Capítulo 15 - Gracias

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NARRA DONOVAN

Sinceramente esto no me lo esperaba. Sin embargo, no podía culparlo. Sufriría las consecuencias, sin duda, pero yo empatizaba con él. Me puse en su lugar y lo entendí como nunca antes lo hice. Todos habíamos cambiado.

Lo bueno es que todo estaba descubierto. La causa por la que Damian se comportaba tan raro y las intenciones de Demetrius (las cuales no sabía que tenía).

Aunque aún faltaba algo...

—¿Entonces qué era lo que tú querías decir? —Me dirigí hacia el guardaespaldas.

—Uh... ah, yo intentaba decírtelo pero... asumiendo yo la culpa. Antes de que viera la amenaza en vivo, fui sobornado por Demetrius para que no dijera nada de lo que iba a hacer. Al paso del tiempo, los cuatro guardaespaldas fuimos siendo informados de cómo iba yendo Damian y el resultado que estaba teniendo el plan pero yo cada vez estaba menos de acuerdo con callarme y no decirle nada a usted, con quien me comprometí el primer día en el que me convertí en guardaespaldas. Mis otros tres compañeros seguían callados pero yo no me sentía bien con mis actos. Debí habérselo dicho, señor, y asumo cualquier consecuencia por lo que yo he hecho.

Asentí y agradecí lo que me había dicho.

Ahora lo entendía todo mucho mejor. A pesar de que me supiera mal hacerlo, decidí llamar a Loid Forger para informarle de todo pero, como iba para largo, decidí encerrarme en mi habitación para contárselo todo.

Al cabo de un buen rato, salí de mi habitación.

Le conté todo a Forger y él me dijo que denunciaría de inmediato a Demetrius por lo que hizo, lo cual fue comprensible.

Recibiría algunos castigos y multas como mucho, ya que lo que hizo no fue un delito tan grave.

El problema ahora era decírselo a Damian, quien permanecía en su habitación.

—Demetrius —lo llamé.

Él suspiró nada más verme.

—Lo sé. Tengo que decírselo yo, lo sé —dijo, nervioso.

Entró en la habitación de Damian después de varios minutos de estar pensando en cómo decírselo.

Para mí, ese fue el peor castigo de todos, ya que estaba claro que Damian nada más enterarse de lo ocurrido...

El guardaespaldas y yo estábamos en frente de la puerta del cuarto de Damian y nos echamos para atrás del susto que nos llevamos al escuchar un grito de Damian.

Mi corazón latía a toda prisa y empecé a sudar.

No escuché nada más después pero, a juzgar del poco tiempo que había pasado desde que Demetrius entró en el cuarto de su hermano, solo llevaba el principio de las explicaciones, lo cual requeriría... más gritos.

Pasaron diez minutos y Demetrius por fin salió del cuarto... junto con Damian.

Demetrius tenía la cara colorada y tenía el dibujo de una mano en una de sus mejillas. Damian le habría pegado, este, en cambio, tenía una cara de rabia impresionante. Pocas veces lo había visto tan furioso.

—Cómo pudiste... —susurraba Damian, cabizbajo—. Yo... nunca pensé que tú... —Damian empezó a derramar lágrimas—. Te odio —lo dijo en un susurro mientras sollozaba.

—Lo entiendo y te comprendo totalmente. Te fallé como hermano. Tienes todo el derecho para odiarme. Sé que tú jamás caerías tan bajo como yo.

—Yo... pensé que el culpable de que Anya me odiaba era yo pero... fuiste tú. Le distes tanto miedo con lo que podías llegarle a hacer que cada vez se me acercaba menos. La tenías... atemorizada. —Damian levantó su mirada y se encontró con la de su hermano—. No me ha dirigido ni una palabra durante meses por tu culpa.

—Lo... siento. —Demetrius estaba totalmente inquieto y su voz temblaba.

—No —dijo Damian secándose las lágrimas— soy yo al único al que tienes que tienes que disculparte. —Demetrius levantó su mirada, confuso—. Tendrás que pedirle disculpas a Anya mañana antes de que sea demasiado tarde pero en las condiciones que yo te diga.

Demetrius miraba a su hermano temblando.

—¿Cuáles son esas condiciones?

~~~

NARRA DAMIAN

Ya era por la mañana y me desperté de un salto. Estaba preparado para escuchar a mi hermano. Tenía que vengarme y hoy vería mi venganza en directo.

Me vestí y preparé de todo para la academia y esperé a mi hermano, quien estaba a punto de terminar de vestirse.

Seguía enfadado con él pero lo dejaría de estar al final de este día. Estaba inquieto por verlo.

Llegamos a Eden pero todavía no había nadie, tal y como quería. Los guardaespaldas se pusieron en frente de la entrada de la academia para impedir el paso de todo estudiante y Demetrius se subió encima de una columna no muy alta acorde al plan.

El tiempo transcurría y los estudiantes empezaron a llegar, y todos se quedaron mirando a Demetrius, ya que no podían hacer más que quedarse mirándole.

Yo estaba más lejos para ver si llegaba Anya y por fin la vi corriendo a la academia. Hice la señal a mi hermano, quien estaba en esa columna y empezó a hablar.

Cuando Anya me vio que la esperaba, se quedó mirándome y yo le dije que fuese adonde el montón de personas que había en frente de la entrada.

Ella hizo lo que le pedí y empezó a escucharle a Demetrius, quien en una forma elegante y formal empezó a disculparse públicamente a Anya, explicando todo lo ocurrido a todos los estudiantes.

Todos se quedaron boquiabiertos. Incluso los profesores escuchaban desde las ventanas, ya que tampoco podían salir de la academia, y se quedaban estupefactos al ver a su antiguo estudiante imperial prestigioso explicando lo sucedido.

Anya, quien estaba a mi lado, se sentía intimidada teniendo a tantos alumnos a su lado mirándola, pero, por otro lado, sabía que se sentía aliviada por primera vez después de meses.

Demetrius terminó su disculpa y Anya le sonrió.

—Gracias por disculparte, Demetrius —le dijo Anya. Su voz se había vuelto tan suave y ligera que me recordó a aquella voz que tenía meses atrás cuando me hablaba después de una discusión tonta. Luego, se giró hacia mí—. Y gracias a ti también, Damian.

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Estaba de piedra. Por primera vez en meses le escuché hablarme y por primera vez en mi vida le escuché llamarme por mi nombre.

Se me escapó una lágrima y le sonreí.

Over You - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora