado suyo, en el lavatorio contiguo, para poder vaciar el contenido de su botella de metal.
—Todo bien, ¿qué hay de ti? —pregunta al tiempo que cierra el grifo y se mueve apenas unos centímetros lejos para secar sus manos con papel—. ¿Traes alcohol a la escuela?
