𝘤𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 ɪx

145 9 3
                                    


Cuando abrí mis ojos lo primero que pude notar es que mi cuerpo se encontraba adormecido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando abrí mis ojos lo primero que pude notar es que mi cuerpo se encontraba adormecido. Una Miyeon completamente dormida estaba al lado de mi cama, sentada en un banquillo y con la parte superior de su cuerpo descansando en el colchón.

Noté que mi muñeca izquierda estaba vendada, más bien, con un tablón manteniendo su posición correcta impidiendo que intente cualquier movimiento con esta. Quiero creer que fue un esguince, pero fácilmente se podría tratar de algo peor. Quería preguntarle a Miyeon que había sucedido, no recuerdo nada más allá de la intensidad en la tenue llama de una vela y la pérdida de consciencia una vez que me volví incapaz de soportarlo. Había fallado completamente, lo dije; o puede que lo haya pensado, pero existió y lo recuerdo; la palabra de seguridad rondaba entre mis pensamientos como un intruso para nada agradable, pero necesario.

¿Qué tan mal estoy? Es otra pregunta que es necesaria hacer, al menos para mi interior y el poco exterior que me rodea. Ahora decidiendo ver por completo más allá de mi nariz, me di cuenta que al lado había otra cama en esta habitación donde la luz entra completamente sin dejar rincón oscuro para que los monstruos se ocultan en ellos. En la otra cama estaba Soyeon, leía alguna de esas historietas que tanto le gustan, se veía concentrada pero apenas la tos se atravesó en mi garganta y no pude disimular, obtuve su atención. Sus ojos no tardaron en transmitir esa preocupación que antes no fuí capaz de reconocer pero que ahora resultaba tan estridente como la luz en este lugar, decidí sonreirle lo mejor que pude aunque el mínimo gesto dolía, solo un poco, seguramente estaba hasta la coronilla de analgesicos y un sin fin de medicamentos más.

—Hey. ¿Cómo te sientes? — saludó con voz ronca, ciertamente se escuchaba maltratada, después de su propio desahogo no sería sorpresa.

—Como la mierda. — solté con sinceridad, ella asintió. —¿Y tú?

Mi propia voz me sorprendía, siendo igual o más rasposa que la suya.

—Pues, para bien o para mal, me siento igual. — rió suavemente pero no tardó mucho en quejarse, hasta reírse resultaba en una agonía en nuestro interior. —Pensé que estaba lo suficiente drogada pero no deja de doler. — una lágrima resbaló por su mejilla y no tardó en limpiarla, como si estuviera prohibido llorar.

El silencio se instaló entre nosotras poco después, era como si en este momento ambas estuviéramos pensando en lo mismo y si lo dijéramos, solo resultaría en algo mucho más real y aterrador. Comencé a respirar con lentitud, inhalando y exhalando pausadamente esperando a que Soyeon me siguiera y no tardó mucho en entender y hacerlo, pronto lo que era un silencio tenso pasó a ser algo más ligero y fácil de llevar, había sido uno de los momentos más intensos que seguro habíamos pasado por amor a Yuqi y su peculiar manera de amar, por lo que necesitábamos eso: paz.

Al menos una temporal mientras se esclarecen los sucesos de la noche anterior y esperábamos por el doctor Baek, el doctor que Yuqi había contratado especialmente para tratarnos a todas según tenía entendido, él se encargaba de nuestros chequeos cuando no estábamos aptas para pisar un hospital y su profesionalismo impecable es lo que lo ha mantenido como el doctor de la familia.

ƒανσяιтє 𝑔𝒾𝓇𝓁 ⤏ ѕуq x 𝓘-𝓭𝓵𝓮Where stories live. Discover now