sᴡᴇᴇᴛ♡︎🍭[𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧]

🍭 TREINTA Y SIETE🍭

La fiesta era de lo mejor, había música, muchos bailaban en la pequeña pista improvisada.

Había bocadillos, eso sí, cero alcohol, ya que los señores Park lo prohibieron.

Oh sí, Jungkook tenía una plática pendiente con el mayor de los Park.

Jimin bailaba con unos de sus compañeros, este se movía al compás de la música. Es que Jimin era tan extrovertido.

Tan hermoso, que le era imposible no apartar la mirada de el, más cuando sonreía de esa manera.
Esa que enamoraba más a Jungkook.

Mostrando sus dientes blanquecinos, más ese diente chueco que tenía, Jungkook podía morir de ternura.

Sus ojitos se cerraban al sonreír de esa manera.
Solo enamoraba más a Jungkook.

De repente la voz dulce y cariñosa de Jimin llegó a el.

— Bailemos kookie. – Y Jungkook no se podía negar. Es que no podía negarle nada, absolutamente.

Y Jungkook le importo un pepino si hacía el ridículo, pero la sonrisa y los ojos llenos de brillo de Jimin lo valían todo, lo compensaban todo.
Es que no sabe cómo es que se enamoró tan profundamente de Park Jimin.

Como si desde siempre ha estado enamorado de él.

Jungkook sabe que la espera había valido la pena, la espera no fue en vano.
Solo fortaleció el amor que se tenían.

Que lo que ellos sentían, no era solo un capricho. Era real y verdadero.

Tomo a Jimin de su cintura y este lo miro con esos lindos ojitos.

— Vamos allá atrás. Te tengo tu regalo amor...

Jimin por la emoción en su interior, no se había percatado que solo Jungkook hacia falta que le diera su regalo.

Sus ojitos brillaron al escuchar la palabra regalo.

Así que ambos salieron de la bulliciosa fiesta.

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