Trust. (Jenlisa)

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JENNIE KIM.

—No puedo creerlo, Jennie Kim. ¿Le dijiste que eras una simple secretaria? —preguntó como por... ash, ya perdí la cuenta.

Le había comentado a Jisoo sobre lo ocurrido, y estábamos en los baños de aquella fiesta. No planeaba irme así tan fácil; aunque a decir verdad, no conseguiría mucho quedándome.

Más sin embargo, quería. Porque de alguna u otra manera, en mi presentía que Lisa, no apartaba la mirada de aquí... o sea, de mí.

Me eché el pelo hacia atrás en un arranque de frustración. Sé que me dejé llevar; pero ella parece odiar a las personas de mi clase. No lo sé, en su momento <<que fue de apuro>>, lo único que azotó mi cabeza, fue eso.

Tonto, pero así pienso yo, ¿okey?, no me presionen.

Jisoo me miraba recelosa, y boquiabierta ante tal acción de mi parte. Reaccioné acorde a lo que creí; pero ahora mismo me estoy arrepintiendo mucho de todo eso. No quería más que, volver allí y decirle que no.

Pero era tarde, y no planeaba ni por asomo regresar allí y retirar lo ya dicho. No pasaría.

—Perdón, ¿si?, no se me ocurrió algo más —abrí los brazos temblorosa—. No entiendo, quizá y no la vea otra vez.

Jisoo frunció los labios, —A veces me pregunto, ¿qué pasa con tus neuronas? ¿Las usas?

—Hey, no te pases. Sólo que... me tranqué.

—Ni que fuera la única mujer bonita de este mundo —soltó algo escéptica. Jisoo era la voz de la razón, y yo a veces pensaba.

A veces.

No me gustaba para nada las palabras dichas anteriormente, me anticipé.

Y puede ser verdad, no era la única mujer bonita de este mundo; y quizá ni siquiera la conocía para afirmar cosas sobre ella que ni siquiera... que ni siquiera sabía.

Porque Lisa era una mujer hermosa, ahora que podía verla mucho mejor, sus pecas se destacaban más, su pelo negro era digno de admirar y lo bien cuidado que estaba. Su piel blanca y limpia, con un tono sonrosado en la mejilla.

El flequillo más arreglado y un rostro serio. Frío para ser más específica.

No demostró nada, como si mi presencia ahí no sumara ni mucho menos restara. Simplemente, existía ahí.

Un personaje secundario agregado a su historia. Y creo que eso fue lo que más me llegó, no que me rechazara porque eso ni siquiera cuenta como rechazo. Sino que hiciera como si mis disculpas, no significaran nada.

Y al ver el como es su reacción ante la gente con dinero, yo no quería causar la misma impresión. Pero ahora mismo, si ella se llega a enterar de que mentí, me considerará peor.

Si se llega a enterar.

Eso no pasará, esta será la última vez que la vea. Espero que sí y que no me dé uno de esos arranques tontos. Y la busqué en aquella cafetería.

Mi cabeza estaba dando tantas vueltas ahora mismo. Jamás sentí esa corriente en mi cuerpo, ni mucho menos esas ansias de querer detener el mundo. Porque era lo que ocurría conmigo, por alguna razón tuve esa sensación de que las cosas estaban y no estaban bien.

Renació en mí algo que jamás existió, pero es como si lo hubiese hecho.

Y lo admitía, una parte de mí rechazaba la idea de salir y confesarle la verdad. Que no soy una secretaria pero ¿qué más da? No importa.