Capítulo 18: En el que reaparecen el espantapájaros y el señor Angorian

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Abrieron la floristería al día siguiente. Como Jungkook había señalado, no podía haber sido más fácil. Todos los días, por la mañana temprano, no tenían más que girar el pomo con el púrpura hacia abajo, abrir la puerta y salir a la pradera a coger flores. Pronto se convirtió en una rutina. Taehyung cogía su bastón y sus tijeras y avanzaba con cuidado, charlando con el bastón y usándolo para comprobar que el suelo estaba firme o para alcanzar las rosas más altas y más hermosas. Soobin salía con una invención propia de la que se sentía muy orgulloso. Era una gran cubeta de latón, con agua dentro, que flotaba por el aire y seguía a Soobin por donde quiera que iba entre los arbustos. El perro-hombre también los acompañaba. Se lo pasaba en grande corriendo por los senderos de hierba húmeda, cazando mariposas o intentando atrapar a los diminutos pajarillos de brillantes colores que se alimentaban de las flores. Mientras el perro corría, Taehyung cortaba montones de iris, lirios, frescas flores de naranjo o ramas de hibisco azul, y Soobin cargaba el barreño con orquídeas, rosas, flores blancas estrelladas, de color bermellón o cualquier otra que le llamara la atención. Todos disfrutaban del paseo.

Luego, antes de que el calor se hiciera demasiado intenso, volvían con las flores del día a la tienda y las colocaban en un surtido de jarras y cubos que Jungkook había encontrado rebuscando en el patio. Dos de los cubos eran en realidad las botas de siete leguas. Taehyung pensó que aquello demostraba cómo había perdido Jungkook su interés en Jimin. Ahora no le importaba si Taehyung usaba las botas o no.

Mientras ellos cortaban las flores, Jungkook solía desaparecer. Y después, el pomo de la puerta solía estar apuntando hacia el negro. Casi siempre regresaba para tomar un desayuno tardío, con aspecto soñoliento y todavía ataviado con su traje negro. No quería decirle a Taehyung cuál de los dos trajes era. Lo único que consiguió sacar al respecto fue: «Todavía estoy de luto por la señora Pentstemmon». Y si Taehyung o Soobin le preguntaban por qué siempre salía a aquella hora, Jungkook ponía expresión ofendida y decía: «Si uno quiere hablar con un maestro de escuela, tiene que pillarla antes de que empiecen las clases». Y luego desaparecía en el cuarto de baño durante dos horas.

Mientras tanto Taehyung y Soobin se ponían su ropa elegante y abrían la tienda. Jungkook insistió en lo de la ropa elegante. Dijo que así atraerían a más clientela. Taehyung insistió en que todos llevaran delantal. Y al cabo de unos días en los que los habitantes de Market Chipping se limitaron a mirar por el escaparate sin entrar, la floristería se volvió muy popular. Se extendió el rumor de que Jenkins tenía flores que no se habían visto nunca. Gente que Taehyung conocía desde siempre entraba en la tienda y compraba flores en grandes cantidades. Nadie lo reconoció, y aquello lo hizo sentirse muy raro. Todos creían que era el anciano padre de Jungkook, pero Taehyung ya se había cansado de ser su padre.

—Soy su tío —le dijo a la señora Cesari.

Y desde entonces empezaron a llamarla tío Jenkins. Para cuando Jungkook llegaba a la tienda, con un delantal negro a juego con su traje, solía encontrársela bastante ajetreada. Pero él conseguía que aumentara la actividad. Entonces fue cuando Taehyung empezó a pensar que el traje negro era en realidad el traje encantado gris y escarlata. Cualquier señora a la que Jungkook atendía se marchaba al menos con el doble de flores de las que había pedido. Casi siempre, Jungkook las camelaba para que compraran diez veces más. Al poco tiempo, Taehyung empezó a notar que las mujeres miraban dentro de la tienda y decidían no entrar si veían que Jungkook estaba allí. Y no le extrañaba. Si sólo querías una rosa para la solapa, era una lata verse obligada a comprar tres docenas de orquídeas. Así que cuando Jungkook empezó a pasar horas en el taller al otro lado del patio, no se lo reprochó.

—Antes de que preguntes, estoy preparando defensas contra el brujo — dijo—. Cuando haya terminado, no habrá manera de que entre por ninguna parte.

Proyecto Heka: El castillo AmbulanteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang