XV

136 25 3
                                    



El sudor se deslizaba por su acaramelada piel, resultado de su ardua cabalgata. sus ojos expresaban intensidad, y una pizca de tristeza en ellos era visible. Continúo cabalgando, hasta que algo lo obligo a detenerse.

Un conejo se cruzó por su camino. Cualquier hombre que hubiera visto a esta pequeña criatura no dudaría ni dos veces en pasar por encima de ella, pero personalmente él no podía.

Detuvo su caballo de inmediato. Y el blanco conejo se quedó frente a él, observándolo con sus ojos negros que lo llenaban de ternura, se veía tan frágil, tan inocente, pero... porque no pasaba por encima de él y lo destruía de una vez. Era un animal tan inofensivo que el fuerte en esos momentos era él. Pero porque era tan débil. Por qué no podía lastimarlo. no podía lastimar ni al conejo, ni a nadie.

Bajo de su caballo tratando de tomar aire, mientras cerraba sus ojos muy fuerte, intentando ignorar los pensamientos que lo abordaban con tanta prisa, cuando el arrebatador viento lo obligo a abrirlos, alzo su mirada hacia arriba observando lo gris que se encontraban las nubes, que amenazaban con soltar la lluvia y sus ojos amenazaban con llorar, ¿por que existían los sentimientos? ¿Por qué existía la compasión?, la empatía ¿Por qué existía el amor? Sentimiento que lo hacía sentir de una horrible manera.

—Namjoon — grito yoongi mientras arrastraba su mirada por el bosque, en busca de su hermano. Hasta que sus ojos lo encontraron. Cabalgo hasta llegar a él, observando lo triste que lucía, nunca lo había visto de esa manera, Namjoon siempre fue alguien de carácter sensible, gentil y positivo, pero ahora. No era posible reconocerlo.

—Namjoon— susurro.

Su hermano no respondía a su llamado. Se negaba interminadamente a responder, hundiéndose lentamente en su propio desasosiego. Yoongi bajo de su caballo, poniéndose de pie tras de él.
Las gotas de lluvia comenzaron a caer, mojando muy delicadamente los hombros de ambos alfas, mientras se mantenían en silencio, solo observando como la lluvia consumía a la naturaleza.

—Yoongi... no logre decirle nada— balbuceo.

—¿Qué? — dijo. Tratando de entender a su hermano.

—¡No le reclame nada! — grito.

La fuerte lluvia y el arrebatador viento que golpeaban las hojas de los árboles, hacían un ruido demasiado estruendoso, logrando que los gritos del mayor apenas fueran escuchados.

—De que hablas —grito esta vez el menor.

—No le reclame nada... a Seokjin —dijo. Volteándole a ver.

—No le reclame... el que me halla lastimado, el que me haya usado a su gusto y tampoco le reclame el que —le fue imposible terminar la oración cuando empezó a llorar.
Sus lágrimas apenas se notaban por la lluvia, pero eso no hacia su tristeza menos, solo con sus palabras podías notar ese sentimiento.

Yoongi no soporto más ver haci a su hermano, provocando que lo rodeara en sus brazos.

—No le pude reclamar nada yoongi.

—No le pude reclamar nada yoongi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙻𝚕𝚎𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚛𝚒𝚟𝚊 [ 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora