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La casa estaba solitaria, Error recordaba muy bien todos los recuerdos que sucedieron entre aquellas paredes, su cama era testigo de todas las noches que fue abrazado por el moreno y los sofás de los días alocados donde se demostraban con caricias cuanto se amaban, reprimió un sollozo, y recordó lo ocurrido aquella tarde. 

Apretó fuerte el celular que sostenía sobre sus manos y marcó unos cuantos números que sabía de memoria, varios pitidos y después nada, solo la voz de una operadora pidiendo que dejase su mensaje. No recordaba cuántas veces ya la había escuchado. Tenía que hacer alguna cosa, sí no seguiría sin ser notado.

«Probablemente este teniendo sexo con ella»

fue lo que pensó antes de salir de aquella casa directo a algún bar cercano.

。⁠*⁠♡

Nightmare observó su teléfono inquieto, sabía quién era la otra persona del otro lado del teléfono, pero una vista lejana le observaba como un depredador, no quería admitirlo, pero le seguía emocionando que le llamase. Estaba todo decidido, había tomado la decisión correcta con aquel chico, solo tenía que esperar un poco más, aún no era tiempo. Pero lo quería, deseaba tomarlo y tenerlo solo para él.

Miró el anillo de oro que reposaba sobre la pequeña caja de terciopelo negro, sonrió al imaginar el hermoso contraste que haría con la blanca piel de aquel ser.

–Que envidia, tu pareja es un Crayon. No pudo creer que tengas tanta suerte bastardo.– Dust suspiró y cerró los ojos pensativa.

Tenía alrededor de dos horas que dejaron el establecimiento de comida y ahora se encontraban en su departamento planeando la futura propuesta. No hacía mucho que habían legalizado el matrimonio gay en el lugar donde vivían.

–No puedo imaginar cuánto dinero tiene su padre, ¿Me lo presentarías?– La albina sonrió.

–No.–

–Entonces, ¿Me presentarías adecuadamente a Error?–

–No.–

–¡¿Por qué no!?–

–¡Porque no quiero!–

–¡Necesito conocer a un CEO! ¿¡Tienes idea de los grandes empresarios que son los Crayon!?–

–Me da igual.–

–¡Bastardo!–

Comenzaron a pelear.

–Si no te callas, dejaras de ser la madri...–El sonido del una llamada entrante los detuvo. Nightmare recogió el móvil y Dust lo arrebató, no permitiría que su amigo hicieron algo antes de la proposición que pudiera dar un giro de ciento ochenta grados.

–¡Maldita sea, contestare yo!– Tenía curiosidad de lo que podría decir el azabache. Ella y Nightmare eran amigos de la infancia y sus familias se habían apoyado mutuamente en tiempo de crisis, ahora no eran más que simples recuerdos.

–In... ¡¿Ink!?– Dust se sorprendió al ver de quién era la voz del otro lado del celular.

Está vez quién arrebató el teléfono fue Nightmare.

Nótame || NightErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora