Te lo has ganado

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Se escuchó un clic y la oscura habitación se iluminó de par en par. Las cortinas se levantaron, dejando ver la hermosa vista de la ciudad, y vaya vista que tenían desde el piso 13.

“Esto es del tamaño de nuestra casa.” Susurró Raven, guardando cada detalle de la lujosa habitación. Estando allí, al menos por ese momento, la vida no se sentía tan complicada. Aunque Raven no podía evitar sentir cierta incomodidad de que un extraño les invitara a pasar la noche en una habitación tan cara, agradecía que tuvieran la oportunidad de olvidarse del mundo por una noche más.

“Ah, esto es comodidad.” Giró y encontró a Conner acostado en la amplia cama, completamente despreocupado, casi como si no hubiera perdido todo su dinero, 26 mil dólares, apostando.

Aquel pensamiento revolvió un sentimiento en su interior. Estaba molesta, sumamente molesta, pero lo hecho, hecho estaba, y no valía la pena llorar por el pasado, pero tenían que hablar e idear algún plan para arreglar su situación. Raven sacudió la cabeza, dejando atrás los malos pensamientos.

“¿Disfrutas tu estadía?” Preguntó Raven, acostándose en la cama junto a él.

“Bastante.” Conner cerró los ojos, disfrutando la suavidad de la cama. Raven lo observaba en silencio, cuando por fin se dispuso a hablar, Conner se giró hacia ella y extendió su mano para acariciar su mejilla.

“Lo siento.”

“¿Por qué lo sientes?”

“Por ponernos en esta situación.” Hizo una pausa, dejando ver la vergüenza que sentía. “Haces demasiado por nosotros y esta es la vida que te mereces, y te prometo que te la daré.”

“Conner…” Raven tomó la mano en su mejilla con la suya y la llevó a sus labios, plantando un beso suave sobre sus nudillos. “No me interesa esta vida de lujos. Sólo quiero una vida tranquila contigo. Lo único que pido es que podamos saldar la deuda y ya.”

“Te prometo que lo haremos.”

Conner tomó a Raven por el cuello y los juntó en un beso. Empezó como un beso suave, donde ambos simplemente disfrutaron de la cercanía del otro, pero el calor empezó a aumentar cuando Conner introdujo su lengua entre los labios de Raven, quien no pudo reprimir un gemido.

Si. Definitivamente Raven quería lo que seguía. No, no quería, necesitaba esto, lo necesitaba a él con urgencia y Conner pareció entenderlo. Cuando se dio cuenta, su espalda estaba contra el colchón, Conner encima de ella, bajando por su mejilla hasta encontrar su lóbulo y morderlo.

Raven apretó su agarre en su camisa, jalandolo más contra ella mientras el escabullía una mano por debajo de su playera, subiendo por sus costillas hasta llegar a su pecho. La acarició por encima de la tela, y sus dedos no tardaron en encontrar su suave pezón y lo acarició, con las yemas de sus dedos.

El calor de su centro empezaba a ser agonizante con su tacto lento, necesitaba más. En un movimiento brusco, Raven se sacó la playera arrojándola a alguna esquina de la habitación y Conner aprovechó la repentina exposición para atrapar su pezón entre sus dientes. Instintivamente, Raven enredo sus piernas en sus caderas, juntando su centro con el de él al mismo tiempo que una mano se enredaba entre sus oscuros mechones, invitándolo a seguir su labor con fiereza.

Su mente daba vueltas, y aunque disfrutaba de la calidez de Conner en su piel, necesitaba más, pero él sólo parecía querer hacerla sufrir con la espera. Así que sin pensarlo, Raven llevó su mano libre a sus pantalones y la deslizó hasta su húmedo centro, trazando círculos sobre su clítoris. Oh, ahora sí estaba más que lista para recibirlo

Conner sonrió contra sus labios y se separó lo suficiente para ver su mano desaparecer entre sus jeans. “¿Ansiosa?” Preguntó con una sonrisa triunfante.

Killing me softlyWhere stories live. Discover now