CAPITULO XXIX: GRANATE ROJO

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Alaerys veía entrenar a Aegon con Lucerys y a Criston Cole con Aemond mientras ella estaba sentada con la espalda en contra de uno de los muros, se aburria un poco solo viéndolos y no haciendo nada, pero lo prefería que pasarse todo el tiempo en sus aposentos, eso era realmente asfixiante. Tenía un libro de historia en su falda que intentaba leer, aunque a veces desistia porqué le era incómodo sin un ojo, sentía más que todo una frustración de tener el campo visual tan restringido y eso la ponía de malhumor, lo suficiente para dejar de hacer cosas, sí, Aemond le decía que era cuestión de acostumbrarse pero aún cuándo ella misma decidió sacarse su ojo ahora en parte se arrepentía en gran medida, pero es cierto que si tuviera la elección de cambiar lo que hizo no lo haría.

—¿Avanzaste algo? —Aemond se había sentado a su lado, ella suponía que estaba descansando pero en realidad él estaba preocupado por ella.

—Ni siquiera un capítulo. —confesó.

—Quizá te estas exigiendo demasiado. —

—No puedo entrenar, no puedo ir a volar, no puedo hacer nada, mínimo quisiera hacer algo productivo. —bufó.

—No entiendes mucho el concepto de descansar ¿No? —paso su mano en su rostro y acarició su herida con cuidado.— Los maestres dijeron que hoy te quitarán los puntos ¿Por qué no intentas pensar en eso? —

—Aegon dice lo mismo, cómo si que me quitarán los puntos cambiaría algo, voy a seguir sin tener un ojo ¿Cuál es la diferencia? —

—Significa que tu herida se curo bien y teniendo en cuenta que te metes en problema tras problema, es gratificante ver que al menos en algo mejoras. —

—Estan dramatizando. —suspiró.

—Alaerys te dañas a ti misma y ya no solo hablo de los cortes que te hacías, buscas el peligro, quieres salir herida, estas constantemente probando hasta donde puedes llegar y rozas el intento de suicidio  ¿Crees que no lo notamos? Sé que crees que no vales nada, pero lo haces, así que por un momento, si es necesario, cuando pienses en sacrificarte o hacer algo peligroso no te veas como tu misma lo haces, intenta verte como nosotros lo hacemos ¿Crees que no nos lastimas cuándo haces estas cosas? —

La joven consideraba que estaban exagerando, ella no veía como ellos las cosas, no notaba lo arriesgado e imprudente que fue apuñalarse así misma en medio de la nada, o ir a ver cara a cara a quien intento matarla, o volver a confiar nuevamente en alguien que sabe que estaba jugando con ella, ni ella misma sabía si simplemente creía que podía con todo o solo no le importaba si algo malo le pasara o hasta siquiera si es lo que buscaba.

—Bien, bien, no más sermones por hoy. —respondió cerrando el libro.

—Mi madre esta emocionada de más en los preparativos para la boda ¿Por qué no intentas hacer algo con ella? —

—¿Te escuchas acaso? Eso huele a desastre, yo y la Reina juntas, no, claro que no. —

—Ella ya acepto que nos casemos, se que no se llevan demasiado bien pero quizás es un buen momento para que hagan las paces ¿No? —

—¿Qué me darás a cambio? —

—Lo que quieras. —la tomó del rostro para besarla con intensidad, ya nadie podía decirle nada de las muestras públicas, ahora estaba en todo su derecho como su prometido.

—¿No le diras nada? No esta entrenando en lo más mínimo. —se quejó Aegon con Sir Cole.

—Ya, ya, estoy seguro que no les falta tiempo para estar juntos, vuelve a entrenar Aemond. —las formalidades se le olvidaban cuando su hija estaba involucrada.

Secretos & Deseos {Aemond/Aegon}Where stories live. Discover now