La vida es simple, el amor no lo es (Izuku Adulto X Mirko)

Capítulo 43 : Haciendo planes.

Rumi frunció el ceño ligeramente mientras miraba a Izuku. Más temprano esa mañana, se había despertado para encontrar a su novio trabajando solo en el papeleo. Había tratado de atraer a Izuku para que volviera a la cama, pero el hombre de cabello verde se negó cortésmente mientras decía algo sobre el papeleo atrasado.

Actualmente, Izuku estaba conduciendo a Rumi y Uraraka a un centro de convenciones cercano. Cassandra estaba haciendo un encuentro, y había preguntado si Rumi e Izuku podrían proporcionar algo de seguridad adicional. Estaba claro que la cantante estadounidense todavía estaba preocupada de que su hermano mentalmente inestable pudiera aparecer y, sinceramente, Rumi no la culpó.

El instinto de Rumi le decía que algo estaba molestando a su novio, pero no importaba cuánto le había preguntado, él se había negado a decírselo. La falta de voluntad de Izuku para discutir el problema prácticamente había confirmado que algo andaba mal, y Rumi estaba decidida a descubrir qué era y luego arreglarlo. Rumi esperaba que Izuku hubiera superado su mal hábito de ocultar sus problemas, pero parecía que al hombre aún le quedaban algunos demonios dentro.

De repente, la voz inquisitiva de Uraraka sacó a Rumi de sus pensamientos.

--"¿Entonces adónde vamos?"-- La adolescente preguntó con curiosidad. --"No habéis hablado mucho, y me preguntaba si necesitaba estar preparada para algo inesperado."--

Izuku respondió rápidamente. --"Vamos a proporcionar un poco de seguridad adicional para un VIP. Ha sido objetivo del PLF en el pasado, y cualquier evento con grandes multitudes siempre garantiza un poco de seguridad adicional. Solo sigue mi ejemplo cuando lleguemos allí, esta será una buena oportunidad de aprendizaje."--

Uraraka asintió y volvió a mirar por la ventanilla del coche el paisaje que pasaba, aparentemente satisfecha con la respuesta de Izuku.

Unos minutos más tarde, Izuku detuvo el auto cerca de la entrada trasera de un enorme centro de convenciones. Un puesto de control de seguridad estándar custodiaba la entrada, e Izuku inmediatamente detuvo el auto y bajó la ventanilla.

Un guardia de seguridad fornido con escamas de reptil en los brazos asomó la cabeza por la ventana del puesto de control e inspeccionó el sedán de Izuku.

--"El estacionamiento para visitantes está en el frente."-- El guardia de seguridad gruñó. --"Aquí atrás es solo para empleados."--

Sosteniendo su tarjeta de identificación, Izuku se inclinó hacia atrás para que el guardia pudiera ver claramente a Rumi. --"Lo sé, estamos aquí para brindar seguridad adicional a Thelxie."--

Las cejas del guardia se levantaron con sorpresa y rápidamente cambió su tono a algo más respetuoso. --"Lo siento, jefe, solo hacía mi trabajo."-- Luego, el guardia presionó un botón en su escritorio que levantó la gruesa puerta de seguridad que bloqueaba la entrada. --"Entra y estaciona donde quieras. Les haré saber que habéis llegado."--

Asintiendo en agradecimiento, Izuku condujo su automóvil a través de la puerta y entró en un estacionamiento de empleados abarrotado. Al encontrar un lugar para estacionar, Izuku detuvo el auto y se giró para mirar a Rumi.

--"Mirko, por favor no empieces ninguna pelea."-- El agente dijo deliberadamente. --"No necesitamos causar una conmoción. Solo mantente atenta a cualquier cosa sospechosa."--

Rumi puso los ojos en blanco cuando escuchó a Uraraka reírse suavemente. --"Sí, claro, lo que tú digas, Midoriya. Haces que parezca que voy a golpear a la primera persona con la que me cruce."--

Cuando todos salieron del auto, Izuku simplemente se quedó callado e hizo un gesto a sus dos compañeras para que lo siguieran adentro.

Al pasar por otro control de seguridad, Rumi siguió a Izuku a través de varios pasillos de servicio hasta que salieron al salón principal de convenciones. Una gran multitud se extendía frente a ellos, la gente se arremolinaba mientras visitaban a los vendedores y diferentes puestos. Una larga fila parecía ser el centro de atención, cientos de personas esperaban pacientemente mientras los guardias de seguridad mantenían el orden.