Primero, sueño

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He estado aquí antes... es como la primera vez que vine al Milenio de Plata. Cuando me enteré que Beryl y Metalia nos habían matado a Endymion y a mí. Comienzo a recorrer el palacio con mi vestido flotando y mis aretes haciendo un sonido hermoso. Entro a la recámara de mi madre, de la Reina Serenity. Sobre su buró de mármol se encuentra el Santo Grial y el Cristal de Plata. No me atrevo a hacer ningún ruido pero ella está llorando amargamente. Cuando se da cuenta de mi presencia, se limpia sus lágrimas y casi corre hacia mí y me abraza fuertemente contra su pecho.

- Mamita... ¿por qué lloras?

- Por nada... por nada...

- Yo sé que lloras por algo importante... y no me quieres decir...

- Hoy tendremos un baile... y eso es lo único en lo que tienes que pensar...

- Mamá... - la interrumpo – sé que no eres ajena a...

- ¿Tus amores con Endymion? Lo sé hija...

- ¿Lo sabes? – me quedo quieta y por un momento no sé si estoy hablando yo o es un recuerdo.

- Sí. No me puedes ocultar nada, Serena...

- Sin embargo yo siento que tú sí me ocultas algo... ¡y no sé que es!

Mi madre duda y las lágrimas cubren sus ojos. Inmediatamente pienso en el antifaz que usará Endymion para asistir al baile. Y sin más, toma el Santo Grial y me mira.

- Que me perdonen todos... pero ¡no puedo más!

Una luz inmensa, de muchos colores surge del grial y de pronto, nos encontramos mi madre y yo en la misma habitación, pero con la reina Neherenia a un lado. Mi madre me está dando a luz y le está diciendo hermana a la reina del Death Circus.

- ¡Mamá! ¿Pero qué es esto?

- Neherenia... es mi hermana... te presento a tu tía. Ella vive desterrada en el lado oscuro de la luna...

Mi madre parece no saber que yo vengo del futuro o yo no sé si esto es un sueño loco. Pero no parezco despertarme. Pero sé que yo ya enfrenté a la reina Neherenia pero no sabía que ella era mi tía.

- Te preguntarás porque vive desterrada...

- ¿Por qué es mala? – le pregunto con obviedad.

- Mira lo que ocurrirá ahora...

Yo nazco pero inmediatamente después, mi madre grita de nuevo. Me quedo atónita al ver que otra niña nace. Es idéntica a mí pero es pelirroja. Contengo las ganas de gritar. Y recuerdo vagamente las palabras de Seiya en el parque. "¿Tú eres Kakyuu, verdad?"

- ¿Madre?

- Serena... ella es tu hermana. Tu gemela. Su nombre es Kakyuu. Y tuve que renunciar a ella. Técnicamente ella también es princesa del Milenio de Plata pero ahora ella reina en otro planeta llamado...

- Kinmoku... - susurro muy bajito.

- ¿Disculpa?

- Nada. ¿Dónde?

- En Kinmoku... en una galaxia cercana. Nunca la veremos, Serena. Pero tenía que mostrarte que una parte de nosotros nos hace falta aquí en el Milenio. Estoy rota desde ese día. Y mi hermana Neherenia fue desterrada porque ella manipuló todo para que mi niña fuera a parar allá junto con...

- ¿Con quién? ¡Habla mamá!

- Endymion no es hijo único, Serena.

- ¿Qué?

Mi cabeza está girando a mil por hora. Casi estoy adivinando lo que mi madre me va a decir. Los mismos ojos, el mismo cabello. Por eso me siento tan bien con él. ¡No, no puede ser! ¡Me negaría a creer semejante cosa!

- Junto con Kakyuu, se fue el hermano menor de Endymion, aunque él, al igual que tú, no saben nada... el príncipe

- ¡Seiya!

Mi madre y yo decimos su nombre al mismo tiempo y la reina Serenity se da cuenta que algo ha ocurrido. El pasado, el futuro, el sueño y la realidad se han alcanzado y súbitamente, cierra el Santo Grial, truena sus dedos y me susurra.

- Pérdoname, hija...

Me despierto y estoy sudando. Veo el reloj. Acaba de pasar una hora desde que dejé a Seiya en el parque. Al príncipe Seiya... que me contó de mi hermana gemela que tiene un hijo con el hombre que amaba.

Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora