Capítulo 22

14 3 2
                                    


El día veintidós no dejé de amarlo.

Jamás lo hice.

Supongo que cuando estás enojado con las personas que amas dices idioteces sin razón alguna, asi que terminas por arrepentirte de ello poco tiempo después.

Y yo estaba realmente arrepentido...

No recuerdo muchas cosas del inicio de ese día, pero sí sé que, en algún momento, me di cuenta de quien había actuado mal todo ese tiempo era yo.

No podía justificar el comportamiento de Zayn
Malik, mi viejo mejor amigo, pero enojarme con Harry cuando él solo quería ayudarlo mientras me mantenía a salvo había sido bastante estúpido e inmaduro.

Lamenté haber hecho eso.

Aún lo hago...

Aún así, no corrí a disculparme en cuanto mi mente se dio cuenta de mi terrible comportamiento.

Tal vez le tenía miedo a Zayn, tal vez al hecho de admitir que me había equivocado. Tal vez a ambas cosas.

No sé qué hora era exactamente, pues no puedo recordar bien algunos detalles, pero sé que había pasado ya el almuerzo cuando la puerta de mi habitación se abrió.

Yo estaba sentado en un rincón, pero no recuerdo la razón. Tal vez había estado llorando, o pensando, o volviéndome loco. Tal vez las tres cosas.

Comencé a temblar al darme cuenta de que quien había entrado no era ni un hombre de blanco ni Harry, sino Zayn.

Me miró fijamente un par de segundos y realmente pensé que me haría daño, pero fue entonces cuando divisé sus manos esposadas.
Me sorprendió bastante verlo así, pero solo durante unos segundos, pues tiempo después comencé a pensar que aún tenía otras partes de su cuerpo para hacerme daño.

—¡Harry, tu estúpido esposo está acá! —Gritó quién fue mi mejor amigo antes de que el
Virus Letal apareciera.

Mi corazón dolió cuando escuché unos pasos acercarse a la habitación. Me sentía culpable, egoísta y, como Zayn lo había dicho, estúpido.

Lo primero que vi fue su sombra, y finalmente su increíblemente perfecto cuerpo apareció en la habitación.

Tenía ojeras y en sus mejillas pude divisar
rastros de lágrimas.

Me pregunté si era yo quién lo había herido de esa forma, y la respuesta en mi mente fue un sí.

Jamás me había odiado de tal manera.

—¡Hey! —Me saludó con una falsa sonrisa.

No me gustaba ese Harry. No me gustaba verlo tan descuidado, tan herido, tan falso...

Le había hecho daño, demasiado, y realmente lo sentía.

—Te dejaré solo con esa cosa —Dijo mi amigo a Harry. Sus palabras eran ácidas, y tal vez me lo merecía.

Él se fue tal y como lo prometió, así que mi esposo y yo éramos las únicas personas en la habitación.

—Harry, lamento lo que hice ayer. Fui el peor de todos los idiotas.

Aquellas frases salieron de mi boca casi por instinto. En realidad, no me di cuenta de que había dicho algo así hasta que ya no había marcha atrás.

Supongo que necesitaba ser perdonado.

Me sentí bastante mal cuando él empezó a reir.

—¡No te rías de mí, Harry! ¡He dejado mi orgullo de lado para decirte algo así! ¡No es gracioso!

Virus letal | ˡᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora