"Cuando te vuelva a ver"

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CAPÍTULO 8

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CAPÍTULO 8


Estaba preocupada por Sam, algo me decía que lo que acababa de ver no era normal. El carro del juego siguió subiendo, el corazón me latía rápidamente y comencé a sudar frío, la corriente de aire era fuerte y mientras más arriba más me costaba respirar. ¿Qué me estaba pasando? Quería gritar y bajar de inmediato, miré a todos lados, desesperada, y justo detrás de mí estaba sentado Jack con otro compañero de la escuela, lo miré a los ojos y él a mí, estaba entendiendo lo que me pasaba. No podía escucharlo, pero él se veía muy tranquilo y leí en sus labios.

JACK- Tranquila, cierra los ojos y respira profundo. No va a pasar nada malo, te lo prometo.

Regresé la vista al frente y eso hice, cerré los ojos y respiré profundo. De pronto, sentí la caída libre de mi cuerpo y el del carrito, todos gritaron divertidos mientras yo seguía con los ojos cerrados, sintiendo la presión en mi cuerpo, en especial en mi cabeza, pero a pesar de todo me repetía a mí misma:

LISSA- Tranquila, respira.

Lo hice todo el tiempo, hasta que sentí el último jalón, el cual indicaba que había terminado. Abrí los ojos y los vi a todos, felices y extasiados por la adrenalina.

LISSA- Maldición, no debí de haberme subido a este juego.

Me bajé corriendo y salí rápidamente. Blake corrió tras de mí.

BLAKE- ¿Estás bien?

LISSA- Eso creo. Por un momento pensé que mi cabeza saldría volando.

Blake me miró extrañado por mi comentario.

BLAKE- Si quieres nos podemos subir a algo más tranquilo.

¿Me estaba invitado a ser su compañera de aventura? ¡Qué extraño!

LISSA- No, la verdad preferiría sentarme y esperar a que se me pasé el malestar.

BLAKE- ¿Qué te parece si en lugar de eso vamos por algo de tomar? Por favor, déjame invitarte algo.

Lo pensé un momento y después de todo, a nadie le caería mal una coca-cola.

LISSA- Vale, vamos.

Caminamos hasta el área de comida, Blake compró dos coca-colas y nos sentamos en una mesa. Él trataba de hacer plática y yo no podía dejar de pensar en las palabras de Jack. Ese momento venía a mi mente una y otra vez, él tan tranquilo, mirándome fijamente, dándome las palabras correctas para tranquilizarme como si me conociera de toda la vida.

BLAKE- ¿Entonces te gusta mucho la coca-cola?

LISSA- Sí, es mi favorita.

BLAKE- Se me hace tan raro, todas las chicas de porras la tienen prohibida. Ya sabes, por las calorías...

LISSA- Sí, lo sé, llevan una vida muy aburrida. Hacemos demasiado ejercicio, así que no creo que haya problema.

El sol se había marchado por completo, Blake y yo seguimos platicando por unos minutos, cuando sentí algo en el pecho, una presión especial. Al principio pensé que tal vez se trataba de la coca-cola con todos los químicos deliciosos y nocivos que tiene, pero no era así, esa algo diferente. Una angustia especial, y de pronto pensé en Sam. Me di cuenta de que en todo ese tiempo no había aparecido, lo cual era extraño porque yo era su única amiga. Estaba en peligro y yo lo sabía, simplemente lo sabía.

LISSA- Perdóname, Blake. Pero me tengo que ir.

BLAKE- ¿A dónde?

LISSA- Tengo que buscar a mi amiga. No se lleva con nadie más y se supone que yo debería estar con ella.

BLAKE- ¿No crees que si te necesitara, ya te habría buscado?

LISSA- Ese es el problema, que no me ha buscado y comienzo a preocuparme.

Me levanté enseguida para comenzar a buscarla, él se levantó conmigo.

BLAKE- A ver, vamos a pensar. ¿Cuándo fue la última vez que la viste? ¿Y en dónde?

LISSA- La última vez... Arriba del juego, quiero decir, la vi desde arriba, ella estaba abajo y se metió al bosque con alguien más, no pude ver quien era.

Blake sonrió divertido.

BLAKE- ¿El bosque? Créeme que no te necesita. Ese es el camino a las latas en donde...

LISSA- Sí, ya sé qué hacen ahí. Pero Sam no es ese tipo de chica, ella nunca iría a algo así.

BLAKE- Solo hay una manera de averiguarlo, vamos. Te acompaño.

Caminamos por el parque hasta llegar al bosque, conforme caminábamos, se escuchaban menos los gritos del parque y la felicidad de la gente. El bosque estaba tranquilo, tanto que se convirtió en algo obscuro y tenebroso. A penas podía ver lo que pisaba. Llegamos a las primeras latas.

LISSA- ¿Y cómo vamos a saber si está en una de esas?

BLAKE- Shhh, no hables tan fuerte. El acuerdo es que tenemos que ser cuidadosos y silenciosos. Podemos acercarnos a cada lata... Pero si escuchamos algo comprometedor nos alejamos.

Acepté, entonces, caminamos lata por lata. Estas no estaban tan cerca una de la otra, por lo tanto, requería caminar bastante. Algunas estaban vacías y en otras, podíamos escuchar el tronido asqueroso de sus bocas besándose. Y mientras explorábamos el lugar, lejos de parecerme algo divertido y excitante, me parecía algo tonto y hasta cierto punto perverso. Si querían besarte y todas esas cosas, ¿por qué tenía que ser en secreto? ¿Por qué no hacerse novios públicamente y ya?
Habíamos explorado casi todas las latas, solo nos faltaba una más y dos que estaban más alejadas en la última esquina de bosque, pero según Blake, esas no se tocaban porque estaban muy alejadas y frías, podría ser peligroso, así que esas estaban descartadas.
Caminamos hacia la última que íbamos a explorar y unos metros antes de llegar escuchamos ruidos, como si una mujer estuviera llorando. Nos miramos extrañados y caminamos con más cuidado. El corazón me comenzó a latir rápidamente y estaba segura de que era Sam. Al llegar a la puerta, ya no escuchamos nada. Blake también se veía nervioso, me hizo una seña para que me hiciera para atrás mientras él abría. Mis ojos estaban clavados en la puerta, esperando ver a Sam en el piso, llorando por algún motivo. El ambiente era tenso. Blake abrió la puerta rápidamente y no encontramos con que estaba vacía

LISSA- No puede ser, juro que escuché algo.

BLAKE- Yo también.

Entramos para ver bien el lugar, la puerta estaba entreabierta y se filtraba la luz de la luna.

LISSA- No entiendo nada. Juré que Sam estaría aquí.

BLAKE- Sí que nos sacó un susto tu amiga, por un momento pensé que la encontraríamos en mal estado. Pero mira, vamos a relajarnos. Probablemente, ella esté en algún juego divirtiéndose mucho y tú y yo aquí muertos de miedo.

Asentí con la cabeza mientras trataba de procesar lo que me pasaba, porque a pesar de sus palabras seguía sintiendo esa angustia en el pecho. Entonces, Blake se puso dándole la espalda a la puerta y comenzó a acercarse a mí de manera íntima.
¡Ay no, que no se ponga romántico! Pensé.

LISSA- ¿Qué haces? ¿Piensas besarme o algo así?

BLAKE- Sí, ¿está mal? Llevo aguantándome desde que entramos al bosque.

Entonces entendí que toda su "ayuda" había sido con un propósito.

LISSA- Blake, ni me conoces ni te conozco, así que no trates de jugar ese juego conmigo.

BLAKE- Lissa, me gustas. La flor que te mandaron... Fui yo. Yo quise enviártela.

Estaba en shock, ¿cómo era posible?

LISSA- ¿Tú?

BLAKE- Sí, yo lo planeé todo. Desde que entraste al grupo de porristas y te vi con ese uniforme tan sexy quedé flechado por ti. Y aceptaste venir a buscar a tu amiga al bosque conmigo, así que pensé que...

LISSA- No, no. No me malinterpretes. Realmente estaba preocupada por mi amiga y tú te ofreciste a ayudarme.

Entonces, se acercó más y trató de robarme un beso. Giré la cara para que no lo lograra, y justo es ese instante se abrió la puerta de la lata, dejando ver la cara de Jack, quien estaba parado sosteniendo una vela. Por instinto empujé a Blake, quien no se veía preocupado por la situación.

BLAKE- Jack, hermano. ¿Qué haces aquí? Esta lata está ocupada, búscate la tuya.

JACK- Entonces él es tu novio. ¡Me dijiste que no lo conocía! ¿Por qué me mentiste, Lissa?

LISSA- Jack, esto no es lo que parece. Sé que estás pensando mil cosas, pero después te explico.

Jack me miraba dolido, decepcionado.

JACK- TÚ no eres lo que pareces ser.

Sus palabras me dolieron, era una situación completamente confusa. Pero, a pesar de todo, la angustia del pecho se hizo más grande y pensé en Sam.

BLAKE- ¿Hermano, estás celoso?

JACK- Tú cállate. Tú no sabes nada.

Blake comenzó a reír y me tomó del brazo.

BLAKE- Vámonos.

Me solté de él y en ese momento vino a mi mente en dónde estaba Sam.

Jack salió furioso de la lata y Blake detrás de él.

BLAKE- No entiendo nada, yo me largo de aquí.

Estaba preocupada por Jack, no quería que pensara que era esa clase de chica que podía meterse a un lugar así a besuquearse y más, pero Sam me necesitaba.

Salí de la lata y corrí hacia donde estaban las últimas, las peligrosas. Conforme me acercaba, el ambiente era más tenebroso y había más neblina.

Cuando estaba a unos cuantos metros, escuché una vez más el llanto de una mujer, era Sam, estaba segura. Seguí el llanto hasta llegar a la última lata, abrí la puerta y... Ahí estaba la pobre Sam, sin suéter y sin playera, sentada en el piso. Se abrazaba a sí misma para taparse del frío. ¿Qué le había pasado? Me imaginé lo peor.

PalomaDF

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