17. Inesperado

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Rin había llegado en un estado crítico al hospital, el desmayo, el dolor de cabeza y la crisis nerviosa, estaba acabando con ella poco a poco.

Sesshomaru estaba nervioso y preocupado, Irasue rápidamente puso a media ciudad a investigar quién carajos había mandado el maldito paquete. La respuesta era que ninguna paquetería había enviado algo a la casa de los Yanai desde hace al menos tres días así que de nuevo estaban en un callejón sin salida.

El caso de Kumo era investigado por el Ministerio de Seguridad, quienes llevaban años tras él. Por ello se decidió que la USB que llegó a manos de Rin, estuviera bajo el poder del ministerio para ver algo que quizás los Yanai no pudieron distinguir.

La escena de preocupación era presenciada por Inuyasha y por Jaken, Irasue se había marchado para realizar los movimientos correspondientes, tenía que contratar más seguridad algo con lo cual su hijo estuvo de acuerdo en esta ocasión que su madre se hiciera cargo.

-¿Pero qué fue lo que pasó?

-Después te lo diré, ahora sólo quiero silencio Inuyasha- contestó fastidiado Sesshomaru.

Inuyasha al ver la actitud de su hermano, prefirió mantenerse al margen. No quería molestarlo, no al menos en esa ocasión mucho menos con el tema de Rin, de seguro sería mejor preguntarle a Kagome después.

-Señor Sesshomaru- dijo Jaken con voz temblorosa, debía contarle a su jefe sobre los dolores de cabeza de Rin- sé que no es el momento, pero debe de saber algo que ha estado pasando con la señora.

-¿De qué hablas Jaken?- dijo el hombre mirándolo.

-Desde hace días he notado a la señora muy agotada, y se ha quejado recurrentemente de dolores de cabeza, creo que será bueno avisarles a los doctores.

-¿Y hasta ahora me lo dices?- dijo enojado el hombre.

-Señor, quise decírselo, pero la señora Rin me lo prohibió me dijo que ella hablaría con usted.

-Creo que es lo menos importante ahora es que te enojes con Jaken Sesshomaru- dijo Inuyasha- será mejor que le comentes lo que te ha dicho a Kagome, porque ahí viene- señaló con ademán.

-¿Cómo está Rin?- dijo Sesshomaru en cuanto vio a la mujer.

-Tranquilo cuñado, ella ya está bien, llegó con una crisis nerviosa muy severa, está controlada y medicada, por el momento está descansando pero me gustaría que me autorizaras para hacerle estudios generales, quiero saber si no tuvo un efecto en su condición cardiovascular o cerebral, traía la presión arterial demasiado alta para una mujer tan joven como ella.

-Jaken me comentó que Rin tenía días con dolores de cabeza muy fuertes- dijo Sesshomaru.

-Bueno, puede que sea por la presión, pero aun así me gustaría hacerle un chequeo general para descartar algunos posibles diagnósticos.

-Está bien, haz lo pertinente Kagome.

-Así lo haré, con permiso.

La mujer se perdió en el pasillo dejando a un Sesshomaru preocupado y a un Inuyasha lleno de dudas.



Eran poco más de las 8 de la noche cuando Rin despertó en aquella sala, se sentía cansada y con mucho miedo, pero ver a Sesshomaru ahí le daba un poco de tranquilidad.

El hombre hablaba por teléfono con alguien al cual llamaba Koga y según lo que escuchó, le pedía a aquel desconocido que mantuviera todo con cautela. Él al darse cuenta de que Rin había despertado, se acercó de inmediato a ella colgando enseguida el teléfono que llevaba en mano.

-¿Cómo te sientes?

-Rara y con mucho miedo- sus ojos se cristalizaron- tengo miedo Sesshomaru- dijo abrazándolo- no soportaría perderte, tú no, por favor.

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