Apocalipsis zombie, siempre creí que se trataba solo de un tema para películas y series, jamás en mi vida me paso por la mente el que todo aquello pudiera llegar a pasar en la vida real.
Un experimento fallido, un lote contaminado de comida y la ma...
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Narra Andrew
Camino por detrás de mi hermano en dirección a la sala de la casa de Cassandra.
Quisiera estar con ella en estos momentos consolándola por la pérdida de su amiga, pero dado que nosotros no terminamos en tan buenos términos no quiero invadir su espacio personal o hacerla sentir incomoda.
—Estará bien, no deberías de preocuparte tanto —comenta Angelo deteniéndose frente al sillón más grande que se encuentra en la sala, es un sillón blanco de tres plazas con cojines color crema sobre él. —Podríamos dejar este sillón para lo último, no creo que haya tantas camas disponibles así que mejor comencemos rápido con las ventanas.
Asiento con la cabeza caminando a través de toda la sala, paso de largo por el comedor yendo directo hacia la puerta trasera de su hogar.
La ventana se encuentra abierta de par en par por lo que cuidadosamente me acerco y coloco la palma de mis manos en los vidrios, es de aquellas ventanas corredizas por lo que con cuidado de no hacer ruido la voy recorriendo hasta que suena ese famoso clic que me indica que ya está cerrada.
Camino en dirección a la puerta poniendo los cerrojos para evitar que alguien entre.
Inhalo de forma sonora antes de dejar salir el aire por mis pulmones, llevo mis manos hacia mi cabello despeinándolo en un intento de relajarme
Lo cierto es que en estos momentos odio haberle dicho al padre de Cassandra que no les colocara protecciones a las ventanas de su hogar.
Los padres de mi ángel son mexicanos, llegaron aquí siendo ilegales hace muchos años y debido a su esfuerzo y años de residencia aquí en Estados Unidos el país les otorgo la nacionalidad, poco tiempo después nació Cassandra, cuando la conocí recién se habían mudado aquí a la cuidad por lo que rápidamente nos hicimos amigos, era bueno conocer a alguien con costumbres muy distintas a los que yo estaba acostumbrado al igual que mi hermano.
Al ser de la edad ellos dos encajaron perfectamente y poco tiempo después Angelo decidió presentarle a sus amigos.
En una ocasión después de que varias de las casas aquí en el vecindario fueran víctimas de robos el papá de Cassandra nos comentó que estaba pensando en colocarle protecciones a todas las ventanas, algo que hasta donde nos comento él era muy común en México y en toda Sudamérica puesto que el índice de inseguridad es muy grande. Nosotros le comentamos que no era del todo necesario aquí debido a que las casas son de madera y no se recomienda hacer eso pues en caso de haber un incendio sería más difícil tanto salir como recibir ayuda de parte de los bomberos.
Maldición, en verdad odio que nos haya hecho caso.
Todo sería más sencillo sin tan solo tuviéramos esas malditas protecciones.
Al moverme una de las hojas de papel que hay sobre la mesa se cae, camino en dirección a esta agachándome en el proceso para poder tomarla. Me pongo de pie mirando lo que hay escrito en la hoja, es una nota de los padres de Cassandra informándole sobre el viaje que realizaron y la fecha estimada en la que llegaran.
