Capítulo 36. 🍷

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Espero sus comentarios, estos me ayudan mucho ❤

"Sé que te quiero

porque te cuido y no me cuesta".

«Lagrimacer»

—Andrea Valbuena.

Mason

Mis manos juguetonas abarcaban y acariciaban la suave piel de su espalda. Mis palmas calientes necesitaban tocar todo a su paso, sentir, sentirla una vez más y comprobar que esto no era uno de mis sueños. Que, cómo las otras veces no estaba delirando y que ella sí se encontraba frente a mí, jadeante y desinhibida entre mis brazos. Balanceaba sus caderas de adelante hacia atrás, su boca comía mi boca con ímpetu y una pasión que no le conocía, que no había dejado salir, pero que ahora ya no le importaba que yo la viera con todos sus matices y toda su gama de colores.

Deslicé el cierre del vestido un poco más y mis manos se adentraron debajo de la tela, amasando su trasero, lo cual provocó un jadeo de su parte. Los movimientos de sus caderas aumentaron el ritmo y yo sentía que me iba a correr en cualquier momento. No necesitaba estar dentro de ella para tener un orgasmo, pero quería estar dentro de ella, necesitaba sentir el calor de su cuerpo, anhelaba perderme una vez más dentro las paredes de su ser y así sentirme completo, con vida.

—No me hagas suplicar —musitó sobre mis labios, tirando del superior con sus dientes.

—Me gusta que supliques por lo que te gusta —tenía las mejillas teñidas en color carmín.

—Tonto —mis brazos se cerraron alrededor de su delgada espalda.

—Dame cinco minutos y regreso —asintió con la cabeza. Se bajó de mis piernas y se sentó en el colchón —. ¿No es mucho pedir que me esperes desnuda? —se dibujó una sonrisa seductora en sus labios. Bajé de la cama.

—No, no es mucho pedir —procedió a quitarme el vestido.

—No tardo —entré al baño

Cerré la puerta, hice lo que tenía que hacer ahí dentro y me refresqué el rostro con un poco de agua tibia. Me encontraba nervioso y feliz. Ella estaba conmigo después de no sé cuántas noches que pasamos separados. Ella al fin se encontraba conmigo, en mi cama casi desnuda.

No es un sueño, Mason, ella está aquí.

Me encontraba mucho más nervioso que la primera vez que estuvimos juntos. No entendía por qué. Tal vez era por el hecho de que esta vez estábamos haciendo las cosas bien y ya no había secretos, nos dijimos toda la verdad y se sentía cómo empezar de nuevo. En esta ocasión quería hacer las cosas bien y empezar diciendo la verdad, no ocultando nada.

Me sequé el rostro y salí del baño, al cerrar la puerta, justo en ese momento Belle resbalaba de la cama y caía de culo en el suelo alfombrado. Sus manos aterrizaron en el suelo y cerró los ojos soltando un gritito para después reír. Me aproximé a ella y arrodillé para ayudarle.

—¿Estás bien? —asintió todavía riendo.

—Sí —respondió entre risas.

—¿Qué pasó?

—Se me enredó la tela en los pies y no sabía cómo quitarla —la tela de las mallas se enredó en sus pies. Cogí su mano para ayudarle a sentarse en la orilla del colchón y de nuevo me arrodillé frente a ella para quitarle la prenda. Levanté la mirada hacia ella y sonrió agradecida —. Eres un caballero —musitó. Su mano descansó en mi mejilla y tuve la necesidad de cerrar los ojos para sentir más su caricia.

𝑃𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑂𝑠𝑐𝑢𝑟𝑜 🍷 (COMPLETO)Where stories live. Discover now