•Capítulo 1.

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El partido de Julián había sido un éxito, fue el mejor jugador del plantel y decidió festejarlo como los reyes. Mateo manejaba hasta la casa de Julián en silencio, claramente no quería ir porque no conocía a nadie, había pasado una semana desde que me enteré sobre su engaño, intento manejarlo bien pero cuando se va a trabajar en lo único que pienso es en como estar besando a Nicole.

Al llegar, Julián nos estaba esperando en la puerta con una sonrisa gigante, hacia meses que no lo veía y la única forma de reencontrarnos era esta. Tenía una camiseta de su respectivo equipo con una medalla colgando que decía "Mejor Jugador 2019", estaba orgullosa de él y sé que todo lo que está logrando es gracias a su esfuerzo y dedicación, no me sorprendería que lo convoquen para jugar en la selección.

— Azuu, ¡Salimos campeones! — Gritó mientras me abrazaba y me alzaba un poco para festejar.

— Sii, los vi, estoy muy orgullosa de vos Juli. — Deposité un beso en el cachete para terminar de saludar y nos hizo pasar.

Saludó a Mateo con frialdad y al entrar pude ver la decoración de su casa, habían muchas personas que pertenecían al plantel y otras como Nicole que estaban por estar. Dibujé una sonrisa falsa cuando la vi y me acerqué a saludarla, la bronca me calentaba la sangre y mis ganas de meterle una piña en la cara aunmentaban conforme pasaba la noche. Pude ver como ambos se saludaron y no dejaban de tirarse miraditas, me sentía tan tonta por tener que fingir que estaba todo bien cuando en realidad no lo estaba.

La casa de Julián era gigante, busqué el baño con la vista pero parecía estar en el primer piso así que dejé a Nicole con Mateo y subí para buscar el baño. Caminaba por los pasillos viendo los cuadros con camisetas que tenía Juli colgados, me topé con su habitación y decidí entrar ya que no quería compartir aire con aquellos dos. Miré por todas partes y parecía que Julián vivía cómodo, me alegraba ya que cuando vivíamos juntos la comodidad no existía.

En su escritorio se podía ver una foto de ambos cuando éramos chicos, mi corazón se llenó de nostalgia al verlo y acaricié la foto queriendo volver a esos tiempos, donde todo estaba bien. Juli me quería tanto como yo lo quería a él y me sentía tan culpable de haberlo alejado por culpa de un tarado como lo era Mateo. Me dejé influenciar por una imagen que me vendieron, mientras que dejé ir algo que era mucho más importante para mí. Salí de la habitación cuando si querer choqué con una persona que dejó caer un vaso con alcohol sobre mi vestido.

— Uy, disculpame morocha. — Dijo con la vista sobre la mancha y una sonrisa de nerviosismo.

— No pasa nada, tranqui. — Respondí mientras intentaba suavizar la mancha y que se dejará de esparcir por mi vestido.

Levanté la mirada para chocarme con sus ojos marrones, parecían un pozo sin fondo en el cual me estaba cayendo y su sonrisa era tan hermosa, quedé hipnotizada por su belleza que las palabras no podían salir de mi boca. Pronto noté que tenía una medalla similar a la de Julián y supuse que era parte del equipo.

— Creo que no va a salir rápido el vodka. — Me reí ante su comentario y sintiendo el fuerte olor a la bebida.

— Cosas que pasan. — Ambos nos miramos con una sonrisa, mi corazón se aceleró ante tanta belleza en sólo una sonrisa, ¿De dónde había salido este chico? — Bueno, gracias por mancharme el vestido

— Cuando quieras te lo saco. — Dijo mientras se acercaba a mí impidiendome el paso para irme.

Me sonrojé ante tal chamuyo descarado que había dicho, su sonrisa lo decía todo y era obvio que había sido un piropo con propósito.

— A mi hermano no le va a gustar escucharte decir eso. — Jugué con su medalla mientras él se apegaba más a mí.

No sabía que era lo que me estaba pasando, había pasado de estar sufriendo a querer levantarme a un tipo que ni conocía. Clavé mis ojos sobre los suyos y este sólo tenía vista directa para mis labios y cuerpo, de la nada una tensión se hizo presente en el ambiente.

— Azul. — Dijo Julián acercándose a nosotros con una sonrisa de lo borracho que estaba. — Justo te quería presentar a Enzo, ella es mi hermanita menor. — Dijo señalandome.

— Un gusto entonces. — Sonrió y extendió su mano hacía a mí. 

Aunque Julián estaba ahí, la tensión en el ambiente aún estaba presente, estreché su mano para que Julián no sospechara nada aunque debido al pedo que tenía encima capaz que ni cuenta se dio y hice contacto visual con él nuevamente.

— Igualmente. — Dije con un tono muy diferente al mío, solté su mano y pasé por su lado volviendo a la planta baja.

Allí estaban Nicole y Mateo susurrandose, me importó muy poco ya que mi atención se dirigió a ese chico que estaba con mi hermano bajando las escaleras y ayudándole a mantenerse de pie, hasta ahora sabía que jugaba en River y que se llamaba Enzo. Por un lado quería evitarlo, en el fondo de mi corazón seguía amando a Mateo, a pesar de su engaño, a lo mejor me estaba rebajando por un hombre pero todavía sentía que podía enamorarlo nuevamente.

Julián se durmió en el sillón mientras que los invitados se iban de la casa, Mateo me dijo que iba a llevar a Nicole a la casa lo cual me causó mucha inseguridad pero termine accediendo, me senté al lado de Julián y acaricié su cara mientras le hacía mimos en el pelo con mi otra mano. Lo había extrañado mucho, casi ni recordaba lo que se sentía estar a su lado, era el mejor hermano sin duda.

— Le pego fuerte el champán. — Escuché su voz resonar por toda la casa que se mantenía en silencio.

— Es normal, espera a Navidad y vas a ver que se pone en pedo mal. — Mantuve la vista en la cara de Julián, estaba completamente dormido y sólo escuché la sonora risa de Enzo.

— No sabía que el Juli tenía una hermana. — Se sentó a mi lado con dos vasos de agua y me ofreció uno.

— Hace mucho que no nos vemos, capaz se olvidó. — Tomé un sorbo y dejé el vaso en la mesita de enfrente.

Parecía que Enzo iba a decir otra cosa pero justo llegó Mateo listo para que volvamos a nuestro departamento. Dejé un beso en el cachete de Juli y saludé a Enzo con la mano, agarré mi cartera y me acerqué a Mateo.

— ¿Vamos? — Dijo plantandome un beso en los labios, de reojo pude ver que Enzo vio todo el proceso, asentí con la cabeza y le di una última mirada al morocho que estaba sentado en el sillón junto a mi hermano.

Me regaló una mini sonrisa y salimos directo al departamento. ¿Estaría mal decir que quería quedarme ahí con él en vez de volver con mi novio?


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⏰ Last updated: Jan 06, 2023 ⏰

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𝙘𝙡𝙤𝙪𝙙𝙨 | Enzo FernándezWhere stories live. Discover now