Capítulo 2

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Miré al frente y pude vi mi casa, aquella que había estado abandonada durante los cinco años que nos habíamos alejado de allí. Mi madre se había marchado casi a la vez que nosotros y nadie se había quedado en la casa. Suspiré y miré calle arriba, encontrando mi mirada con la casa de Michael. Él también se había marchado para aquel entonces – si no yo no habría vuelto, pues había un gran secreto que no pensaba hacerle saber. No ahora al menos -. Ahora vivía en Los Angeles, junto a Jay, Alex y Andrew y apenas venía a Nueva York para pasar las navidades con su familia, que vivía a las afueras del estado desde hacía un par de años.

Había vuelto a la ciudad gracias a la culminación del divorcio de mis padres que había hecho que mi predecesor se quedara con la casa en la que iríamos a vivir sin tener que pagar un alquiler y a la cantidad de dinero que mi madre le había otorgado. Gracias a ella podría continuar mis estudios en NYU antes de volver a buscar un trabajo. Sabía que era algo que quizá no resultara pero tenía que intentarlo al menos.

-Anthony ¿Qué te he dicho antes? – Le reproché al notar que alguien se agarraba a mí. Mi padre soltó una risa con voz rasgada y vi como me libraba del abrazo al instante.

-Mujer no es para tanto, deja que el chico se divierta, está en Nueva York por primera vez.

-Eso mamá, deja que me divierta.- Le miré con expresión exasperada y le revolví el pelo con una sonrisa.

Anthony tenía ya cuatro años y medio y era compañero de juegos de Zachary, el sobrino de Jay, de hecho, su primer año en la escuela lo iba a comenzar junto a él. Lo que en un principio parecía un castigo de Dios acabo siendo lo mejor que me había pasado en mi vida. Desde entonces cada sacrificio que hago por él es demasiado poco para todo lo que podría hacer. Quiero darle a mi hijo la mejor vida posible y si eso significa renunciar a mis sueños, renunciaré. En realidad, el único motivo por el que había vuelto para estudiar en NYU es que de verdad veía una posibilidad de lograr terminar la carrera y ser periodista, como siempre quise.

Vi como mi padre se metía en la casa con mi hijo y se escuchaba un “Jolín abuelo todo está muy oscuro”. Sonreí mientras bajaba las cajas del coche, justo antes de que una mano tocase mi espalda.

Miré a quien había llamado mi atención con lágrimas en los ojos. Había intentado borrar mi pasado, todos mis recuerdos, pero no lo había conseguido, y al parecer ella tampoco se había olvidado de mí. Me agarré al cuello de Bella en un fuerte abrazo mientras ella hacía lo mismo conmigo, ambas llorando. No me podía creer cómo la había echado de menos.

Me separé de ella poco a poco y la miré mientras quitaba las lágrimas de mi cara. Había cambiado muchísimo. Era igual de alta que la última vez que la vi pero parecía diferente. Los rasgos de su cara se habían acentuado y sus ojos se habían aclarado ligeramente. Me sonrió y pude ver su inconfundible y adorable hoyuelo que tantas veces me había sonreído.

Las lágrimas volvieron a correr por mi cara y mi amiga volvió a abrazarme. Eran lágrimas de añoranza, de tristeza por todo lo perdido, de felicidad por lo que había ganado…

-Bells – Susurré aún agarrada a ella.

-Pensé que no volvería a verte…- Dijo ella en el mismo tono de voz. – No dejaste ninguna seña, - Podía notar cómo la costaba hablar cada segundo que pasaba. – Ni teléfono, ni siquiera te conectabas a Twitter… Pensé que te había perdido para siempre… - No dije nada, sencillamente no podía.- Cassie…. ¿Por qué te fuiste? – Silencio.- ¿Por qué? Sin una mera carta. Sin un simple adiós…. ¿por qué? – se separó y me miró a los ojos.

-No lo sé.- Dije, a pesar de que pensaba en contarla todo lo que me había pasado en estos años. Supe que era mejor callar que delatarme.

Los ojos de mi amiga se posaron en alguien detrás de mí y a los pocos segundos algo duro me dio en la pierna mientras movía me daba pequeños pellizcos en la pierna. Me giré y cogí en brazos a Anthony, que llevaba un dinosaurio en su mano.

Mi amiga se quedó callada. Como nunca lo había estado. Me miró fijamente con expresión asustada. Miró a Anthony y dirigió la mirada de nuevo hacia mí. Me daba miedo romper aquel silencio. Me daba miedo saber cómo respondería a la verdad. 

Find You In The DarkWhere stories live. Discover now