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Suspira, quitándose las sábanas de encima. Sabe qué día es hoy y eso le pone feliz, su cumpleaños. Cumplía cinco años y sabía que sus padres le tenían una sorpresa, los ha escuchado hablar de eso por las noches. Así que con una sonrisa brillante, corre a la cocina. Su casa está en silencio y eso es raro, ya que sus papás siempre están gritando (no de manera de pelea) o su hermana cantaba.
X: ¡Cállate animal! -oye la voz de su tío Rabastan seguido de varios shhhh-
Aún más contento con la idea que su familia está ahí, entra a la cocina y todos gritan sorpresa, tirando serpentina y confetis. Su papá Peter se acerca para abrazarlo con mucho cuidado de no tirar a su hermanito menor, Liam.
Peter: ¡Feliz cumpleaños bebé! -besa repetitivas veces sus mejillas dejándolas rojas-
Cedric: No soy un bebé, ya tengo cinco -se limpia sus cachetes yéndose a unas sillas-
Hermione: Felicidades Cedric -se acerca teniendo una caja grande entre sus manos, con algo de trabajo podía sostenerla-
Cedric: ¿Para mi? -abre sus ojos fingiendo sorpresa- ¡Gracias bruja!
Hermione rueda sus ojos, evitando contestarle a su hermanito, se la pasaría solamente porque hoy era su cumpleaños.
Cedric: ¿Donde está papá Arty? -pregunta quitando la envoltura-
Corban: Por ahí -mirando a otro lado y enrollando su brazo al rededor de Rabastan-
Frank: Por ahí... -quiere seguir, pero no se le ocurre nada-
Rabastan: En la selva -termina y todos se golpean la frente, incluida Hermione-
Cedric: ¿En serio? -sus ojos de colores se abren, ahora si, sorprendido- ¡Woow, yo siempre dije que papá era como Tarzan.
Frank: Por idiota -murmura y le sonríe a Peter, quien lo mira enojado-
Peter: Fue con tio Arthur y los gemelos a buscar algo pequeño.
Cedric: Ahh, ¿No fue a la selva?
Peter: No tejoncito -deja al bebé en su silla- Pronto debe venir.
Cedric: ¿Es una sorpresa para mi?
Hermione: Puede ser -se encoge de hombros- Puedes ser que no.
X: ¡Cedric! -Fred y George entran corriendo a abrazarle cuando lo ven-
Ambos lo felicitan entre risas, haciéndole cosquillas. Un ladrido hace que se separen, los ojos del pequeño Crounch se abre y corre hasta donde lo escucho. Su padre está parado ahí, con un gran perro a su lado.
Peter: Mierda Barty, dijimos un perrito -le dice al oído, pegándole en el brazo-
