𝐿𝛼𝑠 𝐿𝜀𝜎𝜋𝛼𝑠 𝐷𝜀 𝑇𝜎𝜌𝜅𝛼𝜌𝜄

Pelea de Sultanas.

Hacia exactamente dos semanas desde la llegada de Sah al palacio, en ese tiempo ambas se habían hecho considerablemente cercanas, y también durante ese periodo Sah regaño a Suleiman en todos los idiomas que existen.

En esas dos semanas, Suleiman bajo los consejos de Sah había buscado y pedido el Perdón de Hurrem de todas las maneras que existían en el mundo, claramente Hurrem rechazaba todo lo que Suleiman le decía.

Hasta que Suleiman se puso a pensar seriamente con que podría pedirle perdón a Hurrem, pero simplemente no se le ocurría nada.

Tuvo que mirar a la ventana más específicamente hacia el jardín y lo que vio los hizo sonreír, estaban todos sus hijos, (No todos, solo los hijos de Hurrem), jugando a encantados, el sonido de las risas de los pequeños le calmaron en el alma profundamente.

Pero cuando fijo su vista en Kosem, sintió un gran remordimiento y sentimiento de culpa, por alguna razón, el sentía haberle hecho mucho daño en un momento de su vida, sentía que había preferido a una mujer por encima a su familia.

Sacudió su cabeza levemente, alejando estos pensamientos de manera rápida y cuando volvió a mirar a la ventana, se percato que la mayor de sus hijos no estaba allí, la preocupación en sus ojos se volvió visible y dejando los documentos de lado se dispuso a pararse, iba a encontrar a su hija.

Cuando llegó a la puerta, antes de que pudiera gritar a los guardias que le abriesen, entro Kosem con una florcita en su mano, obteniendo la atención del Sultán.

── ¡Papá! ──Llamo Kosem cuando Suleiman la cargo en sus brazos y beso su frente.

──Mi pequeña Sultana, ¿Qué ocurre? ──Pregunto Suleiman mirando a los ojos a su hija.

──Te traje esto. ──Kosem estiro la mano donde estaba la florcita y se la dio a Suleiman, quién no dudo en agarrar la flor de su hija.──Ahora dime, ¿Por que mamá y tu no estan juntos como antes?

──Es complicado.

 ──¿Tan complicado como para que mi mamá quiere tu cabeza en bandeja de plata?──Pregunto Kosem mirando a su padre.

──¿Tu mamá quiere eso? ──Inquirió Suleiman temblado de pies a cabeza, dirigía un imperio si, no tenia miedo en conquistar nuevos territorios, pero una Hurrem enojada, eso si era peligro.

──Ayer le dijo eso a Nigar.

 ──¿Cómo le pido perdón a tu madre?

La sultana de ojos grises, miro un rato el suelo como si pensara en como ayudar a su padre, luego de dos minutos que parecieron eternos, Kosem miro a su padre.

──Hazle un poema, dale delicias Turcas y llévala al palacio de caza. ──Hablo Kosem mirando a Suleiman.──Ella ama esas tres cosas, y lleva un tiempo deseando ir al palacio de Caza.

Suleiman asintió levemente para depositar un beso en la frente de Kosem y dejarla sobre el suelo para dirigirse a su escritorio.

──¿Me prometes que mi mamá no se enterara de esto? Si no, mi cabeza será la que termine en la bandeja de plata.

──Te lo prometo. ──Respondió Suleiman sonriendo ante las palabras de su hija.──Es más, pídeme lo que quieras.

──Quiero que papá siempre nos quiera a mi y a mis hermanos, que nunca nos cambie por nadie.

 ──Siempre los voy a querer más que a nadie en este mundo Kosem, tenlo por seguro, no dejare que nada les pase.──Afirmo Suleiman mirando a su hija.

Luego de esa conversación, Suleiman hizo prácticamente todo lo que le dijo Kosem y fue mucho más efectivo que lo que Sah le pedía que hiciera, Hurrem acabo por perdonarlo, solo si el prometía no volver a meterse con ninguna mujer en este harem, ella tenia que ser la única.

Suleiman le juro en nombre de Allah a Hurrem que solo seria ella y sus hijas las únicas mujeres importantes en su vida, de esta manera Hurrem y Suleiman volvieron a estar bien en su relación. 

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Mihrimah y Kosem caminaban tranquilamente por el jardín, ambas hermanas iban hablando de cosas irrelevantes pero eran felices, las dos tenían una excelente complicidad y comunicación, bastaba con que Kosem le diese una mirada a Mihrimah y que ella captase lo que quería hacer su hermana.

Ellas dos eran conocidas por el palacio como: "La pareja mayor.", y Raziye y Turhan como: "La pareja menor."

Las cuatro hermanas no tenían una mala relación en si, pero era evidente que no podían llevarse de maravilla, Turhan no quería mucho a los ninguno de los hijos de Hurrem, por que para ella eran una amenaza para su hermano Mustafá, lo cual no le gustaba, ella quería que Mustafá ascendiera al trono, no le importaba en absoluto a quien tendría que matar para que su deseo se hiciese realidad.

Y Raziye por el simple hecho ser hija de Mükerrem, odiaba a las dos por el hecho de ser hijas de Hurrem, quien según ella, le había robado el amor de su padre a su madre.

Entonces los equipos estaban divididos, Raziye y Turhan, y Kosem y Mihrimah.

Cuando llegaron a cierto punto del jardín, se encontraron con las otras dos hermanas en la mitad del camino, inmediatamente el ambiente se tenso.

──Como te decía Turhan.──Empezó Raziye mirando a Turhan.──Soy la Sultana más hermosa de este palacio y también la más poderosa.

──Eso no es cierto.──Hablo Kosem mirando desafiante a Raziye.──Esa es Mihrimah, lo dijo mi mamá y ella nunca miente.

──¿Qué sabrá una esclava rusa de poder y belleza?──Pregunto Turhan rodando los ojos.

──¿Qué dijiste de mi madre?──Pregunto Mihrimah con evidente molestia.

──Que sabrá una esclava rusa de poder y belleza, si después de todo es solo una simple esclava.──Repitió Turhan con una sonrisa.

Sin breve aviso Kosem tiro a Turhan al suelo y le golpeo en el rostro, ocasionando que Turhan le respondiese el golpe.

──¡Nunca, pero nunca vuelvas a decir eso de mi madre!──Grito Kosem abofeteando a Turhan con una mano mientras que con la otra agarraba de las manos a Turhan.

──¡Kosem basta!──Pidió Mihrimah intentando separar a su hermana de Turhan, mientras que Raziye intentaba separar a Turhan de Kosem.

──¿¡Escuchaste?! ¡La próxima vez te mataré como vuelvas a decirlo!── Grito Kosem siendo separada de Turhan por Mihrimah.

──¡La que te matara seré yo, Kosem!──Grito Turhan a modo de respuesta mientras Raziye se la llevaba a otro lado.──¡Pasare a la historia como tu asesina y todo el mundo me recordara como tal! Nadie podrá salvarte cuando llegue ese momento, disfrutare viendo como te ahorcan con una cortina.