iii. hay un largo camino por recorrer

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𝐀𝐂𝐓 𝐎𝐍𝐄. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐈𝐈
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𝐇𝐀𝐘 𝐔𝐍 𝐋𝐀𝐑𝐆𝐎 𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎
𝐏𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄𝐑








Un mes había pasado desde que Neteyam y Dayami comenzaron a verse. Todos los días salían a caminar o volar juntos, siendo suficiente para que los sentimientos de ambos crecieran y se sintieran cómodos el uno con el otro.

Empezaron a conocerse aún más y si de algo estaban seguros, era que esa química que sentían cada vez que reían juntos, significaba algo más que solo amistad.

Se habían enamorado.

Ahora, era solo cuestión de tiempo para que uno de los dos diera el siguiente paso. Neteyam creyó que ese día sería hoy, pero gracias a su madre y lo insistente que era, sus hermanos tuvieron que acompañarlos en la caminata que habían planeado.

Le estresaba. No porque no quisiera estar con ellos, Neteyam amaba a sus hermanos, pero quería estar solo con ella. Además, gracias a haber pasado tanto tiempo juntos, Lo'ak, Kiri y Tuk habían creado una amistad con Dayami.

No le molestaba, es más, le encantaba que se llevaran bien, pero cuando quería estar solo con ella, ellos no ayudaban en nada con eso. En especial Lo'ak, quien parecía llevarse mejor con Dayami que el resto, por lo que ya tenía la suficiente confianza como para tratarla con cariño y molestarla por igual.

Luego de haber caminado algunas horas por el lugar, la luz comenzó a desvanecerse, dándole lugar a la noche. Aunque Dayami la estuviera pasando bien con Neteyam y su familia, sabía que debía irse. Le había prometido a su madre que llegaría antes del eclipse.

—Tengo que irme—. Señala el cielo mientras ve a Neteyam, quien la mira algo desanimado por la noticia. Aunque su familia estuviera de por medio, le encantaba estar con ella.

—Te llevo—. Ofrece de inmediato, sabiendo que Dayami no había llegado ahí con su Ikran, por lo que se devolvería a pie. Ella se negó ya que era una caminata, pero el mayor sabía que al final del día, le iba a agradecer por traer a su amigo alado.

—Puedo llegar a mi casa sola—. Lo mira con una ceja alzada. Dayami podía protegerse sola en el bosque, y eso era algo que Neteyam sabía.

Pero no se ofrecía a llevarla porque no confiara en que pudiera defenderse. Se ofrecía porque quería pasar más tiempo con ella. Además, sabía que al montar los dos en su Ikran, el espacio entre ambos iba a ser reducido, cosa que no le molestaba.

Tener su cuerpo pegado al de él con sus brazos enredados en su cadera. Mierda, no era algo que iba a desaprovechar.

—Lo sé—. Le contesta con una sonrisa para luego voltearse al resto de sus hermanos. —Lo'ak, vayan a casa—. Llama su atención, ganándose una mirada confusa por parte de su hermano. —Dile a papá que iré luego—. Señala con su cabeza a Dayami para hacerle entender a lo que se refería.

—Va a matarte—. Le recuerda.

Últimamente su padre no estaba muy feliz con el comportamiento de Neteyam. Había dejado de lado algunas de sus responsabilidades y el llegar tarde a casa se convirtió en algo común.

No sabía que era por una chica, claro. Pero sí que tenia sospecha de que algo estaba pasando en su vida aparte de lo que ya conocía. No era normal que Neteyam hiciera cosas como esa.

𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora